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                    Escritora's Pov

Cuando la parrillada empezó,  Carolina hizo pasar a todos los invitados al jardín trasero, donde estaba ubicada una gran piscina en medio del frondoso jardín, en las orilla de la barda que rodeaba todo aquel increíble y precioso terreno, habían unas rosas rojas, haciendo que el jardín se viera más lleno de vida y perfecto para un día como este.

—En un momento estará listo — Carolina sonrió al ver a su esposo, al menos nada malo había sucedido aún, claramente, con Alejandra y Beyonce en el mismo espacio. —Oye, Dany preciosa, ¿Podrías traerme el aderezo que se me quedó en la cocina, por favor? — la rubia asintió con una sonrisa.

—¡Claro tía! — a pasos rápidos, se perdió en la entrada de la cocina, poco después, salió con el aderezo en sus manos, camino hasta Ji-won y se lo entrego. —¿Puedo ayudarla en algo más? Ya me aburrí de hablar — puchereo con ternura.

—Claro que sí, cielo.

Ambas féminas empezaron a acomodar cosas en una mesa grande y redonda de jardín, mientras que Rubén, el padre de Alejandra, se encargaba de vigilar la carne.

Mientras que Alejandra y Ana, estaban parados cerca de otra mesa, que había sido armada por Carolina. Ana verificaba que el postre que había hecho con ayuda y compañerismo de Carolina, no se estuviera llenando de moscas, y terminaba de decorarlo. Y Alejandra...bueno, ella simplemente estaba ahí, mirando lo que hacía Ana.

—¿Tu abuela te enseño a hacer pasteles? — la pregunta sorprendió un poco a Ana, pero sonrió con melancolía y asintió.

—Sí. Cuando era adolescente, mi abuela vendía muchas de estos pasteles para pagar mis estudios, pero...dejo de hacerlas cuando el Alzheimer, entro a su vida — torció un poco la comisura de su labio, soltando un suspiro y siguiendo en lo suyo.

—Vaya, esa mujer realmente se merece un premio o alguna estatua — Ana sonrió un poco animada con la respuesta de Alejandra, asintió y continúo decorando el pastel.

Poco después, la voz de Rubén, resonó por todo el jardín.

—¡Alejandra, hija, tráeme la demás carne que está en el refrigerador, por favor, está ya se acabó! — Alejandra asintió, murmuró un "Ya vuelvo" a Ana, quién asintió y continúo con lo suyo; mientras Alejandra se iba y se perdía en la cocina.

Ana termino de decorar el delicioso pastel de chocolate con cajeta que había hecho con tanto esmero, recordó sus días de aprendiz con su abuela y se sintió orgullosa de que el primer pastel que hizo, le haya salido perfecto. Soltó una sonrisita y tomo el pastel desde la base, se giró y empezó a caminar por el jardín, pasando por casi la orilla de la piscina y justo cuando pensó que había llegado a la mesa, un ligero empujón la hizo chillar de la sorpresa, haciéndola tambalearse, trastabillar e ir directo al agua.

Haciendo que el pastel se arruinara por completo.

—¡Oh, dios, Ana! — la mencionada salió a la superficie y empezó a luchar por respirar un poco de aire.

—¡Yo voy! — El esposo de Beyonce se quitó inmediatamente la playera y se tiró al agua, sin importar mojarse los zapatos. Al entrar, rápidamente salió a la superficie y tomo a Ana de la cintura, levantándola y permitiéndole respirar. Ambos fueron ayudados a salir.

El esposo de Beyonce se acercó rápidamente a Ana y al estar por tocar el brazo de ella, rápidamente se alejo.

—No toques a mi novia — todos se quedaron callados ante la amenazadora presencia y voz de Alejandra, quién no dudo en caminar hasta Ana y acariciar su mejilla. —¿Estás bien, cielo? — pregunta, haciendo contacto con aquellos ojos cafés, que brillaban por las lágrimas.

—S-Sí — soltó en un sollozo.

—¿Qué sucede? — volvió a preguntar, pero manteniendo aquella aura intimidante.

—E-El pastel, y-yo... — negó repetidas veces con la cabeza, terminando por romper en llanto. Alejandra no dudo en cargarla y mirar a sus invitados.

—Largo de mi casa — murmura, haciendo que todos la mirarán sorprendidos.

—¡Alejandra, somos tus padres, no puedes tratarnos así! — gritó su padre, haciendo que Carolina negara con su cabeza y murmura palabras para que se callara y lo dejará irse.

—Es mi casa, además, ¿Cómo quieren que los trate cuando han hecho que Ana se sienta mal de nuevo? Se suponía que mi madre hizo está parrillada para hacerla sentir mejor y pasar un rato agradable, no para que la hicieran llorar — mira furiosa a Beyonce y a su esposo. —No quiero volver a verlos en mi puta vida, no seré amable con ustedes si me los vuelvo a topar, siquiera por error.

Y sin más, se dió media vuelta y entro a la casa con Ana en brazos y sollozando quedito.

Y nuevamente, su corazón tuvo una ruptura más; queriendo proteger a Ana de cualquier persona.

365Donde viven las historias. Descúbrelo ahora