Betty Cooper es una joven universitaria con padres estrictos y una vida supuestamente perfecta y Jughead Jones es el chico callado y solitario que se enfrentará a muchas cosas sólo por ella. Pero... ¿Podrá su amor triunfar cuando todo está en su con...
En la universidad, las clases habían terminado y Jughead se le acercó a su novia, la cuál estaba escribiendo algo en su cuaderno de apuntes.
—Bebé...— La llamó Jughead, acercándose. —¿Te parece si hacemos la tarea juntos?—
Betty lo miró y asintió. —Si, está bien. ¿Puedes ir a mi casa? Mis padres no estarán hasta la noche—
—Perfecto, allá te veo preciosa— Aseguró el ojiazul, besando sus labios. —Vamos a la cafetería—
Fueron a la cafetería con sus amigos, disfrutaron su receso, tomaron dos clases más y luego cada quien a casa.
Ya en su casa, Betty esperaba a su novio cuando éste llegó y la rubia lo recibió con un abrazo y un cálido beso en los labios.
—¿Tienes hambre?— Le preguntó Betty a su novio, acariciando su mejilla.
Jughead asintió, explorando el cuerpo de su novia con la mirada. —Tengo mucha hambre, pero no de comida—
Betty sonrió con picardía, acercándose a su oído. —Hace días que no ocurre nada entre nosotros. ¿Te parece si vamos a mí habitación para saciar nuestra hambre?—
Jughead suspiró, buscando entre los bolsillos de su pantalón y luego sacando su billetera, buscando ahí. —Amor creo que olvidé los condones. Lo lamento. A menos que quieras...
—Dijimos que no íbamos a volver a hacerlo— Le recordó Betty, asustada.
—Pero no ocurrió nada— Dijo Jughead. —Ya van dos veces y no ha pasado nada—
Betty suspiró, mirándolo. —Tienes razón—
—¿Confías en mí o no?— Preguntó Jughead, acariciando su mejilla.
Betty asintió. —Si... Sí confío en ti—
Jughead la tomó entre sus brazos, la levantó y se empezaron a besar descaradamente y así Jughead subió las escaleras y caminó hasta el cuarto con ella entre sus brazos mientras se besaban.
La dejó lentamente sobre la cama, le levantó la fina remera mientras ella le quitaba a él la camiseta y de paso se quitaron el pantalón, quedando sólo en interiores.
Jughead le quitó a ella el sostén y empezó a chupar su cuello y pechos mientras empezaba a bajar su mano hasta la entrepierna de su novia, metiendo su mano entre sus bragas y presionando con cuidado su zona más sensible, haciéndola gemir y arquear la espalda.
Él continuó haciendo movimientos circulares en la zona más sensible de su novia hasta que la encontró lo suficientemente mojada para continuar con la otra parte del acto.
Sacó de ahí sus dedos, se separó para quitarse la ropa interior y quitarle a ella la suya, le abrió las piernas de par en par, se posicionó en su entrada y empujó en su interior con cuidado, poniéndola a gemir y haciéndolo suspirar profundo del placer a él.
La taladraba violentamente mientras ella empezaba a gritar del placer mientras se aferraba a su espalda y él besaba su cuello, pechos y apretaba su mano.
El placer iba aumentando y aumentando, él le daba cada vez más duro, ella gemía cada vez más fuerte junto al sonido de sus dos sexos siendo uno y el acto estaba a nada de terminar.
Las paredes de la rubia empezaron a apretar el miembro de su novio, pero éste se emocionó tanto que terminó por correrse dentro, no logró salirse, su mente estaba nublada por el placer.
Él no se detuvo hasta terminar, poco después de que su novia alcanzara el orgasmo y tan pronto como se estabilizó, entró en pánico.
—¡No terminaste afuera!— Lo regañó, separándose y cubriéndose con las sábanas. —¿¡Qué hiciste!?—
—Me emocioné, no pude evitarlo— Se excusó.
—¡No!— Negó Betty, nerviosa. —¿¡Te das cuenta de la magnitud de éste problema!?—
—Bebé cálmate— Pidió Jughead, acariciando su mejilla. —Tómate una píldora anticonceptiva—
Betty lo miró. —¿Estás seguro de que funcionará?—
—Claro, son para casos como éstos— Aseguró el ojiazul, levantándose de la cama y empezando a ponerse la ropa. —Ya te pido una—
Jughead pidió un sobre de píldoras anticonceptivas a la farmacia más cercana y se las enviaron a casa. Betty también se vistió, su novio le pasó un vaso con agua y una de las pastillas y después ambos se sentaron para estudiar.
—Hay que hacer la estructura de un edificio en el programa hoy— Dijo Jughead, mirando a su novia. —Tu sabes de estas cosas más que yo amor. Amor...
Betty estaba perdida en sus pensamientos, no estaba prestando atención, estaba preocupada.
—Amor...— La llamó Jughead, acariciando su cabello con delicadeza. —Todo estará bien, confía en mí—
Betty lo miró y sonrió levemente. —Si... Tienes razón. Ahora sí, vamos a hacer la estructura de ése edificio en menos de diez minutos—
Empezaron a hacer su tarea juntos y terminaron rápido, el fuerte de Betty eran aquellos planos de edificaciones y construcciones en ese programa.
Al terminar la tarea, Betty y Jughead pidieron pizza y se la comieron mientras veían la gran TV en la sala de la casa de la rubia, pero cuando Jughead se dió cuenta, Betty se durmió profundamente entre sus brazos.
Él sonrió, la tomó en sus brazos, subió las escaleras y la llevó a la habitación, dejándola con cuidado sobre la cama y arropándola.
Dejó un pequeño y delicado beso sobre su frente y se retiró, dejando la puerta de su habitación entreabierta.
Salió de la casa Cooper, entró a su auto y condujo de nuevo a su casa.
Cuando estuvo en su casa, le colocó unos mensajes a su novia para que ella los respondiera cuando despertara, pero eso no pasó.
Pasaron horas, cayó la noche y pasó la hora de cenar, pero Betty seguía sin responder y Jughead estaba esperando ese mensaje sentado en un sofá de la sala de estar.
—Mi amor...— Lo llamó Gladys, acercándose. —Hijo no quiero que te desveles, tienes clases mañana—
—Lo sé— Respondió Jughead, aún pegado a su celular. —Pero le puse mensajes temprano a mi novia y no me responde, estoy preocupado—
—Ay cariño... A lo mejor está muy cansada, debe estar durmiendo— Opinó la mayor.
Jughead suspiró. —Si... Eso debe ser—
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