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La mañana después de la fiesta comenzó con calma. Decidí salir a correr por la arena blanca de Bora Bora, intentando dejar atrás todo lo que estaba pasando a mi alrededor.

No lograba entender nada de la actitud de Justin. Después de lo de Hailey, todo parecía estar bien: los shows, el día en el yate, las fotos, el momento en que nos sinceramos sobre lo que sentíamos.

¿Dónde quedó todo eso?

Con cada zancada sentía que me ahogaba más y más; correr no estaba surtiendo el efecto de alivio que esperaba, al igual que tampoco lo hizo emborracharme anoche.

Justin era un maldito grano en el culo. No podía sacarlo de mi mente ni con agua caliente. Incluso podría decir que estaba deseando que estas vacaciones acabaran para volver a LA y concentrarme en trabajar.

Al regresar, encontré a todos en la villa desayunando, riendo y haciendo tonterías. Ojalá pudiera ser una de ellos en este momento; aunque podría forzarme, sabía que sería lo peor. Les sonreí mientras iba hacia el frigorífico en busca de agua fría. No sabía cuántos grados hacía en este lugar, pero el calor era casi insoportable.

—¡Hey, Kels! —gritó Gigi desde la mesa, corriendo hacia donde yo estaba.

Mientras bebía agua, me abrazó por la espalda con un gesto lleno de cariño y confort.

—¿Cómo estás? —preguntó, separándose.

Su mirada preocupada parecía atravesarme, como si buscara alguna respuesta dentro de mí, aun sabiendo que probablemente no le diría la verdad.

—Pues... respiro y sigo viva. Supongo que bien —declaré, encogiéndome de hombros en un intento de parecer despreocupada.

Gigi estaba a punto de decir algo más cuando Zack interrumpió desde el comedor, llamándonos para que nos acercáramos.

—¡Tengo noticias nuevas sobre mi no-relación! —anunció con una sonrisa, esa sonrisa rara en él, que casi nunca se mostraba sin una actitud desafiante.

—¿Tu no-relación? —pregunté, confundida.

—Zack ha estado tonteando con una chica todo este tiempo —aclaró Zayn, sentado a su lado.

No pude evitar la sorpresa al escuchar eso. Zack siempre me había parecido un caso perdido. ¿Cómo alguien se había fijado en él?

—¡Y ahora es oficial! —exclamó Zack con entusiasmo.

Todos empezaron a gritar y a dar golpes de emoción, celebrando el que menos esperaba ver en una relación. Esa chica estaba destinada a salir lastimada; no tenía pruebas, pero tampoco dudas.

—Y te interesa, Kelsey —añadió Zack, señalándome.

—¿A mí? Oh, sí, muchísimo —respondí con sarcasmo.

—Es Madison Beer —añadió Tyga.

Madison Beer al parecer era la chica con quien relacionaban a Justin y con quien se le vio saliendo del hotel.

Mientras todos comentaban la relación de Zack y Madison, un ruido de motor rompió el aire tropical. Una lancha se acercaba al muelle privado de la villa. Entre risas y murmullos, Gigi fue la primera en notar la figura familiar a bordo.

—Oh Dios, chicos... es Justin —dijo con una sonrisa contenida.

Inmediatamente, todas las miradas se posaron en el muelle. Mi corazón dio un vuelco. Había esperado su llegada, pero... no así. No ahora, con esas fotos todavía quemando en mi mente.

Cuando el bote se detuvo, Justin bajó con una sonrisa despreocupada, como si no fuera consciente de las especulaciones y el drama que se habían desatado en su ausencia. Y, como si el universo no pudiera ser más cruel, Madison Beer bajó justo detrás de él. En cuanto la vi, mi estómago se tensó.

Damn Jenner (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora