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                                                                                            Editora's  Pov
 

Cuando Alejandra dijo que regresaría, Ana pensó que realmente lo haría, pero no fue así, al contrario, sólo vino una chica del aseó, le quitó las esposas y le dió ropa decente para vestirse.

Una blusa negra de mangas cortas, en medio la palabra "Sex", junto con un pantalón negro acampanado y para finalizar, unas zapatillas blancas de tacón un poco largo. Al menos está era ropa que lograba cubrir su cuerpo, se sintió relajada y cómoda, excepto por el ardor en sus glúteos a la hora de estar sentada.

-La señora Rocha está en su despacho - avisó, Ana mordió su labio inferior.

-¿P-Podrías...llevarme con ella? Por favor - pidió, la chica asintió y le hizo una señal para que la siguiera y así lo hizo.

Salieron de la habitación, a la cual Ana le había empezado a dar temor, caminaron por un pasillo hasta bajar las escaleras, al llegar a la planta de abajo, la chica le señaló la puerta que estaba antes de llegar al fondo de un costado de las escaleras. Ana no recordaba ni por dónde había caminado el día de ayer.

Ana camino hasta dicha puerta, tocó dos veces y el permiso de entrar se le fue permitido, tomó aire y entró.

Alejandra se encontraba detrás del escritorio, como la había visto al llegar al lugar por aquel empleo, cerro la puerta despacio detrás de ella, se giró a verla y pegó un pequeño brinco al verla mirándola.

-A-Ama - aún no estaba acostumbrada a llamarla de dicha forma, incluso se sentía extraña. Ella siempre había usado el término jefa, pero ahora era muy, demasiado diferente.

-Siéntate - ordena, Ana asintió, camino hasta la silla enfrente del escritorio y se sentó con cuidado, le dolía su trasero. -Habla.

Ana la miró rápidamente antes de volver a bajar su cabeza con rapidez, no podía mirarla a los ojos. No cuando esos ojos la intimidaban mucho.

-Y-Yo... - demonios, acababa de entrar a trabajar, si es que podía llamársele de esa forma a un trabajo que conllevaba a el sufrimiento mediante la relación sexual. -Quiero ir al centro comercial, necesito comprar unas cosas.

Ana se había armado de valor al decir aquello sin tartamudear. Alejandra la miró, Ana volvió a agachar la cabeza, al ver la mirada profunda de ella.

-Bien, de todas formas también quería ir al centro comercial - se levanta, Ana la miró, mordió su labio inferior con nerviosismo.

-Y-Yo quiero ir sola.

Alejandra detuvo sus movimientos y la miró.

-¿Acaso vas a escapar? - sonríe de lado, Ana negó al verla caminar hacia ella. Ana quiso enterrarse en el sofá y volverse uno. -¿Acaso piensas que soy estúpida?

Estúpida no, enferma si.

Ana se mordió la lengua para no soltar algo de lo que después podría arrepentirse. Alejandra se acerca a ella, dejando su rostro cerca del suyo.

-¿Acaso piensas que sí sales por esa puerta, no regresaras jamás? - el aliento mentolado chocó contra su rostro.

-U-Usted es muy r-ruda - dijo, bajando la cabeza. Alejandra sonrió de lado, hasta soltar una carcajada, Ana alzó la mirada y la analizo.

-No puedo creer...apenas vamos empezando y ya estás cansada de mi rudeza - hizo un pequeño puchero, para nada tierno, a la vista de Ana, quién aferró sus manos a las recargaderas del sofá. -Hagamos algo más rudo, entonces.

365Donde viven las historias. Descúbrelo ahora