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Después de un día agotador de ensayos, regresé al hotel con Kendall, Kylie, Gigi y Bella. La emoción por el espectáculo del día siguiente llenaba la habitación mientras hablábamos de lo que se avecinaba. Las risas y las bromas volaban, pero mi mente seguía volviendo a Justin y la conexión que habíamos compartido.

—No puedo creer que vayas a bailar en el espectáculo —dijo Kendall, sonriendo—. ¡Va a ser épico!

—Totalmente. Tienes que brillar —agregó Gigi, dándole un codazo a Kylie—. La vamos a ver arrasar.

Mientras las chicas seguían charlando, me llegó un mensaje de Justin. La tensión en el aire era innegable, y cada vez que pensaba en él, mi corazón latía más rápido.

Bieber:

Vienes a mi habitación?

Cuando llegué a su habitación, lo encontré preparándose. La puerta se abrió y Justin me sonrió, su expresión iluminándose al verme.

—Kelsey —dijo, extendiendo los brazos hacia mí—. Me alegra que hayas venido.

Entré, sintiéndome un poco nerviosa. La habitación estaba suavemente iluminada, y una botella de vino tinto estaba abierta sobre la mesa.

—Pensé que podríamos relajarnos antes del gran día —dijo, sirviendo dos copas de vino.

—Me parece perfecto —respondí, tomando la copa que me ofrecía. Mientras brindábamos, la atmósfera se sentía cada vez más cargada.

A medida que hablábamos, nuestras manos se tocaban de manera casual, pero esos toques provocaban escalofríos por mi cuerpo. Justin me miraba intensamente, y había una chispa en su mirada que prometía diversión.

—¿Sabes? No puedo dejar de pensar en lo increíble que bailas —dijo, acercándose un poco más, su voz un suave susurro que llenó la habitación.

—Es solo un poco de práctica —dije, intentando parecer modesta, aunque sus elogios me hacían sonreír.

—No, en serio. Me encanta verte en el escenario, pero lo que realmente me atrapa es cómo te mueves aquí, ahora —comentó, acariciando suavemente mi brazo.

Sentí cómo mi piel se erizaba ante su toque. En un impulso, me incliné hacia él, y nuestras bocas casi se encontraron. La tensión era electrizante, y la idea de lo que podría pasar me emocionaba.

—Podríamos hacer algo divertido antes de que llegue el espectáculo —dije, juguetona, mirándolo a los ojos.

Justin sonrió de manera traviesa. —¿Algo divertido como qué?

—No lo sé, quizás... un poco de baile improvisado —propuse, intentando parecer casual.

—Me gusta la idea. Pero primero, ¿quieres un poco más de vino? —dijo, llenando nuevamente nuestras copas.

Mientras tomábamos, la conversación se volvió más coqueta, y cada vez que nuestras manos se rozaban, era como si el aire se encendiera.

—¿Te imaginas si bailáramos juntos en el jacuzzi? —sugirió Justin, su voz llena de picardía.

—¿En el jacuzzi? Eso suena... interesante —respondí, sintiéndome audaz.

Con una mirada significativa, Justin se levantó y caminó hacia la puerta de la terraza. —Vamos, deberías probarlo.

Cuando llegamos al jacuzzi, el vapor se elevaba en el aire cálido de Miami. Justin me miró con esa sonrisa que me hacía sentir como si todo lo demás desapareciera.

—¿Listo? —preguntó, haciéndome sentir un cosquilleo de emoción.

—Solo hay un problema —dije, Justin se quitó la camiseta con un movimiento despreocupado. Mi corazón se detuvo por un instante al ver su torso musculoso expuesto.

Damn Jenner (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora