Escritora's Pov
Cuando la puerta fue abierta, Ana creyó que Tay estaría detrás de esta, pero se equivocó al ver el rostro de Marco, el cual se torno sorprendido al verla ahí.
—Ana, ¿Q-Qué haces aquí? — preguntó, tratando de guardar la emoción de sus palabras, creyó que jamás volvería a ver a su pequeña.
—Yo... — carraspeó y alzó la mirada. —Vengo a ver a Tay, ¿Está en casa? — preguntó, tratando de mantener la compostura al ver nuevamente a Marco; su padre.
—Uhm, está en su oficina, ¿Quieres pasar en lo que le aviso que estás aquí? — Ana asintió un poco apenada, y entro a la casa, Marco cerró la puerta. —Iré a avisarle — dijo y sin más, empezó a subir las escaleras.
Ana miro algunos retratos que habían en las paredes de la sala, noto que sólo habían fotos de Tay y Marco, no había ninguno de su actual esposa, ni siquiera de su boda, algo muy importante en una casa familiar.
Soltó un suspiro. Al escuchar pisadas provenir de las escaleras, rápidamente giró y vió a un despeinado Tay bajar los escalones y caminar hasta ella, con una preocupación en su rostro.
—Ana — la mencionada sonrió y realizó una pequeña reverencia, antes de mirarlo.
—Tay, me alegra verte nuevamente — confesó.
—A mi también me alegra verte, pero ven, toma asiento, no te quedes ahí parada — Ana siguió a Tay hasta el sofá y la hizo sentarse. —¿C-Cómo estás? Esa vez yo...
—Está bien, yo tuve la culpa, es por eso que vine hoy, queria pedirte disculpas por lo que te dije y mi comportamiento, creo que me porte como una berrinchuda cuando tú sólo ibas por cuestión de trabajo. Lo siento mucho — aún sentada, inclino un poco su cabeza, en forma de disculpas.
—No, eso no justifica mi comportamiento ni las palabras que dije, fui un estúpido y también te pido disculpas — ahora fue el turno de Tay de reverenciar. Ana negó con la cabeza y lo detuvo.
—Está bien, tranquilo. Pero, me gustaría hablarte sobre otro tema en particular — Tay asintió, curioso.
—Claro, dime.
—Yo...me gustaría que fueras tú el que diseñe y remodele el orfanato al que queremos ayudar, ¿Puedes? — Tay se sorprendió ante lo pedido.
—P-Pero...¿Realmente quieren darme ese proyecto? — Ana asintió y Tay sonrió con alegría. —¡Por supuesto que sí! Yo encantado de crear los planos correspondientes — sonrió.
Ambos guardaron silencio, pero no borraron su sonrisa al ver llegar a Marco a la sala.
—Tae, voy a salir, por favor, lleva a casa a Ana — el nombrado asintió. Marco miró a Ana. —Fue un gusto volver a verte, Ana.
—Señor Marco — se levantó rápidamente al ver las intenciones que tenia de marcharse, camino con pasos dudosos hacia él y se paró frente suyo. —Me gustaría poder entablar una conversación con usted cuando pueda y no sea una molestia — las piernas de Marco se sintieron débiles, sintió su garganta ser atrapada en un nudo de lágrimas.
—C-Claro...¿Podrías mañana? — preguntó, tímido y un poco inseguro.
—Por la tarde estaré aquí, en la mañana iré a ver con Tay la arquitectura del orfanato — respondió.
—Uh, puedo acompañarlos, claro, si no es ninguna molestia para ti — Ana asintió con la cabeza.
—Claro, me encantaría que fuera, así, podría conocer a... — Ana lo pensó bien, quizás era momento de poder aclarar las cosas, dejar que él diera su argumento sobre lo que realmente sucedió, tratar de entender y comprender la situación. Sonrió tenue al ver la mirada curiosa sobre ella. —A los niños que serán sus nietos.
Cuando Marco comprendió a lo que se refería, fue inevitable no llorar. Su pequeña, estaba aceptandolo.
—Mi pequeña... — murmuró, para después, atraparla en un abrazo realmente reconfortante y cálido. Ana sonrió y lo abrazo de la misma manera.
—Papá.
