Cap. 90

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Al día siguiente, habían bastantes cosas por hacer. A pesar del drama de la noche anterior, los Jones le dieron todo su apoyo a Betty para que ella tuviera más que claro que ni ella ni su bebé estaban solos.

Entonces en la casa Jones, temprano, Fp y Gladys ya no estaban porque les tocó entrar al trabajo muy temprano, pero Jughead, Betty y Jellybean sí estaban en casa.

—¿Ya desayunaste, mocosa?— Le preguntó Jughead a su hermana, acercándose a ella mientras ésta desayunaba en la mesa.

—¿Acaso eres ciego? Estoy en eso— Dijo JB, rodando los ojos. —¿Sabes dónde está Betty? Yo quería desayunar con ella—

—Está arriba Jellybean— Respondió Jughead. —A lo mejor se siente mal, iré a ver—

El pelinegro subió a su habitación, fué hasta el baño y allá estaba su novia, de rodillas, mareada, con náuseas y también llorando en silencio.

—Nena...— La llamó el ojiazul, acercándose a ella y agachándose a su lado. —¿Qué te pasa?—

—Nada...— Negó la ojiverde, sollozando.

—¿Cómo que nada?— Preguntó Jughead, serio. —Bebé algo te ocurre y no me digas que es por el embarazo. ¿Por qué lloras? ¿Son las hormonas?—

—Ya te dije que no tengo nada...— Repitió Betty, molesta.

Jughead suspiró, acariciando su cabello. —Bebé... No tienes que ocultarme nada. Algo te pasa y yo lo sé, te conozco. ¿Es por lo de ayer?—

—¡Es por todo Jughead!— Exclamó la rubia, calmándose eventualmente y tomando una profunda respiración. —Es por todo. De un día para otro mi vida cambió por completo. Mis padres me odian, voy a ser mamá, no he terminado la universidad, estoy viviendo en la casa de mi novio y me siento mal todo el tiempo. ¡Ni siquiera puedo aspirar el olor de la comida porque me hace vomitar todo el maldito día!— Exclamó.

—Shh... Oye... Te entiendo, es verdad— La apoyó. —Tu vida dió un giro muy inesperado y a comparación conmigo tu te estás llevando la peor parte. A mí no me echaron de la casa y no soy quien está llevando a un ser humano dentro. No estoy sufriendo con las náuseas, los mareos, los dolores de cabeza y esas cosas... Pero no estás sola, tienes mi apoyo y el de mi familia. Voy a ir a la construcción del amigo de mi papá a conseguir trabajo, me pagarán muy bien por trabajar solo medio tiempo y no les faltará nada a ti o a mi hijo. Pronto conseguiremos nuestra casa, nuestro espacio. Todo saldrá bien—

Betty sollozó, mirándolo con la cara empapada de lágrimas. —¿Y que se supone que tengo que hacer yo?—

Jughead sonrió. —Terminar la universidad conmigo, cuidarte para que tú y mi bebé estén sanos y eso empieza justo ahora—

Betty le regaló una pequeña sonrisa y le dió a su novio un pequeño reconfortante abrazo. Después de esto, ella terminó de prepararse para la universidad, se fue con su novio y JB se fue a la secundaria con el chófer que la llevaba cuando sus padres no podían.

Al llegar a la universidad, ya sus amigos estaban percibiendo que había algo raro.

—Llevan dos días llegando tarde— Admitió Verónica, mirándolos con una ceja alzada.

—Y juntos— Agregó Kevin.

—¿Que se traen?— Preguntó Toni.

Betty miró a su novio y luego a sus amigos, algo nerviosa. —Chicos... Les prometo que les explicaré todo cuando sea el momento, pero por ahora no puedo compartirlo con ustedes—

—No te preocupes B, estaremos listos para ese momento— Aseguró Verónica.

—Cuando quieras Betty, somos tus amigos y estamos aquí para apoyarte y comprenderte— Avisó Kevin con una sonrisa.

Betty sonrió, agradecida por tener amigos como los suyos y se encargó de sobrevivir todo un día en la universidad fingiendo que no estaba atravesando el primer trimestre de un embarazo y que no sentía náuseas y mareos todo el día.

Al terminar las clases, Jughead le abrió la puerta del auto a su novia y cuando él entró también, le dió un anuncio importante.

—Bebé... Iré a investigar el trabajo— Avisó, tomando su mano y besándola. —Te voy a llevar a casa. Mis padres no están pero mi hermana sí. Cuídense una a la otra en lo que regreso—

Betty asintió, besando su mejilla. —Te deseo suerte Juggie. Te amo—

—Y yo a tí bebé— Respondió Jughead, volviendo a besar su mano. —Aunque ese apodo será para el que está en tu pancita—

Betty soltó una y entonces su novio la llevó a casa para luego ir en busca de trabajo a la construcción del amigo de su padre, el cuál necesitaba apoyo.

Como estudiante de arquitectura de último año con buenas notas y muy buena preparación, Jughead ya podía optar por un trabajo que le permitiera empezar a ejercer su carrera.

Y como era lo que le gustaba, estaba emocionado por empezar a ejercer lo que estudió.

Cuando llegó al terreno de la construcción fue recibido de inmediato por el amigo de su padre.

—La última vez que te ví eras un bebé— Dijo el hombre, mirando a Jughead con una sonrisa.

Jughead soltó una risa. —Por eso no lo recuerdo. ¿Cuál es su nombre?—

—Fabio— Contestó el hombre rubio y alto de unos cuarenta años. —Llámame Fabio—

Jughead asintió. —Bien... Vamos a trabajar— Pidió.

—Las construcciones están por aquí— Avisó el hombre, adentrándose a un terreno junto a Jughead. —Las inicié y tuve que ponerlas en pausa por no tener asesoramiento—

Jughead miró las construcciones con una ceja alzada. —¿Enserio va a usar ese material?—

—Si...— Contestó el hombre. —¿Por qué? ¿Qué tiene?—

—Ese material es terrible, lo siento— Admitió Jughead. —Si construye con ese material, esas edificaciones se irán abajo de inmediato—

—Me lo advirtieron— Respondió Fabio. —Bueno... ¿Entonces que tengo que hacer? Tu mandas ahora hijo—

—Bueno... Lo primero que haremos será una lista de los materiales que sí valen la pena para estas construcciones. Lo barato sale caro. Si hace esa inversión en materiales de segunda mano, gastará más dinero a largo plazo. Hagamos también el presupuesto y se dará cuenta— Pidió Jughead.






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Samy ❤️

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