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El bullicio del backstage en Miami era casi ensordecedor. La emoción crecía a medida que el espectáculo se acercaba, y cada rincón estaba lleno de energía. La música vibraba a través de las paredes, y yo me sentía como una mezcla de nervios y adrenalina. Era mi momento, y no iba a dejar que nada me detuviera.

—¡Kelsey! —me llamó uno de los bailarines, un chico alto y musculoso llamado Marco—. ¿Listas para mostrarles cómo se hace?

—¿Listas? ¡Por supuesto! —respondí con una sonrisa, sintiendo cómo la emoción me recorría.

Mientras me unía a los bailarines, el director de la coreografía nos explicó los pasos que íbamos a practicar. En ese momento, la tensión y la risa llenaron el aire. Justin se acercó, con una sonrisa amplia, que iluminaba aún más el ambiente.

—¿Listo para ver a tu estrella brillar? —le pregunté, lanzándole una mirada juguetona.

—Siempre estoy listo —respondió él, pero había algo en su voz, una mezcla de confianza y un ligero nerviosismo que no pude ignorar.

La música comenzó a sonar, y los pasos se deslizaban en el aire. Al principio, todo se sentía en calma, pero a medida que avanzaba el ensayo, la energía crecía. Justin se colocó a mi lado y, juntos, comenzamos a movernos al ritmo, creando una química que solo se podía describir como electrizante.

—No puedo creer que estés aquí —dijo un bailarín, David, mientras nos observaba—. Kelsey, deberías enseñarnos algunos de tus movimientos. ¿Qué tal un poco de twerk?

Me reí, pero algo en sus palabras me hizo sentirme audaz. Miré a Justin, y su expresión era un cóctel de sorpresa y diversión.

—Creo que podría darles una lección —le respondí con un tono provocativo.

Los demás bailarines comenzaron a animar, y Marco levantó las manos, gritando: —¡Vamos, Kelsey! ¡Demuestra lo que tienes!

Sin pensarlo dos veces, me lancé hacia el centro del espacio de ensayo, sintiendo cómo las miradas se centraban en mí. La música cambió a una canción más rápida, y, con un giro de cadera, comencé a moverme al ritmo, dejando que la energía me dominara.

Los bailarines se agruparon alrededor, animándome. La habitación se llenó de risas y gritos de apoyo. Y en el centro de todo esto, Justin me miraba con los ojos muy abiertos, una mezcla de sorpresa y admiración en su expresión. A medida que comenzaba a twerkear, su mirada se volvía cada vez más intensa.

—¡Eso es, Kelsey! —gritó un bailarín, mientras Justin daba un paso atrás, claramente un poco nervioso por lo que estaba viendo. Pero, al mismo tiempo, no podía apartar la vista.

La música resonaba y yo me dejaba llevar, disfrutando cada movimiento, sintiendo cómo la adrenalina subía. Cada giro y cada paso hacían que todos los demás quedaran boquiabiertos, incluso Justin, que ahora se pasaba las manos por el cabello, claramente nervioso.

—¡Justin, ven a unirte! —gritó uno de los bailarines, provocando risas.

Justin me miró y se acercó con una sonrisa nerviosa, como si no pudiera resistirse. —No sé si estoy listo para esto —dijo, bromeando, mientras empezaba a moverse a mi lado.

—Vamos, solo sigue mi ritmo —le respondí, desafiándolo con una mirada coqueta.

El ambiente se volvió juguetón, y todos comenzamos a bailar en círculo, disfrutando del momento. Justin trataba de seguirme, pero cada vez que me movía, se veía un poco perdido, lo que me hacía reír aún más.

Fredo, su mejor amigo, apareció en el fondo y comenzó a gritar burlas. —¡Mira a Justin! ¡Se le ve tan nervioso! ¿Vas a dejar que Kelsey te supere en el escenario, hermano?

La risa resonó en todo el lugar. Justin se sonrojó, pero no pudo evitar sonreír mientras intentaba mantener el ritmo.

—Oye, no es mi culpa que ella sepa cómo moverse mejor que yo —replicó Justin, lanzando una mirada desafiante a Fredo, pero se notaba que estaba disfrutando el momento.

La música continuó, y yo me dejé llevar, incorporando más pasos atrevidos. Justin se acercó más, intentando imitarme, y ambos nos perdimos en el ritmo. El tonteo se hizo evidente, con risas y miradas cómplices.

—Kelsey, deberías unirte a nosotros en el show —sugirió uno de los bailarines, elogiando mis movimientos—. ¡Imagina lo que sería bailar con Justin en el escenario!

—Eso suena tentador —respondí, volviendo la mirada hacia Justin—. ¿Te gustaría que bailara contigo, o prefieres que te deje solo brillar?

Justin sonrió, y por un momento, la sala se volvió más silenciosa, como si todos esperaran su respuesta. —No podría dejar que te quedes fuera. Esto no sería lo mismo sin ti —dijo, su voz suave y sincera.

El resto de los bailarines aplaudió, animando a que ambos nos moviéramos al ritmo de la música.

—Vamos, Kelsey, ¡dale! —gritó Marco, animando a que volviéramos a empezar la coreografía.

A medida que avanzaba el ensayo, me sentí más y más conectada con Justin. Cada giro, cada movimiento parecía atraerlo más cerca de mí. Era como si el mundo se desvaneciera y solo quedáramos nosotros dos en el escenario, bailando bajo las luces brillantes.

—Sabes, podrías hacer esto más a menudo —dije en voz baja, cuando nos acercamos después de otro movimiento.

—Quizás debería —respondió él, sus ojos reflejando una mezcla de diversión y algo más.

El ensayo continuó, y aunque había risas y bromas por parte de los demás, la tensión entre Justin y yo era palpable. Al final de la sesión, todos estábamos exhaustos pero felices.

—Bien hecho, Kelsey —dijo Justin mientras nos sentábamos en el suelo, recuperando el aliento—. No solo eres una bailarina increíble, también has hecho que todos se diviertan.

—¿Quién iba a pensar que podría sorprender a la estrella del espectáculo? —bromeé, sintiendo cómo la energía del ensayo aún corría por mis venas.

Fredo se acercó, riendo. —Espero que estés lista para el show, porque si no, Justin se pondrá nervioso otra vez. No quiero perderme su cara cuando intente seguirte el ritmo.

Todos comenzaron a reír, y Justin se encogió de hombros, divertido. —Al menos tengo a alguien que me apoye en el escenario. Pero creo que necesitaré un poco más de práctica.

La broma continuó, y mientras todos hablaban y reían, me di cuenta de que estaba formando parte de algo más grande. Las miradas de admiración, las risas y el ambiente festivo me llenaban de energía.

El ensayo había sido un éxito. La química que había compartido con Justin en el escenario era innegable. Y con el espectáculo a la vuelta de la esquina, sabía que había algo especial por venir.

Pero también sabía que Scooter estaría al tanto, y no estaba seguro de cómo iba a reaccionar ante el creciente interés en mi participación en el espectáculo. Sin embargo, estaba lista para enfrentar cualquier desafío que se presentara. Había encontrado mi lugar, y no había vuelta atrás.

El show de Miami iba a ser épico, y yo iba a ser parte de él.

Damn Jenner (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora