•SÓLO POR TÍ•

Cap. 47

—Tuviste un accidente— Le dijo Hall. —No se a donde ibas o en qué pensabas para no irte directo a casa, pero un borracho chocó tu auto—

—¿Qué?— Preguntó Betty, aún mas confundida. —¿Mi auto?—

—Ese auto es lo que menos nos importa en este momento hija— Aseguró Alice, acercándose a acariciar su cabello con delicadeza. —Lo que más nos importa es que estés aquí con nosotros—

—Voy a llamar al doctor para que te revise— Avisó Hall, retirándose rápidamente.

Betty tuvo que someterse a un montón de estudios médicos para determinar en qué condición estaba y tal vez tendría que pasar una buena temporada en ese hospital.

—Hola Betty— La saludó Fp, acercándose con una sonrisa para intentar animarla.

—Señor Jones...— Respondió Betty, mirándolo. —Ay por favor... ¿Y Jughead? No he hablado con el desde...

—Jughead vendrá en un rato, por eso no te preocupes Betty— Pidió Fp, mirándola a ella y a sus padres, quienes permanecían en silencio. —Betty... Tienes la pierna izquierda fracturada y tendrás que usar ese yeso por cuatro semanas hasta volver a sacarte una imagen del hueso roto. Lo otro es que sufriste un traumatismo cráneoencefálico que parece ser leve, pero eso lo comprobaremos luego. Estarás en reposo para que tu pierna fracturada se recupere y deberás tomar algunos medicamentos para el golpe en la cabeza—

Betty suspiró. —Eso suena a una eternidad aquí adentro. Casi no recuerdo qué fue lo que pasó en ese accidente—

—Un borracho chocó contigo amor, ya te lo dije— Le recordó Alice. —Pero te golpeaste tan fuerte la cabeza que asumo que es normal que lo olvides—

—Betty, mira quién vino a verte— Avisó Fp, abriendo la puerta de la habitación.

En eso entró Jughead a la habitación con un ramo de tulipanes de muchos colores y con globos de muchos colores también, combinados con las flores.

Betty sonrió como pudo, porque cada extremidad de su cuerpo dolía y su corazón rebosaba de felicidad al verlo.

Jughead se le acercó, con las lágrimas saliendo de sus ojos por ver por fin a su novia y saber que estaba bien, o al menos eso parecía.

—Amor...— La llamó Jughead, dejando las flores sobre una pequeña mesa y acercándose a acariciar el cabello de su novia. —Nena no tienes idea de lo preocupado y lo asustado que estaba. Si algo llega a pasarte no se qué haré—

Betty sonrió, mirando a su novio y luego a sus padres en la habitación. —Mamá, papá... ¿Pueden dejarnos solos un momento?—

—Oh... Claro— Aceptó Alice, mirando a su esposo. —Vamonos Hall, quieren estar solos—

—De acuerdo— Aceptó también Hall, retirándose junto a su mujer.

—Betty... Si llegas a sentirte mal avisa, estamos muy pendientes de tí— Aseguró Fp, retirándose junto a los Cooper.

—Amor lo lamento, de verdad— Se disculpó Jughead, verdaderamente arrepentido. —Archie no pudo con el remordimiento y lo confesó todo. Diablos... Tenía que creerte a ti sobre todas las cosas amor, lo siento—

Betty lo miró. —Jughead, te lo dije. Yo nunca te traicionaría y mucho menos con Archie—

—Lo se bebé, discúlpame— Pidió, acariciando con mucho cuidado su cabello. —Mirate, es mi culpa que estés aquí. Si yo no te hubiera tratado tan mal... Te hubieras ido a tu casa y ese borracho no habría chocado contigo—

—No creo que sea tu culpa Jug— Negó Betty. —Pero me lastima que desconfiaras tanto de mi—

—Prometo que te lo compensaré, lo juro— Aseguró Jughead, besando delicadamente su frente. —Te amo, no soporto verte así—

—Voy a estar bien, lo sé— Presumió Betty con una sonrisa de superioridad que se convirtió en un quejido de dolor.

—Shh... Ahora enfócate en estar tranquila estos días para poder recuperarte— Pidió Jughead, besando nuevamente su frente.

Afuera de aquella habitación, había una pequeña reunión familiar entre los Jones y los Cooper.

—Lamento mucho que nos hayamos conocido en ésta situación— Se disculpó Gladys. —Mi esposo y yo hemos estado demasiado ocupados—

—Descuide, mi esposo y yo por igual— Explicó Alice. —Apenas sí estábamos en casa para pasar tiempo con Elizabeth—

—Cuando Betty se recupere podemos organizar una reunión en nuestra casa— Propuso Fp. —Si ella quiere recuperarse pronto debe poner de su parte—

—Nosotros nos vamos a asegurar de eso— Respondió Hall.

Ese mismo día Betty recibió un montón de visitas. Sus amigos estaban muy preocupados y hasta algunos de sus maestros de la universidad también la visitaron. El proceso de recuperación no iba a ser fácil, pero la rubia contaba con mucho apoyo.

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Una semana más tarde, tras unos largos días en el hospital, Betty regresó a su casa y el día de hoy iría a la universidad. Jughead se ofreció para llevarla a la universidad él mismo, pero claro, sus padres no lo quisieron así.

Jughead estaba frente a su auto en el parqueo de la universidad, esperando a su novia. Entonces vió llegar el auto de los padres de ésta y vió cuando Hall bajó del auto y le abrió la puerta a su hija.

—Papá relájate, voy a estar bien— Aseguró la ojiverde, bajando del auto con un yeso en la pierna izquierda y tomando las muletas que le tendió su padre.

—No lo sé, creo que debiste quedarte en casa más tiempo— Opinó el mayor, preocupado. —¿Y si vuelves a sentirte mal? Ayer estabas mareada—

—Tu padre tiene razón, linda— Habló Alice desde adentro del auto.

—Me tomaré las pastillas y estaré bien, se los aseguro— Prometió la menor con diversión, tratando de caminar con sus muletas. —Todavia no me acostumbro a usar esta cosa—

—Hola— Saludó Jughead, acercándose y besando la mejilla de su novia. —Hola señor y señora Cooper—

—Hola Jughead, qué bueno que llegas— Admitió Hall. —Se que siempre te lo digo pero ésta vez es enserio. Cuida a nuestra hija por favor—

—Asegurate de que se tome sus medicinas— Pidió Alice. —Si ves que vuelve a ponerse mal, nos llamas por favor. Betty suele ser muy terca—

Jughead soltó una risa. —Descuide, lo sé—

Betty lo miró mal. —¿Enserio los apoyas?—

Jughead se encogió de hombros. —Es que tienen razón amor—

Habrá problemas en el siguiente capítulo 👀

Samy ❤️