33: Jane

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Pasaron los dos días y quedé con Edu para terminar aquella conversación que teníamos pendiente. Era un día soleado, lo cual me sorprendió, ya que normalmente cuando él y yo quedamos, es en días nublados.
Escogimos asiento al lado de la ventana, de modo que sus ojos grisaceos brillaban más que nunca, realmente son himnotizadores. La camarera llegó enseguida, él pidió un café solo mientras que yo me decanté por un descafeinado con leche. En ese sentido somos bastante diferentes.

—Y bueno... ¿Quién era esa tal Jane Smith? —pregunto de manera directa.

Éste permanece en silencio durante unos segundos que se me hacen eternos.

—La conocí con dieciséis años, se acababa de mudar a mi vecindario. Mis padres siempre tenían como buena costumbre visitar a los nuevos vecinos y así hicimos a los dos días de su llegada.
Ella parecía bastante adinerada, de la misma condición que mi familia. Sus padres, también bastante educados, nos invitaron a acomodarnos en su lujoso y amplio salón. Nos sirvieron un poco de té negro acompañado de unos dulces. Mis padres mantenían una agradable conversación con los dueños de aquella casa, los cuales se disculpaban continuamente por el retraso de su hija a la hora de acudir al salón. Yo no podía evitar preguntarme cómo sería, ya que algunos amigos la habían visto fugazmente por la calle y me aseguraban que era realmente bella. Cuando finalmente entró en el salón, me quedé altamente embobado con tremenda belleza, mis amigos definitivamente no se equivocaban.

—Perdonen mi tardanza —se disculpó con timidez.

Mi hermano me conocía bien y no paraba de observarme con mirada burlona.

—Espera... ¿Tienes un hermano? —le interrumpo algo sorprendida.

—Sí, era dos años mayor que yo.

Rápidamente comprendo el 'era' y me maldigo a mí misma por ser tan inoportuna.

—Ah vale... perdona mi interrupción, continúa por favor. —le ruego algo avergonzada.

Éste sonríe, de manera que me da a entender que no pasa nada. Toma otro sorbo de su café y prosigue con el relato.

—Mis padres comentaron que ella y yo parecíamos de la misma edad, y efectivamente, de hecho, ella sólo es un mes más pequeña que yo.

No puedo evitar que me llame la atención el hecho de que la mencione en presente, como si siguiera viva, aunque puede que fuese una confusión suya.

Mientras nuestros padres conversaban sobre temas triviales, ella y yo nos observábamos tímidamente y en silencio.
Mi madre se percató de nuestro aburrimiento y me propuso que la enseñara un poco la ciudad, a lo que ella aceptó encantada.

Me alegré bastante pero a la vez mis nervios aumentaron considerablemente, ¿de qué íbamos a hablar ahora? Me consideraba alguien bastante tímido, de hecho era un desastre a la hora de hablar a señoritas.

—Eh... bueno... ¿Por qué os mudasteis tu familia y tú?

Fue lo único que se me ocurrió para entablar conversación, a pesar de que sus padres ya lo habían mencionado anteriormente, solo que ella aún no se encontraba en el salón, así que esperé que colara.

—Prefiero no hablar de ello, lo siento...

《Vaya, empezamos mal》me dije para mis adentros. Además me llamó la atención que el motivo que dijeron sus padres fuera algo bastante normal y cotidiano, en cambio por como ella respondió, me dio la sensación de que sus padres mintieron.

—Ah... Disculpame a mí, espero que la estancia en esta ciudad se te haga cómoda. Y si puedo ayudar en algo... —dije algo nervioso a la vez que incómodo.

Mi novio es un hombre loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora