El gran día de Charlie y Vaggie había llegado. Nada más despertarse, Lucifer las llevó a cada una a una habitación, y fuera de estas, Emily y Ángel esperaban con millones de elementos de cosmética y peluquería.
-- Bien, los vestidos están en cada habitación. Es su día especial, así que dejadlas In-pe-ca-bles. ¿Entendido?
-- Dejaré a Vaggie envidiable -- Sonrió Ángel mientras cogía un peine de su riñonera.
-- ¡Charlie parecerá una verdadera reina! Cuando le arregle el pelo. No pienso dejar que lleve una trenza a su boda -- Dijo Emily.
Ambos entraron en las respectivas habitaciones y empezaron a preparar a las chicas. Lucifer entró a la habitación de su hija, tocando ligeramente la puerta.
-- ¿Pasa algo papá? -- Preguntó preocupada Charlie moviendo la cabeza.
-- ¡No te muevas! -- Gritó Emily mientras le secaba el pelo.
-- Ya sabes que si yo oficio la boda no te puedo acompañar al altar, y me duele no poder hacerlo.
-- Emily dijo que podía ir ella si querías -- Recordó Charlie.
-- Me sé lo que tengo que decir de memoria.
-- ¿En serio qué no tienes problema con ello? Puedo oficiarla yo...
-- Papá, ya oficiarás otra boda. Y quiero que seas tú quien me acompañe al altar.
-- Está bien, ¿pero quién va a acompañar a Vaggie?
-- Es una sorpresa que le tengo, sé que hizo buenas migas con Carmine cuando entrenamos para el exterminio y...
-- ¡No me cuentes más! Todo estará listo. Déjale el pelo perfecto -- Ordenó a Emily.
-- Sin problemas.
Una hora más tarde, Lucifer entró en el cuarto de Vaggie, quería ver que tal le iba a Ángel, que gran sorpresa al ver que ya estaba lista.
-- ¡Vaggie estás estupenda! -- Se sorprendió.
-- Por supuesto, la he preparado yo -- Se mofó Ángel.
Y con toda la razón del mundo. El gran vestido blanco hasta el suelo con cuello en forma de corazón con una entrad entre los pechos ya era formidable. Pero la flor morada sustituyendo su ojo faltante y el moño bajo daban un toque formidable.
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-- Te contrataré para mi boda Ángel -- Informó Lucifer.
-- Charlie me dijo que ella se encargaría de que alguien me acompañe al altar, ¿tienes idea de quien es? -- Preguntó Vaggie al rey.
-- Una ligera idea, voy a ver que tal está Charlie y los invitados empezarán a pasar. Tú, Ángel, te puedes ir a cambiar.
Lucifer y Ángel salieron coordinadamente de la habitación y cada uno se dirigió a un pasillo distinto.
