48: ¿Qué demonios ocurre?

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Al día siguiente, me desperté de muy buen humor, y aunque estaba algo cansada, decidí hacerle otra de mis visitas sorpresa con los pasteles que tanto nos gustan a ambos.

Llamé varias veces y nadie contestaba, pero estaba segura de que había alguien ya que escuchaba ruidos.

Finalmente me abrió Valeria, apenas me dejó mirar el interior de la casa y con un tono bastante serio me dijo que Javier se encontraba indispuesto y estaba durmiendo. Le di igualmente los pasteles y me fui bastante extrañada, algo pasaba ahí... por ello decidí llamar a Alex a ver si sabía qué pasaba, además de que hacía días que no nos veíamos.

Fui a su casa y éste me llevó en la moto a su querido bosque.

-Aurora, te extrañaba, que sé que te gusta Javier, pero deja tiempo también para la amistad ¿No?

- río - lo siento, pero tú tampoco es que me hayas llamado estos días eh, he tenido que ser yo. Y hablando de Javier... ¿Sabes qué le ocurre? Le noto bastante extraño.

-Su semblante se tornó bastante serio y se encogió de hombros- no tengo ni la más remota idea, no le he visto estos últimos días. ¿Qué hace exactamente para que pienses eso?

-El otro día su habitación estaba desordenada y eso es bastante raro en él, aunque acabamos limpiandola los dos.

-me interrumpe-

-Pues ya que estamos podrías limpiarme la mía, que raro es que te la encuentres ordenada.

-río- qué tonto eres, miedo me da como la tendrás.

-pone cara de pervertido- vaya vaya

-¡Serás malpensado! -traté de aguantarme la risa- bueno, a lo que iba. Además estos días en su mirada he notado tristeza, por más que tratara de disimularla con sonrisas. Ah y está muy filosófico últimamente y eso también es raro en él.

-Ais, si es que las chicas os preocupais por nada, pero aún así trataré de hablar con él.

-¿Sabes lo que es la intuición femenina?

-Sí

-Pues nunca se equivoca, y mi intuición me dice que algo le pasa.

De repente me abrazó.

- Tranquila Aurora, seguro que no es nada.

Ambos nos quedamos mirando fijamente con cierta preocupación, además, comencé a notar la misma tristeza en su mirada, aunque tratara de disimularlo.

Mi novio es un hombre loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora