Escritora's Pov
La mirada de Ana se torno triste al alejarse del orfanato, la habían dejado cargar a los gemelos y había hablado un buen rato con aquella niña, quién ganó su corazón, al igual que los gemelos.
—Alejandra — la llamó, con su misma expresión.
—¿Qué sucede, cariño? — contesta Alejandra, mientras su mirada iba pendiente en el camino.
—Yo...¿Podemos venir nuevamente? — preguntó, sintiendo su corazón latir casi a un ritmo lento, mientras esperaba la respuesta de Alejandra, quién soltó un suspiro y asintió.
—Claro que sí, además, necesitamos empezar cuánto antes la remodelación del orfanato, ahora soy responsable de eso y del cuidado de los niños. No podemos fallarles — Alejandra le sonrió a Ana y ella asintió emocionada y con una sonrisa.
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Al llegar a casa, Ana corrió hacia dentro, buscando a su amada suegra, quién le había avisado que estaría esperándola en casa, para poder escucharla sobre cómo le había ido en el orfanato con los niños.
Alejandra sonrió al ver a su esposa correr como una niña pequeña, sin importarle mucho si se caía.
—¡Mi preciosa lechuguita! — Ana sonrió y no dudo en abrazar a Carolina, quién estaba cerca del comedor, había aprovechado a qué su hija y su nuera no estaban para preparar el almuerzo.
—Carolina — murmuró con alegría, rompió el abrazo y la miró. —¡Necesito contarte muchas cosas! — dijo, sin poder soportar toda la alegría que su cuerpo estaba sintiendo. Alejandra entró y cerró la puerta, dejo las llaves en la mesita del recibidor y se acercó hasta su mamá y Ana.
—Bien, pero hay que sentarnos a almorzar, ¿Te parece? — Ana asintió y no dudo en ir a lavarse las manos a la cocina, Carolina miró a su hija. —Esta muy feliz, ¿Qué pasó? — preguntó.
—Habían muchos niños y...la directora, le permitió cargar a dos gemelos y convivir con una niña, ella... realmente los adoro y no me sorprendería que empezará a tener la idea sobre adoptar — Alejandra soltó un suspiro y echó su cabello hacia atrás.
Carolina frunció el entrecejo preocupada y posó una mano en su hombro.
—¿Qué pasa, cielo? ¿No te gusta esa idea? — Alejandra negó.
—No, no es eso, es que...no quiero que ella tome desiciones apresuradas y cometamos un error con los pequeños, realmente no quiero ser una mala madre. Me gusta la idea de querer adoptar y darle un hogar a esos niños, pero me siento insegura — Carolina sonrió tenue, dándole apoyo.
—Sé como te sientes, pero necesitas hablarlo en privado con ella, es un asunto que se maneja entre dos, quizás puedas comentárselo a tu psicólogo, él realmente te dará un consejo más detallado y de eso, podrás tomar una decisión — Alejandra asintió.
Ana salió de la cocina, aún con su sonrisa, mientras traía una jarra de jugo en sus manos.
—Bien, vamos a comer — tanto Carolina como Alejandra asintieron y se sentaron en la mesa. Ana les sirvió jugo y empezaron a comer, mientras que Ana, le contaba sobre los niños, lo tierno que había sido cargarlos y lo feliz que estaba, también añadió que Alejandra y ella, iban a remodelar el orfanato y darles una mejor calidad de vida a aquellos niños.
Carolina notó el brillo que los ojos de Ana daban a destellar cada que hablaba de los gemelos bebés y de la niña; sintió que veía nuevamente a la Ana alegre que conoció al enterarse de que estaba embarazada, la cual planeaba sus días de madre con su bebé y que lamentablemente, fue lastimada de una manera tan horrible al darle aquel té y hacer que su bebé fuera asesinado.
—...¡Y vamos a contratar a muchos obreros y a un arquitecto, para que pueda reconstruir el edificio o al menos añadirle toques hogareños y más vivos! — chilló emocionada, Carolina sonreía ante su energía y planes, mientras que Carolina, escuchaba atenta.
—Yo tengo a un arquitecto que construyó y planifico mi piscina y el jardín de atrás, puedo llamarlo y decirle que venga mañana, ¿Te parece? Y así podemos pedirle que nos haga un dibujo de como quieres el lugar — Ana asintió emocionada.
—¡Claro que sí!