•SÓLO POR TÍ•

Cap. 16

En casa, Betty ya se había preparado para su encuentro con Jughead. Se puso algo fresco para el ligero calor, una coleta y cuando iba saliendo con su mochila sus padres estaban en la sala de estar.

—Alto ahí jovencita— Habló Alice, acercándose a su hija.

Betty cerró los ojos con fuerza y maldijo por lo bajo para entonces girarse a mirar a su madre. —¿Qué ocurre mamá? Ya debo irme—

—¿A dónde crees que vas así de pintada hija?— Preguntó Alice con curiosidad.

Betty soltó una risa. —Pero mamá... Sólo usé un poquito de brillo labial. Mamá ya tengo veinte—

—Es cierto Alice, nuestra hija ya no es una niña— Apoyó Hall a su hija. —Pero para mí siempre lo serás—

Betty rodó los ojos. —Mamá, papá los amo pero ya tengo que irme. Adiós— Salió de la casa.

—¡Que te valla bien haciendo tareas con tu amiga mi amor!— Le gritó Alice desde el interior de la casa.

—¡Gracias mamá te amo!— Contestó Betty mientras se alejaba de la casa.

Y si... Una vez más Betty les había mentido a sus padres. Ella ya no era una niña, pero a sus padres les estaba costando demasiado asimilar eso y por ésta razón seguían sobreprotegiéndola.

A solo una cuadra de su casa, un auto se detuvo con la ventanilla abierta frente a Betty, revelando a un Jughead con gafas oscuras y cabello desorganizado.

Betty se colocó una mano en el pecho, soltando un profundo suspiro. —Jug... Pensé que ya venían a secuestrarme—

Jughead soltó una risa. —Miralo bien. Verás éste auto muy seguido. Sube, vamos a mi casa— Avisó, abriéndole la puerta del copiloto.

Betty sonrió con ese rojo en sus mejillas y subió al auto. —Jug... ¿Eres rico?—

Jughead negó, empezando a conducir cuando la chica cerró la puerta. —Tengo dos padres profesionales y exitosos. No somos ricos, pero no nos va mal—

La sonrisa de Betty se borró y ésta bajó la mirada. Jughead lo notó inmediatamente con solo mirarla de reojo mientras conducía.

—¿Qué tienes preciosa?— Le preguntó, deteniéndose frente a un semáforo.

Betty soltó un profundo suspiro, con la mirada baja y las manos temblorosas. —Estoy muy nerviosa. ¿Y si no les caigo bien? ¿Qué van a pensar de mi? No quiero dar una mala impresión—

—Oye... Vas a caerles bien— Aseguró Jughead, colocando su mano libre sobre la de ella. —¿Te sientes bien? Tus manos están temblando y están húmedas—

Betty apartó su mano de la de Jughead inmediatamente, aún más nerviosa. —No es nada. Solo son nervios...—

Jughead detuvo el auto frente a una linda casa y la miró. —Betts... Voy a necesitar que te calmes un poco. Respira profundo, cuenta hasta tres y piensa en algo que te guste—

Betty cerró los ojos con fuerza y empezó a inhalar y exhalar profundo. —Uno... Dos... Tres... Cuatro... Cinco... Creo que ya...— Murmuró.

Jughead la miró con atención, algo preocupado. —Betty... ¿Esto te ocurre siempre? Digo... ¿Por qué te pones así de nerviosa por conocer a mi familia? ¿Qué ocurre?—

Betty tomó aire, empezando a jugar con sus dedos. —Es que normalmente me ponen muy ansiosa las situaciones nuevas o desconocidas. Es... Es horrible—

Jughead asintió, escuchándola con atención. —¿No será ansiedad?—

—¿Qué? No— Negó Betty, soltando una risa sarcástica. —Que tontería—

—No Betty, no es una tontería— Aclaró Jughead, serio. —Todos tenemos ansiedad, pero a veces alcanza niveles peligrosos. Mi papá ha atendido gente muy enferma y en los exámenes médicos no sale nada. ¿Y sabes por qué? Porque es pura ansiedad, depresión, estrés y muchas cosas—

Betty asintió, escuchándolo con atención. —Está bien Juggie ya entendí. Vamos a aprovechar el tiempo—

Jughead asintió. —Si... Tienes razón. Pero... ¿Ya estás tranquila? ¿Todo bien?—

Betty asintió. —Si... Estoy lista—

Jughead le sonrió y le abrió la puerta del auto para ambos adentrarse al hogar Jones.

Jughead tenía razón. Su familia no era millonaria, pero vivían en una casa amplia, hermosa, acomodada y con uno que otro pequeño lujo.

—Me gusta tu casa Juggie— Admitió Betty, mirando a su alrededor, fascinada.

—Aun no has visto nada, pequeña— Aseguró Jughead, guiándola al interior de la casa. —Vamos—

Betty iba tras el chico porque realmente los nervios la tenían muy ansiosa. Al adentrarse a la casa, ella quedó aún más maravillada. Para ser la casa de dos profesionales exitosos no estaba nada mal.

—Bienvenida a mi casa— Dijo Jughead, tomándola de la mano. —Haremos la tarea en mi habitación para más tranquilidad si quieres—

—Por mí está bien— Aceptó Betty, con una pequeña sonrisa.

—¿Pero qué modales son los tuyos hijo?— Preguntó Gladys, acercándose con una sonrisa y dejando un beso en la mejilla de la rubia. —Hola linda. Soy Gladys Jones—

—Betty, ella es mi madre— La presentó Jughead. —Mamá... Ella es Betty Cooper, mi compañera de clases y de trabajo en el periódico estudiantil—

—Mucho gusto señora Jones— Dijo Betty, sonriéndole, algo nerviosa.

—Bienvenida linda— Saludó Fp, acercándose a tomar la mano de Betty y besarla. —Fotsythe Pendelton Jones Junior. Pero todos me llaman Fp—

—Un placer señor Jones, soy Elizabeth Cooper— Se presentó la chica. —Pero me llaman Betty—

—¡Hola!— Saludó JB, acercándose a arropar a Betty en un cariñoso abrazo. —Soy Jellybean Jones, la persona más cool de ésta casa. Tu debes ser Betty—

Betty sonrió. —Un gusto preciosa. Pero... ¿Cómo supiste mi...?

—Revisé los periódicos de su universidad— Informó la menor con una sonrisa de superioridad.

Jughead la miró mal. —Entonces estuviste revisando mis cosas—

—No peleen con nuestra invitada presente— Exigió Gladys. —Vamos, preparé un rico pastel. Espero que te guste Betty—

—Que amable— Admitió Betty, apenada. —Pero no era...

—Yo ayudé a mamá a prepararlo, por favor pruébalo— Suplicó JB, tomando la mano de Betty y guiándola a la mesa.

—No seas tan brusca Jellybean, a ésto me refería— La regañó Jughead, rodando los ojos.

El encuentro con la familia de Jughead fue mejor de lo que Betty pensó. Compartieron un rico pastel de chocolate preparado por Gladys mientras establecían conversaciones e iban rompiendo el hielo.

El encuentro con los Jones va muy bien... Y va a mejorar 😏🔥

Samy ❤️