Camino a Vaargler. 15 de octubre de 879 d.d
El inmenso bosque que rodeaba el camino se había vuelto increíblemente tenebroso una vez las luces del día se habían ido, Edregan pudo notar que su pequeña hija se estremecía en pequeños temblores mientras observaba con nerviosismo a cada lado del camino, como si esperase que algo peligroso pudiera aparecer en cualquier minuto para atacarles. La miro con aprecio y dejo escapar una leve sonrisa ante la inocencia de la niña, no pudo evitar las ganas de abrazarla con delicadeza, enlazando sus brazos alrededor de ella hasta que dejo de sentir los temblores, momento que aprovecho para besar su frente con el cariño que solo un padre puede transmitir.
‒ ¿A que le temes? –Le pregunto con suavidad una vez le hubo soltado.
‒Dorfal dice que en el bosque se esconden hombres malos. –Susurro ella, sin devolverle la mirada.
‒ ¿Y tú crees lo que él te dice? ‒Pregunto mientras le acariciaba la larga y oscura cabellera.
‒No todo, pero igual me da miedo.
‒Bueno, puede que Dorfal tenga razón. Pero tu padre fue miembro del ejército así que sabe defenderse, no dejaría que nada te ocurriera hija mía.
Ella le miro hacia arriba, a su vez él le correspondió con una cariñosa sonrisa.
‒ ¿Fuiste parte del ejercito? –Los ojos de Lyra brillaron de emoción, al parecer había olvidado el miedo de hace unos minutos.
‒Hasta hace cinco años fui parte, e incluso me hice amigo del rey.
‒ ¿Y porque ya no?
‒Pues porque una vez fui herido por un hombre muy malo, me hizo tanto daño que el doctor dijo que ya no podría volver a luchar junto con mis compañeros.
‒ ¿Y eso te puso triste?
Por un momento guardo silencio, el recuerdo de sus años como militar causo un sentimiento de nostalgia en su interior, llevándole a un ligero estado de tristeza. Pero no podía mostrarse deprimido frente a su hija, no cuando lo necesitaba como pilar para vencer el miedo.
‒Al principio claro que lo hizo, pero si no hubiera sido por eso nunca hubiera conocido a tu madre, y tampoco hubiera tenido una hija como tú.
‒Te quiero papa. –Le dijo ella mientras lo abrazaba con una amplia sonrisa en los labios.
‒Yo también hija mía. –Contesto mientras devolvía el gesto de afecto.
Palacio. Capital de Dorrak. 5 de julio 874 d.d
La pierna aun le molestaba por el gran corte que le propino el alcalde de Golkner, en su vida había imaginado que aquel anciano fuera tan bueno en el uso de la espada, el hombre sabia moverse y había dedicado una resistencia inhumana para no ser tomado prisionero, pero al verse rodeado decidió morir como el hombre libre que era y se lanzó a través de una de las ventanas del edificio principal de la ciudad, su corta gobernación del proclamado Reino de Golkner había terminado tan rápido como había empezado, después de todo una sola ciudad nunca hubiera tenido posibilidades contra un reino entero.
Sentado allí, fuera de la consulta del médico y esperando su diagnóstico no podía más que pensar en lo que había sucedido tres días atrás. Por la locura de un solo hombre se vio obligado a matar gente de sus propias tierras, tal vez en el pasado conoció a alguno de ellos, o podía haberles conocido en un futuro no muy lejano. Sentado allí no podía hacer más que reflexionar, a su lado estaba Gazva, su más fiel compañero, pero él tampoco tenía palabras, también estaba pensante acerca de aquello. Hacía más de medio siglo que una rebelión armada no se llevaba a cabo dentro del reino, y para mala suerte les había tocado a ellos sofocarla, quizás así pudieron salvar muchas vidas, pero era su a su propia gente a quienes debieron exterminar para que eso no ocurriera. Desde luego en medio del campo de batalla nunca tuvieron la oportunidad de pensar en aquello, pero ahora, en el silencio de la espera se recriminaban haber participado de una masacre en contra de unos hombres que solo buscaban la libertad propia, tal vez eran ellos mismos los equivocados al no concedérsela.
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Padres e hijos
AcciónPadres hijos nos cuenta dos historias distintas pero a la vez muy relacionadas entre si. Teniendo como protagonistas a dos hombres de la misma aldea que son buenos amigos pero que se irán separando y volviendo a unir a medida que transcurre la hist...