Capitulo 11

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Emiliana

¿Que sigue?—Preguntó Val mientras bostezaba de camino al comedor—¿Cuanto dura una resaca?

—Hay muchas variantes, la cantidad de alcohol ingerida, la tolerancia del sistema que lo ingiere, la alimentación—le dije a Val mientras terminaba de tomar el agua de la botella—quizás mañana ya estés mejor.

—Microbiología-Parasitología—dijo Sasha de pronto y lo miramos confundido—es lo que sigue.

Sentí que mi cuerpo se anticipaba al aburrimiento de la clase siendo más pesado, y pronto el sueño parecía correr por mi cuerpo.

—Odio esa clase—luego pensó y se corrigió—en realidad odio a la profesora, esa mujer parece sufrir más que nosotros en su propia clase.

Reí de aquello y sentí mi móvil sonar.

—Ahora los alcanzo, quiero una hamburguesa—les dije y me aleje un poco de ellos.

—¿Hola?—Respondí un poco confundida al ver que era mi padre quien llamaba.

—Emiliana ¿Como estas?

Sonaba feliz y me alegre por ello.

—Bien—respondí y ambos nos quedamos en silencio sin saber que decir, incapaz de aguantar aquello seguí hablando—estaba por comer con unos compañeros antes de volver a clases.

—Entiendo, entonces llamaré después.

—Esta bien, adiós—le dije y finalicé la llamada.

Aquello era tan extraño, una llamada de un padre a una hija debería ser algo normal, fluida, pero en mi familia las cosas no ocurrían así.
Aunque no podía negar que me hacía feliz saber que se preocupaba por mi.

Rápidamente volví al comedor y me sorprendí al ver a Alan en la misma mesa que Val y Sasha. Los tres reían mientras hablaban, sin perder tiempo me acerque a ellos y me senté al lado de Alan tomándolo por sorpresa.

—Emi—dijo mientas me besaba la mejilla, su perfume me invadió, me encantaba como olía—no te había visto ¿Como estas?

—Muy bien—dije sin mentir—¿Y tú?

—Excelente—respondió y ambos nos quedamos en silencio, mirándonos con una sonrisa.

—Emi—dijo Val mientras golpeaba mi mano—tu hamburguesa.

Sentí mi estómago rugir al ver mi super hamburguesa, con tomate, lechuga y queso.
Tenía hambre pues no había desayunado.
Comí lentamente, disfrutando el sabor y escuche que se reían.

—Ella es así, la perdemos cuando come.

Termine de tragar y le di un golpe en el brazo Sasha.

—Te estoy escuchando.

Charlamos un rato, Alan parecía estar cómodo entre nosotros.

Luego de comer, me limpie las manos y las deje descansar sobre mis piernas.

—Me gustaría trabajar en la parte de urgencias, ahí esta la acción—dijo Sasha.

—Odiaría trabajar ahí, creo que se ven casos para los cuales no nos preparan y no querría entrar en crisis, prefiero estar en maternidad—dijo Val.

—¿Y tu Emi?—me pregunto Alan.

Sentí su mano acariciar la mía por debajo de la mesa. Era un contacto tan cálido, tan necesario.

—En pediatría.

Él apretó mi mano y luego la tomó entrelazando los dedos.

—¿Y tu Alan?¿En que te especializarás?—pregunto Sasha.

Eres MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora