30: Tarde en el bosque

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Estuvimos en moto sobre media hora, pasamos por sitios en los que nunca había estado. Según íbamos avanzando, más extraños se me hacían los lugares y más nos alejábamos de la sociedad.

-¿A dónde me llevas?

Estaba bastante intrigada, comenzamos a adentrarnos en un gran bosque, cuya existencia desconocía.

También pude ver que ya había un pequeño camino, el cual parece que creó él mismo.

-No seas impaciente, queda poco.
O eso creo que dijo, con el ruido de la moto apenas le oía.

Al cabo de un rato, al fin la moto paró, adoré montarme en ese vehículo, pero siempre he odiado el ruido que hacían...

Al bajar, pude admirar la grandeza y belleza de aquel bosque. Tenía unos árboles altísimos, con los cuales apenas daba el sol, también había un pequeño lago, y el aire era tan puro... Que a medida que iba respirando, mis problemas iban desapareciendo.

Éste me cogió de la mano y me llevó al lado del lago.

-¿Qué tal te parece este lugar?

-Dios... ¡Es hermoso! Me encanta... ¿Cómo lo encontraste?

-Sabía que te gustaría... *sonríe*
¿Sabes? Aquí es cuando voy siempre que me encuentro desanimado y estoy ausente por días, me transmite la calma que necesito.

-Cierto que es un lugar bonito para relajarse, descansar, reflexionar... Pero, ¿Cómo puedes estar aquí por días?

-Bueno, hay animales, agua, sombra y un suelo sobre el que dormir ¿Qué más necesito?

-Wow, ahora resulta que al pijo de ciudad le gusta el bosque.

-¿Cómo has dicho?

-Pues eso... Al principio, cuando te conocí, me pareciste un pijo de ciudad. *río*

-Ajám, conque te parecía un pijo de ciudad ¿Eh?, te vas a arrepentir de haber dicho eso...

-¿Cómo te piensas vengar? *le saco la lengua*

*Me empuja al lago*

-Así. *Sonríe*

-¡Yo te mato! ¡Estoy empapada!

Odio que me hagan ese tipo de cosas, en serio, lo odio... Aunque a una pequeñita parte de mí, le gustó.

-Bueno... Para que no te sientas mal, yo también me meteré.

Ambos estuvimos jugando en el agua hasta la noche.

-Dios... Esta ropa tardará mucho en secarse, además, ya ni hay sol...

-Si quieres, luego nos pasamos por mi casa y te presto de mi hermana, a ella no le importará.

-No te molestes, en serio, no importa.

-Que sí que sí, lo harás, además, aunque sea verano, puedes pillar un resfriado.

-A la orden, mamá.

-Tonta... *ríe*

El viaje de vuelta fue duro, al estar tan mojada y al ir tan rápido... Me quedé helada.

Finalmente llegamos y me puse la ropa de su hermana, su estilo era emo, ¡Me encantaba!. Y como vio que me gustó, me lo regaló.
En realidad, llamadme rara, pero creo que soy la única chica en la tierra que no tiene un estilo de vestir definido, unos días voy emo, otros elegante, otros casual, otros hippie, otros con todo rosa y un gran etc...

Dicen que tu estilo siempre va acorde con tu personalidad, ¿Entonces tengo multipersonalidad?

Lo sé, mis pensamientos muy normales no es que sean. Dejádme con mis rarezas.

-Aurora, me lo he pasado genial, gracias.

Me extrañó ese tono tan pasivo y sincero de parte de Alex... En verdad, hoy estuvo todo el tiempo así.

-No se dan, para eso están los amigos *sonrío*

-Oye... Sobre eso, me gustaría decirte algo.

Me fijé en sus ojos, brillaban más que nunca.

-Claro, dime.

*De repente me llama mi madre, siempre tan inoportuna...*

-Aurora, ya son más de las 12 de la noche, ¿Qué estás haciendo?, vente para casa... ¡Ya!

-Sí mamá... Voy para allá.

Miré a Alex, estaba serio, el brillo de sus ojos, desapareció.

-Me tengo que ir ya, lo siento... Pero si quieres, puedes decírmelo antes de irme.

-No era nada importante, te llevo en la moto si quieres.

-No... no es necesario, pero gracias.

-Que sí, que te llevo, y así no llegarás tarde, estás muy lejos de tu casa.

-Esta bien... Gracias.

Esa noche, no dejé de preguntarme, ¿Qué querría decirme? Desde el principio, pensé que Javier y Alex eran completamente opuestos, pero ahora que me fijo, en algunos sentidos son muy parecidos.

Mi novio es un hombre loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora