23: Decepción

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Pasaron los días y Edu y yo eramos cada vez más amigos, nos solíamos ver de vez en cuando en los recreos y también me acompañaba cuando iba a mis clases particulares de matemáticas (sí, la traidora de mi madre me apuntó sin que yo supiera). Un día estaba caminando con él de regreso a casa y nos encontramos con Javier, éste se quedó muy sorprendido observando a Edu, ambos se quedaron mirando seriamente, yo no entendía nada.

-Bueno, Aurorita ¿Quién es tu amiguito? -preguntó Javier con cierta ironía.

Esa acción me sorprendió bastante, Javier no suele comportarse así, el suele ser siempre dulce y educado, de hecho hasta se parece en estos momentos a Alex, lo cual es realmente extraño.

-Os presentaré, Edu, Javier, Javier, Edu.

Edu le dio la mano amistosamente, pero Javier retiró la suya enseguida. El pobre ante tal actitud por parte de Javier, notó lo incomodó de la situación.

-Qué cabeza la mía, acabo de recordar que he quedado con un amigo para estudiar, adiós Aurora -me da dos besos en la mejilla- y adiós Javier -le despide con la mirada y una pequeña sonrisa; gesto muy educado por su parte pero a la vez bastante forzado.

Javier me agarró con fuerza de la mano y me arrastró hasta una esquina. Acción que no me esperaba para nada y aumentó mi enojo.

-¿¡Pero qué demonios haces con un Vampiro!? ¿¡Qué haces con tu vida!?

Me extrañó que ya supiera que yo sé lo que es. No sé si lo supo por sus 'poderes' o por su mera intuición. No reconozco a Javier en estos momentos.

-¿¡Pero por qué te pones así!? Es una buena persona y muy educado, ¡En ningún momento me ha faltado al respeto o me ha hecho daño! ¿Acaso estás celoso?

-¡No! Tú eres mía, sólo mía, y sé que nunca te irías con otro, lo que me sienta mal es que te relaciones con gente de esa especie. Los licantropos y vampiros siempre hemos sido enemigos, siempre. ¿Cómo quieres que te deje ahora hablar con ese?

Por una parte no puedo evitar que me haga un poco de gracia el hecho de que me confirme que los licántropos y los vampiros se odian, tal y como las películas. Por otra parte no me ha gustado nada esa manera tan posesiva en la aue se ha dirigido hacia mí. Es como si cuando su instinto aumenta, se volviera más violento, celoso y posesivo, más... animal.

-Espera un momento.... ¿Tuya? Y sinceramente, me parece muy infantil ese odio que sientes hacia él sin que te haya hecho nada, odiarlo por asuntos del pasado es una tontería. Pues te diré una cosa, yo no soy tu objeto y tengo derecho a juntarme con quien quiera, no me lo vas a prohibir. Y que sepas que me decepcionaste, no eres el Javier que conozco.

-¿Qué? ¡Espera!

Yo me fui corriendo mientras aguantaba las ganas de llorar, como estaba cerca de mi casa, justo antes de que me alcanzara, entré.
Estuve como una hora llorando, me había decepcionado bastante, cierto es que cuando se cabrea da miedo... pero nunca lo había visto así.
Me dí una ducha caliente y larga para despejarme, y después me puse a leer, ya que leer es lo que más me ayuda a evadir los problemas y la tristeza. Estaba concentrada leyendo cuando llamaron al móvil, era Edu.

-Hola...

-¿Te pasa algo?

-Nada de importancia, solo discutí con Javier.

-Y apuesto lo que sea a que fue por mi culpa.

-¡Que va! No es tu culpa, es un idiota.

-¿Qué tal si mañana quedamos y me lo explicas todo? Podría llevarte a las montañas, en el tiempo dicen que mañana estará nublado, pero no hará viento y apenas frío. ¿Qué te parece?

En ese momento no pude evitar pensar en Javier, como se enterara... Pero el cabreo apenas había disminuido y recordé las palabras que le dije; "Yo no soy tu objeto y tengo derecho a juntarme con quien quiera, no me lo vas a prohibir".

-¡Claro! ¿Por qué no?

Mi novio es un hombre loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora