11: La verdad

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El curso al fin terminó, ya podía disfrutar de toda la libertad que quería, extrañaba esa sensación. Llevaba más de una semana sin hablar con Javier, así que decidí llamarlo, pero me colgó ¿Y si está cabreado por como lo traté la última vez? Será mejor aclararlo cuanto antes, vamos a hablar sí o sí.

Decidí llamarlo desde el número de mi padre, que no lo conocía.

-... ¿Diga?

-Anda, como veo hoy estás disponible para todos menos para mí.

Desde que pronuncié esa frase con cierto enfado, ambos nos quedamos en silencio, el ambiente se quedó muy tenso. Se dignó a contestarme un minuto después.

-Pensé que estarías ocupada.

-¿Ocupada con qué? Si acaban de empezar las vacaciones de verano, además, si te llamo no es por que esté precisamente muy ocupada. Siempre fuiste muy malo mintiendo ¿Sabes? Ya dime qué te ocurre.

-Alejate de mí.

-¿Qué? ¿Por qué? Me estás asustando. No será por lo que me dijiste el otro día de que eres un hombre lo...

*Me cortó*

-Me equivoqué, no quiero hacerte daño, sólo alejate de mí, es lo único que pido. *Colgó*

No entendía nada, pero es evidente que algo le pasaba... ¿Y si en realidad es...? No, imposible... Debe de ser que le molesta mi caracter. Reconozco que aveces me paso. Sea lo que sea, no pienso quedarme de brazos cruzados, iré yo misma a su casa si es necesario.

Acto seguido, me encamine hacía su casa mientras pensaba muy detenidamente lo que le iba a decir.

Llegué y me contestó su hermana.

-¿Quién eres? ¿La novia de mi hermano? -dijo sonriente-

-S-si... Necesito hablar con él... ¿Puedo pasar?

Me sonrojé bastante al ver que sí ha hablado a su familia de mí, o al menos a su hermana, y en cambio yo como la cobarde que soy ni si quiera se lo dije a mis amigas.

-No está ahora mismo, hace unos minutos salió muy alterado... ¿No tendrás algo que ver con eso?

-No entiendo nada... *Me tapé la cara con las manos*

En ese momento me sentía muy confundida.

-¿Pero que pasó? ¿Discutisteis?

Yo le expliqué todo con detalles y se quedó muy seria.

-Menudo imbécil, ¿En qué estaba pensando? -dijo en voz baja para sí misma, aunque obviamente la escuché-

-¿A qué te refieres?

-En fin... ya es demasiado tarde... Si no te lo digo ahora se pondrá peor la cosa, no pareces de las que se rinden a la primera de cambio... *Tragó saliva* Lo que te dijo no es una broma, nosotros realmente existimos. Sangre de lobo corre por nuestras venas. Se ve que confiaba tanto en ti que quiso confesartelo, pero al ver que te lo tomabas a broma, cambió de opinión. Esto sólo lo saben los mejores amigos de toda la familia, y aún así nos hemos tenido que mudar varias veces ya que siempre hay alguien que nos traiciona...
Oh Dios, qué acabo de hacer... -se palpaba el arrepentimiento en su voz-

Eso me impactó bastante, me costó asimilarlo, pensé que los hombres lobo solo existían en las peliculas y los libros, además, nunca fui suspecticiosa. De hecho por una parte prefería pensar que su hermana también me había gastado una broma, a pesar de su seriedad.

-El te dará más explicaciones que yo, necesitáis hablar.

-Y tanto...

Entonces ella me señaló el piso de arriba.

Me subí a su habitación y me eché sobre su cama, pensativa y muy confusa. Estuve esperándolo pacientemente hasta que al fin llegó.

Mi novio es un hombre loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora