27.

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*Kris Jenner' house.
*KUWTK on air.



Me miré en el espejo, ajustando el último mechón de cabello hasta que cayera justo donde debía. Estaba perfecta: cabello, maquillaje, la sonrisa lista para cualquier cosa. Esa noche tenía que ocultar bien todo lo que pasaba por mi cabeza. Entre sonrisas y miradas discretas, Justin y yo habíamos cruzado una línea, y aunque él llenaba un vacío en mi vida que ni siquiera entendía, no significaba que lo necesitara para ser feliz. Yo era feliz, con o sin él.

Suspiré antes de entrar a la casa de mamá. En el salón, todo estaba en movimiento. Kylie y Khloé charlaban en la cocina, Kim acomodaba platos, y Kourtney estaba en el sofá, distraída con su teléfono. Kanye bromeaba con Scott sobre algo mientras Tyga y ASAP intercambiaban chistes en voz baja, relajados como siempre.

Mamá apareció de repente, con su energía inagotable.

–¡Kels, cariño, qué guapa estás! –dijo, envolviéndome en un abrazo entusiasta.

Sonreí, sin querer admitir que, a pesar de todo, esas reuniones familiares me encantaban. Ella rió y me soltó.

–¡Ah, que ya estás entre nosotros!

Corey, su novio, se acercó entonces, con esa sonrisa traviesa que siempre me desconcierta.

–Esta noche tenemos un invitado especial –anunció–. ¿Adivinas quién?

Mis instintos se activaron de inmediato, y apenas pude mantener mi expresión relajada.

–¿Alguien especial? –dije, tratando de sonar desinteresada.

Corey sonrió.

–Sí, Justin estará con nosotros esta noche.

Apreté los labios. No podía creer que él estuviera aquí.

–Qué... sorpresa –murmuré–. ¿Invitarlo fue idea tuya?

Corey sonrió y me guiñó un ojo.

–Es un buen chico, sabes. A veces necesita que alguien lo encamine, y pensé que podríamos ser una buena influencia para él.

Kylie, al escuchar esto, soltó una risa breve.

–¡Corey! ¿Ya le advertiste que esta noche puede ser una prueba de fuego?

Khloé rió a carcajadas, y yo me uní, aunque mi risa fue más para liberar la tensión. Me sentía atrapada, entre una sonrisa y un nudo en el estómago.

La mesa estaba llena de risas, platos de comida, y copas de vino. Cuando Justin llegó, su entrada captó la atención de todos; parecía relajado y en su elemento, bromeando con mis hermanas y con mamá, como si fuera uno más de la familia.

Finalmente, cuando llegó a mi lado, me miró con una intensidad que hizo que mis manos se tensaran.

–¿Así que esta es la famosa cena Kardashian? –comentó con una sonrisa divertida.

–Prepárate, que esto apenas comienza –contestó Khloé, dándole un empujón amistoso.

Kanye, riendo, intervino.

–Dios, amigo, no sabes en lo que te metes.

La cena comenzó a llenarse de chismes y bromas. Mamá, como siempre, trataba de mantener la conversación viva.

–Entonces, Kylie, ¿ya tienes algún plan para el fin de semana? –le preguntó con curiosidad.

Kylie se encogió de hombros, mirando de reojo a Tyga, que le devolvió una sonrisa discreta.

–No sé, tal vez algo tranquilo... aunque no prometo nada.

Kim rodó los ojos, sonriendo.

–Ay, Kylie, suena a que tienes más de un plan bajo la manga.

–Pues claro, ¿por qué no? –respondí con un tono despreocupado, causando la risa de todos. Me sentía casi en paz, disfrutando del ambiente, pero cada tanto notaba cómo Justin me observaba. Era como si, en medio de tanta gente, él y yo compartiéramos un secreto que nadie más conocía.

Entre risas y bromas, Kanye contaba una historia sobre una de sus giras, y Scott y Khloé se peleaban por la última porción de postre. Mientras tanto, Tyga y ASAP discutían sobre quién tenía el mejor estilo, lanzando bromas entre ellos, mientras Kylie se recargaba en el hombro de Tyga, divertida.

De repente, Scott me llamó.

–¿Kelsey, vas a quedarte con todo el vino o planeas compartirlo?

–Solo si eres amable conmigo –respondí, alzando una ceja y riendo mientras le pasaba la botella.

El ambiente estaba tan relajado y caótico que, por momentos, olvidaba la tensión que sentía por la presencia de Justin. Mamá y Corey se reían juntos, mis hermanas charlaban y reían, y yo me dejaba llevar por esa calidez que solo podía sentir con ellos. Incluso el hecho de que Justin estuviera allí casi parecía encajar, como si formara parte de todo.

En un momento, Kendall me tomó del brazo y me llevó discretamente a la que era su habitación. Apenas cerró la puerta, se cruzó de brazos y me miró con el ceño fruncido.

–¿Qué está pasando con Justin? –soltó de golpe, como si no pudiera contener la pregunta.

Le lancé una sonrisa rápida, intentando evadir el tema.

–¿Qué quieres decir? Él es solo... Justin, un amigo de la familia.

Kendall alzó una ceja, claramente no creyéndome.

–Kelsey, he visto cómo te mira y cómo lo miras. No es 'solo' Justin.

Suspiré, tratando de mantener la compostura.

–Está bien... sí, hay algo entre nosotros. Pero es complicado, Kendall. Y no quiero que esto se convierta en un drama familiar.

Ella asintió, aunque su expresión seguía reflejando preocupación.

–¿Y Hailey? ¿Y mamá? ¿Qué piensas hacer?

Miré hacia otro lado, sintiéndome acorralada.

–Es algo que está... ahí, Kenny, y trato de no pensar en eso. No quiero que nadie se entere. No busco que esto vaya a ninguna parte, y quiero manejarlo sin lastimar a nadie.

Kendall suspiró, aunque al final asintió.

–Bueno, sabes que estoy aquí para ti. Pero, Kelsey, por favor, no te metas en algo que no puedas manejar.

Le dediqué una sonrisa agradecida.

–Gracias, Kendall. Lo sé. Y no diré nada a nadie, te lo prometo.

Después de la cena, necesitaba un respiro, así que me dirigí al patio trasero. La brisa fresca me aclaró la cabeza, aunque mi calma duró poco: Justin estaba ahí, esperando bajo las luces del jardín.

–¿Así que... esta cena fue interesante, no? –dije, tratando de sonar casual mientras me acercaba a él.

–Sí, interesante es una buena forma de decirlo –respondió, mirándome con una intensidad que hizo que me detuviera por un segundo–. Pero creo que ambos sabemos que esto no puede seguir así.

Asentí lentamente. Era la verdad, aunque doliera.

–No te necesito para ser feliz, Justin. Lo sabes. Pero... haces que la vida sea un poco más emocionante, un poco más peligrosa.

Él sonrió, aunque sus ojos no parecían tan seguros.

–Lo sé, Kelsey. Pero... creo que esto solo nos traerá problemas. Quizás deberíamos distanciarnos, no dejar de hablarnos, pero mantener cierta distancia.

Intenté ocultar mi decepción, manteniendo una expresión indiferente.

–Tal vez tengas razón. Tenemos vidas complicadas, y no quiero que mi familia se vea arrastrada en esto.

Nos miramos en silencio, ambos demasiado orgullosos para admitir cuánto dolía esta decisión. Finalmente, rompí el silencio.

–Cuídate, Justin.

–Lo mismo digo, Kelsey. Que encuentres lo que estás buscando.

Nos abrazamos en un gesto de despedida cargado de emociones que no necesitaban ser expresadas. Ambos sabíamos que esta distancia no era un adiós definitivo, sino una pausa necesaria. Nos separamos sin decir más, dejando que el frío de la noche se llevara nuestras últimas palabras.

Damn Jenner (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora