¿Me enamoré de un narco? FINALIZADA

Capítulo 5 (Editado)

ㅡ¿Qué haces aquí? ㅡme asusta una voz de tras de mi haciendo que el dibujo coloreado que Maite me regaló volara de mis manos. Volteo rápidamente para ver la cara seria de Wade ¡oh Dios mio!

Yo quedé helada no tengo idea que decir. Lo primero que se me viene a la mente es buscar el papel perdido en el suelo; cuando finalmente visualizo este, me entro más a la habitación para recoger el dibujo con rapidez.

ㅡ¿Qué haces aquí Parker? A caso no te dijeron que no puedes entrar aquí. ㅡsu voz es firme notandose un claro disgusto. Yo levanto mi mirada para verlo a los ojos. Su mirada en mi se siente como alfileres. Enseguida desvíe mi vista nerviosa.

No pude mantener más la mirada. De Wade sobresale muchísima seguridad, y yo la verdad poder sostener la mira en sus ojos es sentir quemarme. ¿Soy la única persona que se le hace difícil mantener la mirada en los ojos de otra persona? Quizás sea falta de seguridad en mi misma.

Los nervios ya me tienen temblando y dudando que palabras poder decir.
ㅡLo siento Señor Tomlinson, buscaba la biblioteca. ㅡMe disculpe rápidamente muy apenada tratando de explicar la situación.

En ningún momento él desvio su vista fija en mi. O eso fue lo que sentí; una fuerte mirada sobre mi en todo momento. Yo como un pollito estuve desviando la mirada de la suya en todo el rato. Eso me pone aún más nerviosa, sabiendo que nisiquiera he sostenido la mirada por tres segundos.

ㅡComo vez no es aquí ¿Que esperas para salir? ㅡdijo seco. Sin ninguna otra palabra, eso fue todo lo que me habló. Después de decirme esas palabras entero su dura mirada en algunos papeles sobre su escritorio.

ㅡSi, lo-lo siento ㅡme disculpe tartamedeando bajando mi mirada al suelo. Al divisar la salida, salí más rápido de lo que canta un gallo. Una vez afuera cerré la puerta detrás de mi.

Por instinto lleve las manos a mi pecho sintiendo mi corazón a mil. Este hombre me puso mi seguridad de cabeza. Me siento incluso lamentable. ¡Mi voz se cortó tratando de hablarle! Le hablé tartamudeando. ¡Dios mío!

Respire tratando de dejar toda esa tensión atras. No entiendo porque los nervios se apoderaron de mi. Lo que si no dejaría es que esto me atormente por todo el dia. Entre a la otra puerta blanca, a la que debí entrar desde el inicio. Una vez dentro aprecio una hermosa biblioteca. Muchísimos libros con estantes hasta el techo. No tengo idea por dónde empezar, por lo que creo que debo buscar en las casillas más bajas. Encontré varios libros con títulos sobre ética y empresarial. Decidí buscar por el otro lado igualmente en los estantes bajos hasta que por fin di con los cuentos de niños. Busque con calma hasta que al fin di con el libro de la Bella y la Bestia. Con mi objetivo ya en mano salí de la biblioteca. Subí a la recamara de Maite. La veo a ella aún en la cama esperándome, se ve tan tierna es todo un amor.

ㅡHola pequeña ㅡella al escuchar mi voz rápidamente levanto su cabecita.

ㅡHola te estaba esperando. ㅡdijo la niña casi en un susurro. Esta es la segunda vez que me habla. Escucharla me da cierto alivio puesto que creo que comienza a tomarme confianza.

ㅡYa estoy aquí, que te parece si empezamos a leer el libro ¿si?

ㅡ¡Si! ㅡme contestó muy emocionada.

Leí el libro muy emociona, hace tanto tiempo no disfruto tanto un libro y mucho menos de niño. Estuve tan entretenida en la lectura que nisiquiera había notado a Maite plácidamente dormida sobre su almohada, abrazando un lindo osos de peluche. No pude evitar sonreír, verla me transmite mucha ternura y paz. Esa imagen trae muchos recuerdos a mi mente. Cuando mis padres estaban en vida. Yo aún pequeña, me encantaban estos libros de princesas. Recuerdo que mi madre antes de dormir en las noches leía un libro para mi. Amaba que mi padre me contara 'Los tres cerditos' él lo hacía tan cómico y divertido que no me aburría de escucharlo contar el mismo cuento una y mil veces.