Radioapple ~Salvarse a uno mismo de la destrucción~

32. Slay

Unas semanas más tarde, un hombre trajeado se paseaba por las calles del infierno, llevaba su espada en la mano, utilizandola como un baston, y repeinando su pelo negro y azul a cada rato. Se chocó con una dama cerca de barrio caníbal. 

-- ¡Vaya!-- Se sobresaltó esta --. Lo siento, pensaba en mis cosas. 

-- No pasa nada -- Sonrió el pecador --. Slay, un gusto. 

La chica siguió su camino, y la sonrisa de Slay se transformó en una cara de asco, limpiando la ropa que se había chocado con la muchacha. 

-- Jodido infierno. 

Slay siguió su camino hasta se encontró con un enorme anunció en el que aparecían el rey y la princesa. Slay lo miró durante unos segundos. Se fijó en que otro hombre al lado suyo también lo leía. 

-- Una pena que siempre este lleno, ¿no cree? -- Sacó conversación el pecador --. Aunque nadie nos amenaza ya, siempre está bien volver a ver a los queridos. 

Slay volvió a mirar el cartel, sobretodo al rey. Recordando lo que pasó hace siete años. La única presa que se le había escapado. Cogió su espada y de esta salió un rayo azul, que rompió la cara del rey en mil pedazos. 

-- Todos mis familiares estan aquí abajo -- Soniró Slay, enseñando los colmillos. 

El señor se alejó en dirección contraria a Slay, que siguió su camino al castillo del rey. 

En el castillo, Lucifer preparaba galletas junto a Husk, Ángel y Nifty, mientras que el resto ponían la mesa o hablaban entre ellos. Todo, hasta que sonó el timbre. 

-- Voy yo -- Gritó Alastor, quien acababa de cambiar la música en el gramófono. 

Alastor abrió la puerta, y se sorprendió al encontrar a un pecador con una espada, con el pelo negro y azul y  una sonrisa atemorizante. Después de unos segundos, recordó al instante de que le sonaba aquella figura, y sacó tentáculos para atarlo. 

-- La mierda siempre vuelve -- Comenta con una mirada de rabia. 

-- ¿Al, quien era? -- Pregunta Charlie, asomandose a la puerta. 

Al ver a Slay, su cara se paralizó, a la vez que sus pies empezaron a soltar llamas. 

-- Disimulas fatal, querida -- Sonrie Alastor --. Lo tengo controlado, solamente no dejes que Luci vea a este imbécil. 

Slay, en unos segundos, examinó toda la situación. 

-- ¿Luci eh? Supongo que a Lucifer se le da bien contratar putitas. 

Alastor estrelló a Slay contra el suelo, hundiendolo un poco.

-- Alastor, llevalo al sotano -- Juzgó seriamente Charlie. 

-- Vaya, Charlie, si que has cambiado. Te recordaba más... Agradable. 

Charlie le miro seriamente e hizo un pequeño circulo con el dedo, hacieno que al rededor de Slay, apareciera fuego infernal. 

-- ¿Desde hace cuanto sabes hacer eso? -- Susurró Alastor, curioso. 

-- Que no use mis poderes no es porque no los tenga, Al. 

De repente, la puerta de la entrada, que Charlie había cerrado, se abrió y Lucifer salió junto a Ángel. 

-- ¡Qué coño pasa aquí! -- Se quejó nada más salir, mirando directamente a su hija --. Charlie, cariño, te dije que es muy peligroso usar los poderes infernales llevada por la ira. 

Slay sonrió al ver a Lucifer. Iba a cumplir su venganza, estaba a punto de empezar el primer paso. Ángel se fijó en Slay, idéntico a las descripciones de Lucifer, y sacó dos carabinas. 

-- ¿Pero qué os pasa hoy? -- Se preocupó el rey al ver tan alterado a Ángel. Se atrevió a mirar a la dirección donde Ángel lo hacía. Su cara se paralizó --. Por supuesto. 

Slay sonrió inocentemente. 

-- Al, sueltalo. Tú tambien Charlie -- Ordenó el rey. 

-- ¡Pero papá! -- Se quejó Charlie, pero al ver que Alastor obedecía, siguió su ejemplo. 

Slay calló desde una corta distancia. A penas se levantó. Lucifer invocó miles de armas celestiales, que apuntaron a Slay. 

-- Que quieres -- Preguntó seriamente mientras fuego salía de su boca y se convertía en forma demonio. 

-- ¿Que pasa Lulu? -- Sonrió Slay --. Te veo mal, debe de ser que hace tiempo que no follas. 

Lucifer acercó algunas de las armas al cuerpo de Slay y lo paralizó. Ángel se giró a ver a Alastor, quien parecía rojo y con las orejas bajadas. 

-- ¡Jodete! -- Gritó emocionado. Tapandose la boca. 

Lucifer le sonrió ligeramente y volvió con una mirada fría a Slay. 

-- Te he preguntado, que es lo que quieres -- Repitió. 

Lucifer siguió acercando las armas celestiales al cuerpo de Slay, quien seguía con la sonrisa. 

-- Veo que tu nuevo novio es un Overlord. Uno poderoso. ¿Recuerdas lo qué viste aquella vez? 

Lucifer se paralizó al recordar los miles de cadáveres de Overlords. Las armas se alejaron, e incluso volvió a su forma normal. Alastor se acercó preocupado.

-- Eso pensaba, escenas así no se olvidan. Haré lo que quiera. Lo hice durate mucho tiempo. Tus gustos no cambian, Lucifer Morningstar, sigue gustandote que incumplan tus propias normas. 

Slay se alejó poco a poco. Lucifer seguía paralizado. Charlie quería correr detras de él. Pero su padre estaba mucho peor.         

-- Será puto -- Es lo único que puede decir Ángel. 

Alastor agarra las manos de Lucifer, que seguía con aquella imagen mental. Por un minuto, se detuvo a pensar en lo que no había pensado en aquel momento de supervivencia. Había tenido reuniones con aquellas personas, conocía algunas. ¿Y si le pasaba a Alastor? 

-- ¡Luci! -- Trae de vuelta Alastor a su pareja --. ¿Estás bien? ¡Tenemos que ir a por ese cabrón! 

-- ¿Qué? ¡No no no! -- Negó compulsivamente Lucifer --. Todo esta bien, ¿si? Él por un lado, nosotros por otro.  

-- Papá, qué... ¿Qué fue lo que viste? Nunca mencionaste nada -- Charlie tenía una enorme cara de preocupación. 

-- Tan solo es... En aquel momento estaba demasiado preocupado y... -- La mente del rey volvió a aquellas escenas. Varios cuerpos, demacrados, completamente llenos de sangre. 

-- Charlie, no creo que sea el momento -- Negó Alastor. 

Lucifer apoyó su mano encima de la de Alastor, que seguía con las suyas en sus hombros. 

-- Al tiene razón -- Asintió Ángel --. Jamás pensé que diría eso... Pero no creo que sea el momento. ¿Volvemos a las galletas? 

-- ¡Mierda las galletas! ¡Dejé a Husker con las galletas y el alcohol! ¡Y Niffty le dejara! 

Lucifer entró en el castilo de nuevo y Charlie se quedó con Alastor y Ángel. 

-- Bien pensado -- Agradeció Alastor mientras volvía dentro. 

-- ¿Lo arreglasteis? -- Detuvo Ángel.

Alastor se frenó y se dio la vuelta. 

-- Tenías la cara roja, no hace falta observar mucho para saber, ¿lo arreglasteis? 

Alastor asintió. 

-- Me atrevería a decir que más de una vez. 

Ángel sonrió ligeramente y dio pequeños saltitos. 

-- Ángel, Slay sigue aquí. Esto sigue siendo un problema. Y mi padre no le dejará que le hagamos daño.