Capítulo 70

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Lo seguí, una ves más soy yo quien va detrás de él. ¿Es que así sería siempre? Cada vez que nos alejabamos soy yo quien al final de cuenta lo sigue, lo busca. Esto es quizás porque soy la única que ama de verdad en esta relación. Aunque mi orgullo duela debo aceptarlo, lo amo. Si no fuera por esa razón no hubiera abandonado a Mason hace unos minutos, no lo hubiera seguido por mi propia voluntad.

Me detuve después de él, frente un flamante coche negro. Por pura casualidad noté en el estacionamiento que el auto de Mason se encuentra aún lado del coche de Wade. ¿Casualidad?

Fui consiente de sus intenciones por abrir mi puerta, fui mas rápida que él y la abrí por mi misma entrando al coche. Desde adentro vi su rostro frustrado y su mania de estrujar su cabello con brusquedad. Subió al coche después de eso para darle vida al motor con tan solo pulsar un botón. Encendió el aire acondicionado y se movió en su asiento como si quisiera llamar mi atención, la cuál consiguió.

Giré mi vista a su dirección. -¿Vamos hablar aquí?-pregunte sin perder mi posición seria.

El negó. -Debo hacer una llamada-señalo su móvil para luego comenzar a teclear.

Nisiquiera estaba pidiendo mi permiso él simplemente lo hizo. -Genial - susurre con sarcasmo. Desvíe mi mirada a la ventana intentando pensar en que próximamente le diría, debía controlar mi corazón he ignorarlo mientras este con él. En este encuentro deberíamos poner todos nuestros problemas sobre la mesa. Sobre que sería de nuestra relación, de su esposa, de su hijo, su trabajo de mala muerte. Tenemos mucho por hablar entre ello; mi embarazo, su segundo hijo.

-Necesito que recojas a Wesley en la fiesta. Estaré ocupado, regresare pronto te llamo luego-habló y termino la llamada.

Yo reí sarcástica, cerré los ojos dejando mi risa adueñarse del ambiente. ¡Cómo es posible! Siempre he sido la amante he incluso ahora luzco como la amante, la mujer con la que le pone los cuernos a su inocente esposa. Cualquiera podría pensar que nos escapamos para tener una noche de lujuria y pasión mientras la desafortunada esposa embarazada es llevada por empleados a su casa. ¡Que barbaridad! Ni siquiera es así, yo me acercaría más al personaje de la víctima en la vida real.

Sentí la fija mirada de Wade sobre mí aún asi no voltee a verlo, no quise hacerlo.

El resto del camino fue en silencio, un incómodo silencio sepulcral. Quise aventarme del coche al no intercambiar palabra y lo peor vendrían cuándo él detuviera el coche y comenzaremos hablar. ¿Con que debería empezar? ¿Reclamandole o preguntarle si al menos aún me ama? ¿Contándole de mi embarazo o exigiéndole respuestas del embarazo de su esposa?

Tengo mucho que pensar pero no lo puedo lograr, mi cabeza no puede desarrollar un plan ideal. Mi corazón salta queriendo salir de mi pecho mientras mi cabeza lucha por concentrarse y pensar coherente. Ese maldito hombre es responsable de todo el enrollo en mi cabeza. Es el responsable del inmenso amor que siento por él. Es el único responsable de este amor que se está volviendo tóxico pero a decir verdad los dos somos parte de esta relación, ambos hemos conspirando para llevarla a este fracaso.

Largos minutos después Wade dio un giro al coche adentrándose a los estacionamientos de un hotel, no tan elegante de cinco estrellas como los que él suela visitar. Estaciono el coche y lo mire con indignada. ¡¿Cómo es posible que me trae a un hotel?! Acaso piensa que con tener sexo vamos a resolver todo este problema.

-¿Qué pretendes? No soy tú amante, no soy una prostituta. ¿Me ves como plato desechable que puedes usar y luego tirar? ¡No Wade!-reclame enojada. No podía procesar el echo que me trajera a un hotel para "hablar" es obvio lo que quiere. Esto es complentamente indignante.

¿Me enamoré de un narco? FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora