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Espero que te vengas duro jajajjajaja

Escritora's Pov ( Lo escribí ahí porque me da la gana)

El sonido de la puerta siendo golpeada con suavidad y un poco de insistencia, hizo que Ana se levantará del sofá y dejará la revista de decoraciones en la mesa de centro.

—Debe ser el arquitecto — aviso en un murmuró a Carolina, quién también tenía una revista en sus manos, mirando algunos colores para la pintura de la construcción.

—Aquí te espero, cielo — Ana asintió y camino rápidamente hasta la puerta, la abrió con una sonrisa y está fue borrandose al ver la persona que estaba detrás de la puerta.

—¿Qué se te ofrece? — preguntó, volviendo su voz un poco cortante y fría.

—La señora Carolina me dijo que viniera a ver algo sobre una remodelación en un orfanato — dijo, sin importarle mucho que Ana lo haya tratado mal.

—¿Eres el arquitecto? — él asintió. Soltó un suspiro pesado y se hizo a un lado, dejándole pasar, él simplemente camino sin decir nada. —Genial — murmuró, antes de cerrar la puerta y regresar a la sala.

—¡ cariño, que bueno verte de nuevo! — Carolina se levantó y lo abrazo con cariño. Ana camino hasta el sofá y se sentó, ignorando la presencia de él.

—También es un gusto volver a verla, señora Rocha — Él sonrió amable a la mujer, quién no dudo en invitarlo a sentarse.

—Vamos siéntate — Él agradeció con una sonrisa y tomo asiento. Carolina miró a Ana, quién parecía inmersa en la revista que estaba viendo, carraspeó su garganta, llamando la atención de Ana. —Ana, cielo, él es el arquitecto del cual te había hablado — Ana despegó sus ojos de la revista, miró lo miro y asintió con la cabeza.

—Bien — fue lo único que mencionó, volviendo a mirar a la revista.

ÉL soltó un bufido y dejo de golpe una mochila que tenia sus cosas; en la mesa de centro, llamando la atención de ambas, ya que las había asustado.

—Yah, ¿Quieres dejar de portarte como una niña berrinchuda? Se supone que vine por algo serio, no para soportar tus malditas niñerias — Carolina lo miro sorprendida.

—Tay...

—Si hubiera sabido que eras tú él estúpido arquitecto, no hubiera dicho que sí — ahora Carolina miró sorprendida a Ana, quién mantenía un rostro serio y molesto, nunca la había visto en esta faceta.

—Ana...

—¡Eres una berrinchuda, no sé cómo mi padre pudo haber tratado de localizarte y tratarte como a una hija, cuando ni siquiera lo mereces! — se levantó, completamente molesto.

Carolina miró atónita la escena, sin saber que hacer realmente, estaba en medio de una batalla de palabras, cuando uno atacaba, el otro se defendía con más fuerza.

—¡No sabes nada de mí, ni de mi familia, pero puedo asegurarte que tu padre es un maldito bastardo abandonador, que jugó con mi madre y la dejo a su suerte estando embarazada de mí! — chilló molesta. Sentía que en cualquier momento, las lágrimas que guardaban sus ojos, saldrían rodando de estos, mostrando debilidad hacia su enemigo.

—¡No hables así de mi padre, él no es lo que dices, al contrario, es un hombre de palabra, y si dejo a tu madre, seguramente era una maldita interesada!

Ana dejo salir el último suspiro de aire y miró seriamente a Tay, con sus lágrimas brillando en la orilla de sus ojos.

Carolina inmediatamente se levantó y se interpuso en medio de los dos, rápidamente miró a Tay.

365Donde viven las historias. Descúbrelo ahora