Capítulo 10

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Alan

Caminamos por el centro de la ciudad, de la mano. Aquello me hacía sonreír, era un toque suave, cálido, un acto tan íntimo y ambos parecíamos cómodos con aquel contacto.

Recorrimos las diferentes tiendas, la mayoría eran locales de ropa o calzados. Y algunos pocos de comida.

—Espera aquí—dijo Emi y la vi caminar hacía una heladería.

—No hace falta—le dije acercándome.

—Claro que sí, quiero helado y te conviene que me digas cuál quieres o pediré el peor gusto para ti y tendrás que comerlo.

Entramos y pronto el color rosa inundó mi vista. Todo en aquella heladería era rosa, con imágenes de unicornios comiendo helados con chispas de colores.

Reí de aquellas imágenes tan absurdas.

—¿Y cuál sería el peor?

—Menta —dijo sin dudarlo y caminamos hasta el mostrador—¿Que persona en su sano juicio come helado del mismo gusto que la pasta dental?

Ni bien término de decir eso, la mujer que estaba delante de nosotros giro con su cucurucho en la mano, con helado verde y chispas de chocolate.

Emi largo una carcajada y lejos de sentirse avergonzada dijo—Encontre uno peor... ¡Menta granizada!

Fue imposible no reírme con ella mientras la señora salia claramente molesta.

—Eres increíble—le dije mientras pasaba mi manos por los hombros y la acercaba para darle un beso en la cabeza.

La sentí tensarse ante mi repentino toque, y aquello llamó mi atención.

—Entonces—dije yendo al mostrador, alejándome de ella para no incomodarla—creo que comeré el de dulce de leche.

Ella me miro atentamente, parecía analizarme, luego suspiro, y note como sus hombros se relajaban mientras una sonrisa se extendía por sus labios.

—Adoro el dulce de leche—dijo mientras se ponía a mi lado.

Luego de aquello intente no acercarme, no quería incomodarla.
Aunque ver como se movían sus labios, o como me sonreían, era una tortura pues quería besarlos.

—¿Entonces retrasaste tus estudios?

—Solo tres años—respondí mientras terminaba mi helado—siempre habiamos querido ir de viaje con Taylor, ya sabes dos amigos viajando por él mundo antes de entrar a la universidad.

Sonreí al recordarnos rogar a nuestros padres que nos permitan aquel viaje.
Ambos nos habíamos visto obligados a sacar, en el último año, las mejores notas y por supuesto lo hicimos, nuestros padres no podían creer aquello.

—Luego de egresarnos comenzamos con los planes y tres meses teniamos organizado todo. Iríamos hasta España y luego recorreríamos en tren diferentes lugares de Europa—me calle y mire a Emi.

Sus ojos me miraban atentos con una sonrisa en sus labios esperando que le cuente más.

—¿Y lo hicieron?

—Si—sonreí—mi padre se ocupo se todos nuestros permisos y partimos para abril, ya ambos teniamos dieciocho años para aquel entonces. Nada en mi vida igualará esos días, fue una experiencia única.

—¿Y donde fueron?

—España, Holanda, Italia, Roma, y finalmente Alemania. De allí volvimos en avión a nuestros hogares luego de ocho meses, justo para navidad.

—Increíble, no puedo imaginar como sería vivir algo así. ¿Y con Tylor son muy amigos?

—Tylor es mi mejor amigo desde los cinco años, lo concidero un hermano ya, no podría haber vivido esa experiencia con nadie más—su cara decayó levemente y me di cuenta su estaba hablando mucho—¿Y tú realizaste algún viaje con una amiga? Alguna que haya quedado por tu antigua ciudad.

Eres MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora