Capitulo 7

272 18 0
                                    

Aria
— por favor, ahí... ah joder si — comencé a gemir al sentir como me tocaba los pezones con fuerza. Dios me estaba volviendo loca. Este hombre iba a acabar conmigo.

— Joder estás empapada, como me gusta tenerte así, mojada y caliente, por mi. — dijo mientras que tocaba mi entrepierna. Gemí, alto y fuerte, llevaba meses sin sentir este placer.

— Vamos nena, quiero ver cómo te corres para mí, quiero sentir como me empapas los dedos — gemí de nuevo, este hombre iba a acabar conmigo de verdad, sus dedos eran expertos en mi coño. Sentía como se iba formando mi orgasmo poco a poco.

— Ah si, por favor, quiero correrme. Más, quiero más — seguí gimiendo y pidiendo sin reparos, iba a correrme, este hombre iba a hacerme correr tan duro que iba a perder la conciencia.

— Buena chica, córrete para mi. Después te follare tan duro que cojearas durante días — gemí al escucharle decirme eso. Estaba a punto, sus dedos se curvaron dentro de mi y los movió con mucha más fuerza, y me corri, sabe dios lo fuerte que fue este orgasmo.

De repente me giró sobre mi eje dejando mi culo en pompa, gemí de nuevo al notar un azote en una de mis nalgas, todavía seguía temblando por el orgasmo.

— ahora voy a follarte y vas a gemir tanto, voy a convertirte en mi putita por esta noche. — joder, su voz, como me hablaba todo me estaba volviendo loca. Noté como se bajó la cremallera, rasgó el condon con la boca, y comenzó a moverla en mi entrada.

Necesitaba tenerla dentro, empujé mis caderas hacia atrás intentando introducirla en mi, ni siquiera la había visto y la deseaba tanto. La boca se me hacía agua pensando en cómo se sentiría su polla en mi garganta.

— No seas impaciente, voy a follarte a mi ritmo — comenzó a introducir su polla en mi, gemí al sentirla me sentía tan llena. Joder no se si es que era enorme o yo llevaba mucho tiempo sin follar.

— relájate que todavía no está dentro del todo, no quiero hacerte daño — gemí cuando dio un empellón y la metió entera me sentía tan llena tan completa, joder si esto era lo que necesitaba.

— Muévete, me estás matando. — gemí y pedí al mismo tiempo, necesitaba que se moviera, y juraría que podía sentir su sonrisa arrogante encima de mi. Gire mi cabeza y hay estaba era perfecto, todo su cuerpo era músculo puro.

— Como órdenes, tigressa. — comenzó a moverse con fuerza, y yo solo sabía gemir, sentía como temblaban mis piernas, como me rebotaba el culo cada vez que la metía. Era tan sumamente duro que mis ojos se pusieron en blanco. Iba a correrme de nuevo.

— córrete en mi polla, córrete de nuevo tigressa mía — gemí, solo sabía gemir, este hombre me estaba robando todo líquido que había en mi cuerpo, me estaba haciendo sentir como nunca me había sentido.

— joder si, voy a correrme. — entonces paro y me dio la vuelta con su polla aún entre mis pliegues y se comenzó a mover más rápido y más duro que antes.

— córrete mirándome, déjame ver cómo lo haces. — entonces pasó, comencé a correrme mirándole a los ojos, esos ojos tan verdes como los bosques. Joder mis ojos se pusieron en blanco y grité al correrme.

— SI, SI, SI! Joder si! — gemí corriéndome mientras que me agarraba a el, arañaba su espalda, su cuerpo.

— buena chica— dijo entonces le miré, y desee como nunca besarle, hacerle sentir el placer que me había hecho sentir a mi, tenerlo como yo estoy ahora.

Salió de mi interior, y la vi era enorme, no sabría decir cuánto, pero era enorme. Y se me hizo la boca agua, necesitaba tenerla en mi boca. La agarre con una mano, y comencé a masajearla, joder me moría por tenerla en mi boca.

Quite el condon y lo mire mientras me relamía los labios, el agarro mi pelo y me dirigió hacia su gran miembro, lami la punta con líquido preseminal saliendo, y le oí como gruño, joder esto era una puta peli porno.

Comencé a introducirla en mi boca, era enorme, no me iba a caber entera pero yo quería intentarlo. Seguí chupando, lamiendo, succionando. Mientras que le miraba con deseo, deseaba tener su semilla pasando por mi lengua, el aceleró sus movimientos mientras echaba la cabeza hacia atrás.

—CAZZO!— le escuché decir mientras se corria en mi boca, con fuerza, dándome todo lo que llevaba esperando un rato, estar los dos satisfechos, me lo tragué todo.

— gracias por el polvo, pero tengo que irme — me levanté rápido y comencé a vestirme, me sentía satisfecha y muy muy bien, necesitaba esto. Salí de la casa ya vestida y me dirigí hacia el coche de mi chofer, obviamente utilizaba otro distinto ya que yo iba sin máscara.

Así que me introduje en el coche, en la parte de atrás había una máscara preparada y los cristales tintados no permitían que mi chofer me viera.

— A casa, por favor.

El rostro del enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora