Capítulo 53

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Emiliana

—No tienes que hacer esto todavía.

Mire la puerta blanca y suspire. Nunca nada me había costado tanto.

Tome aire y abrí la puerta.

La imagen que vi me impacto tanto que me maree, sentí los brazos de mi padre que me sostuvieron.

—Hija salgamos afuera—Asenti incapaz de poder pronunciar una palabra y sin poder sacar la mirada de aquello.

Senti como me sentaba en una silla y luego me ofrecía una botella con agua.

—¿Hace cuando esta asi?

—Varios meses.

—¿Cómo no nos avisaron?

—Según los médicos, una persona le había dicho que era su primo y no tenía mas familia.

—¿Se sabe quien era?

—Nicolás.

Suspire ante aquello. Recuerdo aquel día que el fue a mi departamento me había dicho que mi madre estaba mal pero no le crei.

—Es mi culpa, Nicolás...

—No hija, no tenías razones para confiar en él.

—¿Qué fue lo que le pasó?

—Un choque, al parecer iba alcoholizada.

Increíblemente aquello no me sorprendía en absoluto.

—Tengo que volver.

—No creo...—Pero era tarde ya empecé a caminar hacía donde estaba ella.

Entre y quede sin habla denuevo.
Mi madre aquella mujer fuerte, que siempre andaba bien arreglada estaba acostada en aquella cama.
Era notable todo el peso que perdió, estaba casi esqueletica. Su pelo ya no estaba tan arreglado como solía llevarlo, se veian cicratices en su rostro que estaba cubierto por una máscara de oxígeno.
Las maquinas conectadas a ella era lo que la mantenían con vida, le costaba respirar, y los mas triste en este tiempo no había reaccionado y lo peor no sabían si lo iba hacer.

—Mamá—susurre y tome su mano.

Mi cuerpo reaccionó con rechazo ante las palabras mencionadas. Quería retractarme por llamarla de aquella manera.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo, estaba fría, y sentía sus huesos.
Mas alla de eso, me entristeci no recordaba alguna vez que haya tomado su mano.

El contacto no fue como esperaba, no sentí la calidez o la felicidad que una hija siente después de tomar la mano de su madre.

—Tengo tantas cosas que decirte, siempre quise tener una madre que sea mi amiga, aquella a la que le cuente mis problemas, tristezas y comparta mi felicidad y me aconseje cuando lo necesite, aquella con la que pueda reír de un mal chiste y con la que pueda llorar mirando una película, quise a alguien que me protega y sin duda tu no fuiste una de esas. Sufrí mucho cuando no me apoyabas, cuando me obligabas a realizar cosas que no me gustaban, llore mucho cuando no me protegias.

Solté su mano y limpie las lágrimas de mi rostro.

—Tengo tantas cosas que contarte, tanto que me gustaría compartir contigo, al fin tengo una vida tranquila llena de amor, es lo que siempre quise. Mi padre, que puedo decirte, me ha demostrado lo valiosa que soy para él y me ha hecho entender otras, es reconfortante tener una figura paterna que se preocupe todo el tiempo por ti. Sofía sigue siendo mi angel salvador, siempre esta para mi. Conocí a personas maravillosas en la universidad que se volvieron vitales para mi vida se llaman Valeria y Sasha, son dos grandes amigos que estan siempre para mi. Conocí el amor, el amor de verdad, aquel con la que puedo ser yo misma sin miedo a nada, con el no me tengo que preocupar por ser una "mujer perfecta" me ama así como soy, y lo amo. Sabes pense que nunca más iba a volver a enamorarme despues de Nicolás, pero aca estoy hablandote de Alan. Parece mentira la cantidad de cosas que pasamos en este tiempo.

Eres MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora