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JUSTIN POV

El caos de la fiesta se sentía abrumador. Luces, música y voces se entrelazaban en un eco constante, pero mi atención estaba completamente absorbida por la noticia que acababa de explotar en todas partes: la campaña de Calvin Klein había salido, y la foto en la que aparecíamos Kelsey y yo se había hecho viral.

Todo estaba fuera de control.

Mientras el resto del salón celebraba, mis amigos insistían en mostrarme una y otra vez la imagen en sus teléfonos, como si fuera algo gracioso. Para ellos, podía serlo; para mí, era como si alguien hubiese arrancado la última capa de control que me quedaba. Y entonces, como un reflejo, mi mirada buscó a Kelsey entre la multitud.

Ahí estaba ella. Con un vestido negro que resaltaba cada línea de su cuerpo, irradiaba una energía magnética. No era la Kelsey que el público veía en la pasarela; era la Kelsey real, la que no temía decir lo que pensaba ni mostrarme mis debilidades. Esa Kelsey que me atraía de una forma que no podía, ni quería, entender.

Tomé un respiro y me dirigí hacia ella, abriéndome paso entre la gente sin siquiera saber qué decirle. Cuando llegué, ella ya me había visto, y en su mirada había un destello de expectación, mezcla de irritación y curiosidad.

Kelsey me dio una mirada impenetrable y cruzó los brazos.

—¿Viniste a disculparte por lo de la campaña o solo quieres otra excusa para estar aquí? —dijo, con un tono desafiante, pero su voz sonaba baja, casi como si estuviera decepcionada.

Intenté mantener la calma, aunque sentía la tensión bajo mi piel.

—Kelsey, no tenía idea de que lanzarían la campaña tan pronto. Quería que lo supieras —respondí, aunque ni yo mismo estaba seguro de qué esperaba lograr con eso.

Kelsey me miró, y luego soltó una risa, una mezcla de incredulidad y cansancio.

—Claro, Justin. Porque tú nunca tienes control sobre nada, ¿verdad? —replicó, cruzando los brazos—. Es como si todo el mundo tomara decisiones por ti.

—No es tan fácil como crees —dije, tratando de defenderme—. No siempre puedo controlar lo que sucede a mi alrededor.

Ella negó con la cabeza y sonrió, aunque su sonrisa estaba teñida de amargura.

—Y ahí está de nuevo. Esa forma tuya de escaparte de las cosas, de culpar a otros o a las circunstancias —dijo, mirándome con intensidad—. ¿Es que no te das cuenta, Justin? Estás tan atrapado en mantener esa imagen que no ves que todo lo que dices suena vacío.

Su mirada me atravesaba, y cada palabra que decía resonaba en mí, destrozando cada defensa que había construido. Sabía que tenía razón, y eso me enfurecía.

—No sabes lo que es vivir bajo una constante presión —murmuré, casi en un susurro, más para mí que para ella.

—¿Presión? —repitió, y su voz era fría—. No me vengas con eso, Justin. Yo también tengo expectativas, pero al menos tengo el coraje de ser quien soy.

La forma en que me miraba, sus ojos fijos en mí como si tratara de ver más allá de lo que yo mostraba, me hizo sentir pequeño. Quería decir algo, algo que pudiera cambiar su opinión, pero no encontraba las palabras.

—¿Qué esperas que haga? —pregunté finalmente, incapaz de sostener su mirada.

—Quiero que dejes de fingir. Que seas honesto contigo mismo, por una vez. —Su voz era suave, pero sus palabras eran una daga—. Porque si no, Justin, esta será la última vez que me busques para justificarte.

Damn Jenner (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora