Abro los ojos y... Cómo no, todo seguía igual. En esos dos días había perdido por completo la noción del tiempo. Calculaba la hora por la poca luz que llegaba a aquel mequeño, sucio, viejo y húmedo sótano. Había dormido durante casi todo el día y me había despertado por la noche, no tenía nada que hacer, sólo pensar e intentar comprender por qué estaba ahí y quién me había dejado. No sé cuánto tiempo estuve mirando a la oscuridad sin pensar en nada, pero de repente escuché una puerta, fuera quien fuera la persona que me había dejado ahí, había llegado para dejarme la comida y bebida, como los días anteriores, tenía una oportunidad única.
Me hice la dormida, la puerta de repente se abrió y alguien bajó muy sigilosamente las escaleras, se acercó y dejó cuidadosamente la bandeja. Entonces sin pensarlo, actué lo más rápido posible, le tiré la bandeja a la cara, subí las escaleras lo más rápido que pude y corrí por toda esa especie de cabaña intentando escapar, pero lamentablemente era más list@ de lo que pensaba, todas las ventanas y puertas estaban completamente cerradas. Vi como de las escaleras, salía un hombre de semblante serio, ojos marrones oscuros, pelo negro y una sonrisa sádica de la cual se distinguían dos colmillos y... Sus ojos se iban volviendo más rojos según se iba acercando a mí, era un vampiro.
ESTÁS LEYENDO
Mi novio es un hombre lobo
Teen Fiction¿Cómo sería la reacción de una joven escéptica al descubrir que los seres ficticios existen? ¿Realmente los seres sobrenaturales son tan extraños y terribles como se muestra en las películas?¿A ti te ha pasado que tu vida es completamente normal y m...