Escritora's Pov
Alejandra mordía con impaciencia su dedo pulgar, mientras su mirada se desviaba a la puerta por dónde Ana había desaparecido, llevaba dos horas ahí, el traje la hacía sentirse incómoda, su corbata ya había sido retirada y tirada al bote de basura más cercano.
—Tranquila cielo, verás que todo estará bien — las palabras que su madre le brindo, fueron suaves y llenas de esperanza, pero ella tenía miedo, no sólo por Ana, sino también por su bebé. Su hijo.
—Estaba sangrando, mamá — murmuró, sabía que si alzaba la voz, está se rompería y empezaría a llorar.
El lugar se quedó en silencio, el señor Yoo ( jajajajajajja) hablaba un poco más allá con Marco, quién también estaba preocupado ante la apariencia de Ana al subirla a la ambulancia. Un suspiro agotador salió de los labios del hombre con traje azul especial para el quirófano.
—¿Familiares de Ana Melgar? — el doctor Roberto miró a toda la familia Rocha estar ahí, incluso un nuevo rostro para él, pero no iba a preguntar nada, no cuando había algo realmente importante que decir.
—Roberto, ¿Qué pasó? ¿Cómo está? El bebé está bien, ¿Cierto? — Roberto hizo una mueca con sus labios y soltó un suspiro, haciendo que Alejandra se diera una idea de su respuesta. —No, no puede ser posible, es mentira, ¿Verdad mamá? — Carolina con sus ojos llorosos atrajo a su hija en un abrazo, sintiendo como empezaba a llorar y gritar por la perdida. —¡No puede ser! ¡Mi bebé! ¡Mi hijo! — Alejandra se abrazo con fuerza al cuerpo de su madre, mientras que su mente le recordó cada pequeña cosa y regalo que le habían hecho al futuro o futura Rocha.
—¿Qué pasó? — preguntó Yoo a Roberto, sintiendo unas inmensas ganas de llorar junto a su hija.
—Ana tuvo un aborto espontáneo, causado por un medicamento que están prohibido en el embarazo; encontré en su sistema una gran cantidad de Misoprostol y Isotretinoína, las cuales fueron contraproducentes con el feto y, lamentablemente, tuvo el aborto — Alejandra aún con el corazón destrozado por la noticia, limpió sus lágrimas y miró a Roberto.
—¿Pero... cómo pudo ocurrir esto? Ella no toma ningún tipo de medicamentos, ella es muy sana y jamás ha necesitado medicinas para nada — sollozo.
—Al igual que ustedes, estoy un poco desconcertado, se supone que esos dos medicamentos son muy comunes para infecciones fuertes, incluso para prevenir algún síntoma de la presión, y yo jamás he indicado que sea tomadas esas pastillas — explicó, mirando un poco desconcertado a los presentes.
—¿Entonces...? — la pregunta de Alejandra simplemente quedó al aire, poco después, Roberto retomo la palabra.
—¿Notaste algo diferente en ella ayer o antes de la boda? — preguntó.
—No, ella...estaba normal, feliz y un poco nerviosa, sólo eso, ¿Por qué? — todos los presentes miraron al doctor. Roberto se sobó la nuca y soltó un suspiro de cansancio.
—Hay muchos casos en los que las madres tienden a deprimirse por un embarazo no deseado, puesto que me contaste que el embarazo de Ana no fue planeado; probablemente sea ella quién ingirió esos medicamentos — explicó. Alejandra negó con la cabeza y dió un paso hacia ella, con la mirada molesta y dispuesto a pedirle que se retractara de sus palabras antes de golpearlo. —Tranquila, hay muchas teorías, como también está la teoría de que alguien puso algo en alguna bebida antes de la boda.
Todo el lugar se quedó en silencio, lo único que se escuchaba, eran los sollozos de Alejandra y los suspiros tristes de Marco.
—Ana está en una habitación, ha sido subida a piso, podrás pasar a verla cuando despierte, por favor, trata de darle la noticia lo más tranquilo posible, ella podría ponerse peor — Alejandra asintió. —Lo siento mucho, me retiro, con permiso.
Roberto se marchó y todos se quedaron apoyando a Alejandra, quién no paraba de llorar y repetir que había sido una mala madre y esposa; pues creía que había hecho algo malo para tener está maldición.
Quizás... Ella nunca podría ser feliz.
Lo que tanto les había causado felicidad, ahora era un triste sentimiento que habitaba el corazón de todos.
