Emiliana
—¿Que sucedió?—pregunta Oscar preocupado al verme en el suelo.
Sabía que Nicolás no se tomaría a la ligera mi rechazo, pero sinceramente prefería sus golpes a que me obligue a tener sexo con él.
—Coloque mal el jarrón—contesto mientras tomo el brazo que me ofrece y me levanto suavemente—ahora ese jarrón ya no existe—señalo los trozos en el suelo.
—Dejame ver esa herida.
Me siento en el sillon y lo veo moverse alrededor de mi, lo siento limpiar mi cuero cabelludo.
—Necesitas saturar la herida, es muy grande.
—No me llevará a un medico, esta furioso.
Mi sola acción de respirar ya era excusa para que me golpeara.
—Lo sé. Solo aguanta Emi pronto te iras de aqui.
Suspire con pesar, irme era lo que mas quería.
—¿Cuando vendrán?
Oscar negó con la cabeza.
—¿Por que aún no empiezas a cocinar?¿Acaso debo decirte todo lo que debes hacer?
La voz de Nicolás hace que me levante rápidamente, mareandome.
—Ya empiezo.
Cuando voy caminando siento que me toma del brazo y me empuja contra la pared.
Los huesos de mi espalda sonaron y el dolor se extendió por mi cuerpo.
—Deja, vete a la habitación ¡Si no sirves para nada por ti sola!
Gire el rostro y sentí como su puño impactaba con mi ojo derecho.
—¡Mirame maldita sea!¡Mirame cuando te hablo!
Sentí la calidez de la sangre recorrer mi mejilla. Gemi del dolor.
—¡Mierda haces todo mal!
Sus manos tomaron mi cabello y me arrastro hasta la habitación.
—Basta por favor.
Aquello fue lo peor que pudo salir de mi boca.
—Tu no me dices que hacer.
Mi cabeza impactó contra el suelo de madera, podría jurar que escuché como se rompió algo dentro.
Todo a mi alrededor comenzó a dar vueltas y cuando intente hablar sentí algo impactar con mi estómago, dejandome sin aire.
Por mi cabeza cruzo el pensamiento que me iba a morir. Nicolás me mataría y nadie podria rescatarme a tiempo.
Otra patada impacto contra mi, mientras aún peleaba por respirar, mi cuerpo se negaba a dejar entrar oxino.
Me ahogaba.
Y pronto la idea de morir para dejar de sufrir no parecio tan mala.
Sentí que mi cuerpo se movía, pero ya no registraba de forna consciente lo que sucedía.
Pronto los gritos me alertaron.
—¡¿Y los demás?! ¿Donde estan todos?
—Afuera señor.
—Mierda esto no puede estas pasando... ¡¿Donde carajos esta Oscar?! Lo necesito con mi mujer ¡Ve a buscarlo!
Los pasos apresurados sonaron cerca de mi cuerpo.
—No me separaran de ti—Nicolás me tomó levantandome del suelo—ellos no lo entienden...
Tomo asiento, y me colocó sobre el como si de una niña se tratará.
Su nariz aspiró el aroma de mi cabello.
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Eres Mia
Romance*NO SE ACEPTAN ADAPTACIONES DE NINGÚN TIPO* Emiliana, una chica como cualquier otra, solo su triste pasado la diferenciaba de otras. Alan, un joven como cualquier otro. Su atractivo y encanto eran una combinación perfecta. Ambos comenzaban la univer...