Antes de que todo el asunto de Vox pasase, Lucifer le había prometido a Ángel llevarlo al cielo para hablar con su hermana, mientras él le robaba unos libros a su padre para aprender a controlar sus nuevos poderes, además que así Lute aprovecharía para dejarse caer . Pero ahora, Alastor no se lo permitía porque decía que tenía que descansar.
-- ¡La comida! -- Anunció Alastor entrando con un plato de sopa a la habitación de Lucifer.
-- Al, no estoy enfermo. Me has obligado a quedarme en la cama y llevo dos días comiendo solo sopa caliente.
-- Es lo que necesitas. No sé que llevaría aquella pócima, pero quizá te haga algún efecto tardío y mi madre me ha aconsejado que una sopa de pollo es lo mejor.
-- ¿Cómo has conseguido pollo?
-- Del mismo modo del que consigo ciervos. Ahora, tómate la sopa.
-- ¿Has visto a Ángel? Recuérdale que vamos hoy al cielo, y a Lute, y a Husk.
-- No vais a ir al cielo -- Negó Alastor mientras apoyaba la sopa en la mesilla de noche y ponía su mano en la frente de Lucifer --. Te noto caliente, voy a buscar hielo.
Cuando Alastor salió de la habitación, Lucifer se destapó corriendo y alzó el vuelo, saliendo por la ventana en dirección al hotel.
Cuando llegó, Ángel estaba pintándole las alas a Husk, mientras Lute se despedía de Adam.
-- ¿Qué haces Ángel? -- Preguntó Lucifer.
-- Le dijimos a Husker que su atuendo era demasiado, infernal -- Informó Lute --. Así que Ángel lo está tiñendo para que parezca más ángel.
Ángel sonrió mientras se giraba para que se viera a Husk. Este llevaba un tono más claro de piel en vez del negro, las alas eran azules, al igual que la cola y las cejas. Todos los corazones y los símbolos de cartas habían desaparecido o habían cobrado un color blanco.
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-- ¿No tenéis permiso del cielo para ir allí? -- Preguntó Adam.
-- Tened cuidado, Lute podrá bajar cuando se deje caer, pero Ángel y Husk tendrán que esperar a que yo haga una cosa -- Ignoró el rey.
Lucifer respiró hondo he hizo un pequeño portal dorado.
-- ¿Antes ya podías hacer portales al cielo, Lu? -- Preguntó Ángel.
-- Claro -- Fingió una sonrisa Lucifer. Por supuesto que no, el portal era tan pequeño porque no controlaba aquellos poderes, por algo iba al cielo --. Ahora cruzad rápido.
Nada más cruzar aparecieron puertas adentro del cielo, en un callejón muy escondido.
-- Quedaremos aquí al final del día, cuando veáis la luna en la tierra -- Señaló el rey mientras se ponía una capucha blanca en la cabeza --. Pasadlo bien.
