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Escritora's Pov

-¿¡Entonces!? - Ana sonrió al escuchar el chillido entusiasmado de Carolina.

-Ella dijo que se haría responsable - sonrió, recordando las palabras de Alejandra y haciendo que un sonrojo se apoderara de sus mejillas.

-¡Sí, sabía que mi hija no era tan cabeza de chorlito! - sonrió. -Por cierto, ¿En dónde está, eh? Desde que llegué no ha venido a ver si no he creado un plan para secuestrarte y llevarte conmigo - miró a todos lados, sin encontrar rastro de Alejandra.

-Pues, salió temprano a la oficina, para cerrar un contrato con inversionista - alzó levemente los hombros.

-Ya veo, por cierto - Carolina se acercó con misterio a Ana y ella espero atenta a las palabras de Carolina. -¿Aún no has ido por el vestido de bodas?

-Uhm, no, no he tenido tiempo de ver eso, más que nada por el tema de mi embarazo - sonrió tímida y pego un pequeño brinco del susto, ya que Carolina había vuelto a chillar de emoción.

-¡Tenemos que ir a ver vestidos a todas las Boutiques! - ni siquiera espero respuesta alguna de Ana, tomo su bolso y la muñeca de la castaña, sorprendiendola. -¡Vamos, vamos, vamos!

Ana simplemente rió por lo bajo y le siguió la corriente a Carolina; quién se había convertido en una madre postiza para ella.

[ ♣️ ]

-Es un gusto volver a verte por estos rumbos, mi querida Alejandra - el hombre palmeo amistosamente su hombro, sacándole una sonrisa a Alejandra.

-Tenía que regresar, hacer las cosas detrás de una computadora siempre no es lo mío y menos cuando se trata de mi empresa, pensé que ya lo sabías - señala el sofá frente suyo. -Pero por favor, toma asiento, Marco.

El hombre sonríe y camina hasta posarse frente a Alejandra y tomar asiento dónde se le fue indicado.

-¿Cómo vas con tu divorcio con Cheerin? - pregunta, sonando un poco divertida. Marco chasqueo la lengua y bufó.

-Ni me recuerdes a esa loca, mira que tener el descaro de casarse y pedirme pensión alimenticia para Toto, ¡Ja! Incluso Toto se rió hasta que le dolió la panza, definitivamente es un caso - negó con la cabeza repetidas veces y bufó al ver la diversión en la cara de Alejandra. -¿Y tú? ¿Por qué tan feliz o qué? Siempre que vengo a visitarte, no tienes este humor - Marco se cruzó de brazos y ladeó un poco la cabeza.

-Pues... - con una sonrisa de lado, abrió su saco y del costado izquierdo interno, saco una tarjeta envuelta en un plástico transparente, y se la dió a Marco, quién no dudo en inclinarse un poco y tomarla. -Me voy a casar.

-Vaya... - Marco admiro un poco la tarjeta, la cual sólo traía el tema de la boda de Alejandra, mientras que informaba la hora, el día y el lugar. -Jamás pensé que ibas a invitarme en tu próxima boda, digo, después de haber golpeado a Conan en tu anterior boda - Alejandra sonrió y asintió.

-Amigo, esa fue una increíble derecha - Marco sonrió.

-Yah, trátame con respeto, soy casi veinte años mayor que tú, mocosa - chasqueo la lengua al ver a Alejandra reír.

-Está bien, Oppa.

-Eres imposible - bufó y rápidamente recordó algo importante, que quería compartir con ella. -Por cierto, ¿Recuerdas lo que te dije la vez pasada? - Alejandra frunció el entrecejo, haciendo memoria y al recordar, asintió.

-Sobre la primera novia que tuviste, ¿Cierto? - Marco asintió rápidamente. -¿Qué sucede con eso?

-Yo... creí que el bebé que íbamos a tener en aquel entonces estaba muerto, ya que después de negar la responsabilidad, hace unos meses mandé a investigar dónde estaba sepultada ella y mi bebé, pero... - las palabras se atascaron en su garganta, haciendo que Alejandra prestará aún más atención a sus palabras.

-Tranquilo - ánima, Alejandra sabía que ese tema era delicado para él, pues el primer amor murió y no pudo estar a su lado.

-El investigador me dijo que ella estaba sepultada en el panteón de aquí, de Los Angeles, pero mi bebé...ella está viva - sonrió, dejando qué sus ojos se llenaran de lágrimas.

-Por eso haz venido, ¿Cierto? - Marco apretó los labios y asintió con efusividad.

-Incluso ya sé su nombre y el detective que contraté, pudo darme una foto suya...ella es, preciosa. Es una gran mujer - sonrió.

-Debe de ser así...¿Puedo ver la foto? - pidió y Marco sonrió divertido.

-Yah, no te vayas a enamorar de mi hija, no quiero que canceles tu boda para ir detrás de mi pequeña, de ser así, te voy a romper una pierna - Alejandra rió y negó con la cabeza.

-No, claro que no. Muéstrame - estiró su mano, pidiendo la foto. Marco sonrió y abrió su saco, sacando la foto de su hija y sin más, se la dió a Alejandra.

Alejandra la recibió y le sonrió, para después, pasar su mirada a la foto.

Inmediatamente se sentó recta, su sonrisa se fue borrando y abrió los ojos sorprendida.

-Ah, ya te enamoraste, ¿Cierto? Lo sé, es igual de hermosa que su madre - suspiró.

-¿C-Cómo dices que se l-llama? - Marco frunció un poco su entrecejo.

-Ana Melgar - respondió como si nada. -¿Por qué?

-Y-Yo...por favor, revisa dentro de la invitación - Marco confundido, frunció aún más el entrecejo y tomo la invitación nuevamente en sus manos.

-¿Por qué quieres qué-

-Sólo revísala.

Marco confundido abrió la invitación y la desdobló, leyendo los nombres de los novios. Queda cordialmente invitado a la boda de Alejandra Rocha y Ana Melgar...

Marco abrió con sorpresa sus ojos y no dudo ni un segundo en levantar la cabeza y mirar sorprendido a Alejandra, quién tenía los labios apretados, aguantando una carcajada que quería salir de estos.

-¡Alejandra Rocha, te voy a romper las piernas!

-¿Qué? ¡No, no, no, espera Marco!

365Donde viven las historias. Descúbrelo ahora