Radioapple ~Salvarse a uno mismo de la destrucción~

32. Próximo cumpleaños

Charlie fue a la cocina a desayunar como siempre. Hechaba de menos los desayunos de su padre y envidiaba a Emily, quien podía desayunar con él todos los días.

En la cocina se encontró con Alastor. Llevaba ya un mes enfadada con él, pero lo que había hecho hace dos semanas para salvar a Ángel le resultó raro. Charlie se preguntaba por qué le había confesado a Husk que hizo trampas. 

- Buenos días Charlie - saludó Ángel cuando entró a la cocina - ¿has visto a Alastor?

- Buenos días Ángel, no, no lo he visto, lo siento - dijo Charlie mientras cogía una taza de café - ¿por qué quieres saber dónde esta?

- Tengo que hablar con él, lo de siempre.

- Pero, ¿por qué? - Insisitio.

- Mira Charlie, por mucho que Husk me haya salvado de mi trato, yo tengo uno con Alastor y...

- ¿¡Has hecho un trato con Alastor!?

- ¡No! Ni loco hago un trato con él, es bastante... Bueno, ya sabes, Alastor. Él ha hecho un trato conmigo.

- ¿¡Qué!? - Exclamaron Charlie y Husk, que acababa de entrar en la cocina.

- Alastor... ¿Hizo un trato contigo? - Preguntó Husk - No sabía que él, sería capaz de eso.

- Bueno, él ya tenía un trato. Pero creo que lo verdaderamente sorpredente es que al librarse de uno caiga en otro.

- No es un trato de alma - informó - es... Más complicado que eso. ¡Pero no os lo puedo explicar! Es una sorpresa.

Ángel miró a Husk y decidió subir a la habitación de Alastor. La puerta por fin estaba en su sitio y Ángel tuvo que tocar en ella varias veces para que su alumno le dejase pasar.

- ¡Buenos días! - Saludó levantando sus dos brazos superiores mientras que con los otros dos habría la puerta -. Vaya, estás hecho mierda...

Alastor estaba tumbado mirando el Pato Alastor con un raro pato al lado, parecía un intento de Lucifer, pero muy mal hecho.

- Si bueno... Lo he intentado - se excusó mientras se levantaba de la cama -. Tú sabias que falta poco para el cumpleaños de Luci...

- No, Charlie no ha dicho nada. Supongo que repartirá invitaciones, será una fiesta privada.

- Entonces yo no iré, divertiros - sentenció Alastor mientras se dejaba caer en la cama boca abajo.

Justo en ese momento, Charlie entró dando un portazo, Ángel se giró sobresaltado y Alastor ignoró la acción.

- ¿Qué pasa Charlie? - Preguntó Ángel.

- Mi padre hace su cumpleaños en una semana, traigo aquí todas las invitaciones que han llegado al hotel - informó mientras empezaba a buscar la invitación de Ángel entre las cartas -. Facturas, facturas, más facturas... ¡Aquí estan! Veamos, aquí tienes Ángel.

Ángel recibió con una sonrisa la invitación y se giró hacia Alastor.

- Charlie, ¿puedes ver si él también tiene invitación? - Le preguntó, Charlie puso mala cara.

- No hace falta Ángel, sé que no tengo invitación.

- ¡Joder! - Se sobresaltó Charlie mientras revisaba las cartas, Alastor se giró para verle la cara y Charlie se tapó la boca -. Lo siento. Toma Alastor, tu... Invitación...

Charlie le entregó la invitación y Alastor la recibió con un sobresalto.

- Gracias, princesa... Muchas gracias...