18: Nuevo año

3K 218 6
                                    

Ya terminó el verano, el cual se pasó más rápido de lo que me gustaría.

Empecé mi 2° curso en el instituto, no tenía gana alguna (bueno, ¿y quien tiene ganas de ello?), pero como casi todo en esta vida, mi clase no resultó ser tan mala como pensaba, la gran mayoría eran estudiosos y buenas personas, aunque casi todos pasaban de mí ya que seguía ganando mi timidez y no me molestaba en integrarme. Aveces no podía evitar pensar que si no fuera por lo extrovertido que fue Javier siempre conmigo, actualmente no seríamos nada.

Por ahora todo iba bien, este año llegó al instituto mi amiga de toda la vida, que era un curso inferior y empezaba este año, y también algunas más conocidas, me sentía menos sola y era un alivio, en general este año comenzó siendo un gran alivio.

Llegaron las vacaciones de navidad, suspendí 4 asignaturas, se podría decir que no me esforzaba al máximo, pero no me importaba, los estudios nunca fueron mi prioridad para aquel entonces. Como tenía tanto tiempo libre, quedaba unos días con mis amigas y otros con Javier. Si soy sincera, muy poca gente sabía que Javier y yo eramos novios, ni si quiera mis amigas, según él era "por seguridad", quizás tenía razón, pero a la vez me molestaba ¿Qué tenía de malo? Era como si saliéramos en secreto y yo nunca he sido de ocultar las cosas.

El 24 de diciembre cené con mis tíos de la capital y mi abuelo. Al principio nunca me gustaban las comidas familiares, pero siempre al final acababa divirtiéndome.

El día de navidad, quedé con Javier por la tarde, decía que me tenía una sorpresa preparada, él siempre con los misterios... me encantaba esa faceta suya, aunque bueno... me encantaban todas ¿para qué mentir?

—Hey hey Auroita ¡Feliz Navidad! —Me da dos besos en las mejillas a modo de felicitación—

—Igualmente. —digo sonriente—

Ese día estaba más guapo y adorable de lo normal. Ambos estuvimos un par de horas paseando por las calles y conociendonos más. Finalmente cuando comenzaba a anochecer, nos sentamos a un banco junto al árbol de navidad de la plaza y me miró fijamente durante unos segundos, como si estuviera reuniendo el valor suficiente para realizar algo.

—Toma, aquí tienes tu regalo.

Me entregó una cajita de regalo, la abrí con ilusión y me encontré con una hermosa pulsera de plata, nunca pensé que me podía llegar a regalar algo así, y menos aún algo de plata, que aunque la plata realmente no afecte a los hombres lobo, sigue siendo un poco irónico.

—Es hermosa, no te debiste molestar, en serio... Pensé que sería algo totalmente diferente... Si lo hubiera sabido también te habría comprado algo a ti. —digo algo avergonzada—

—No es para tanto, sólo es un pequeño detalle que quise tener contigo.

《¿Cómo puede ser tan adorable?》

—Igualmente gracias... —Le agradezo, y seguidamente le beso tiernamente en la mejilla—
¿Qué tal te va en el 3° curso?

—Buff... Muy difícil, pero he aprobado todas con notable y sobresaliente.

—¿En serio? Ojalá y yo sacara unas notas tan buenas...

Siempre que alguien me dice sus notas sobresalientes, me siento instantáneamente una fracasada.

—Pues estudia, vaga.

—¡Oye! Bueno, quizá tengas razón, para qué engañar, soy demasiado vaga.

Ambos reímos con gana, pero de repente me entró mucho frío, me traje un abrigo demasiado fino y comencé a tiritar. Éste se percató de ello y me abrazó por detrás de una manera muy tierna.

—Gracias... Wow, eres muy cálido. ¿Cómo es posible con el frío que hace?

—Bueno, nosotros los licántropos poseemos una sangre diferente a la vuestra, más densa y cálida, por ello en invierno apenas pasamos frío, pero en verano tenemos más calor de lo normal y por ello casi siempre estamos sin camiseta, no es que lo hagamos por gusto. —confiesa seguido de su típica tierna risa—

—Oye, pues a mi no me importa en absoluto.

Ambos reímos y más tarde nos fuimos a cenar a un buen restaurante. Guardo muy buenos recuerdos de aquel día.

Días después llego el último día del año, cené con mis primos y mi abuela y me lo pasé bastante bien, aunque yo acabé escupiendo las uvas, como todos los años. No sé si seré la única, pero siempre que termina un año me entra una nostalgia indescriptible, pero, como dicen, año nuevo, vida nueva, nuevas aventuras y nuevas oportunidades.

Mi novio es un hombre loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora