capítulo 62

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Aquella noche fue la más pensativa de mi vida. Mientras iba en el coche con Nicolas me recrimine millones de veces por haberle llamado. ¿Porque lo hice? sabía que lo hice mal, no debí llamarlo mucho menos después de lo que había sucedido.

Semidesnuda en su auto, cubierta por su chaqueta y con una enorme carga en mis hombros, -no puedo hacerle esto a Wade -pensé. Me maldesi por aun darle importancia a lo que el pensará o fuera a decir. Aunque hablando sin mentiras no puedo sacarlo de mi mente apesar de lo canalla que se a portado.

Wade siempre es igual, el mismo hombre frío, manipulador y lleno de mentiras y segretos que conocí al llegar a trabajar con la familia Tomlinson. Debo aceptar que confíe siempre desde un principio ciegamente en él, no le preste demasiada atención a mi alrededor. Sólo le hice caso a la estúpida ilusa que soy, porque nunca puedo ser mejor que eso, suspire con amargura.

Eche un vistazo a las calles alambradas esa noche, aunque todo el transcurso fue en silencio preferí que así fuera tenía más tiempo para pensar y despejar mi mente aunque fueran minutos.

Sólo entonces, con mi mirada perdida entre las calles, los alumbrados y la oscuridad de la noche me di cuenta de lo mucho que estraño un lugar el cuál llamar casa. Uno dónde sólo estemos Brittany, bebé y yo, sonreí al recordarlo. Me imagino a mí pequeño pronto en mis brazos, dándole todo mi cariño pero sobre todo lo más que me gustaría ofrecerle es tranquilidad y un hogar estable.

Al llegar a la casa de Nicolas que reconocí al llegar, me sorprendió mucho ver varios hombres de seguridad. No me quedé con la duda por lo que sin miedo le pregunte.

Nicolás me dio una mirada rápida y suspiró. - Tengo problemas con negocios. Te metí hace un tiempo cuándo dije que hice negoció con Europeos, en realidad son Rusos. Son uno de los más peligros -habló sin tapujos.

Me quedé viéndolo con miles de pregunta en la mente ¿es que acaso siempre me mintió? ¿Cuándo me dijo una verdad? ¿Porque mierda sigue en estos negocios de porquería?

Aun teniendo tantas preguntas por hacer me quedé en silencio, sabía que no era el momento.

Baje del coche sintiendo más de una mirada sobre mí, no quise voltear ya que prefería no darle la cara a Nicolas pero aún así senti varias miradas sobre mi. ¿Será verdad que eso se puede sentir o es simple ocurrencias mías? Decidí ignorarla y acoplarme al frío del aire acondicionado.

No hizo falta volver a hablarle, conocía esta casa a la perfección. Subí las escaleras y con atrevimiento entre en la que algún momento fue mi habitación. Aunque algo me decía que todo estaría igual, aun dudaba de cierta forma pero al abrir la puerta y adentrarme a la habitación, tuve razón. Todo seguía tal como la había dejado. 

Me acerqué a mi armario y tomé lo primero que encontré. Avance al baño desnudandome al instante. Aún tenía su perfume en mi cuerpo, aún sentía sus manos en mi cuerpo, sus besos. Entre a la ducha quedándome allí por un largo tiempo al punto de ver mis dedos arrugados. Deslice la ropa por mi cuerpo y me lancé a la cama, con el olor a limpias y entre mis pensamientos miles de problemas me quedé dormida.

En la mañana siguiente no fui conciente de quien había entrado a mi habitación y cerro las cortinas que la noche anterior estuvieron abiertas. Mucho menos quién se había llevado la ropa sucia que deje en el baño. También habían puesto jabón, acondicionador para el cabello he incluso pasta dental nueva.

Negué con la cabeza reconociendo quien sería el único en ordenar que lo hicieran. Esa mañana tome una ducha refrescante y al salir tome algo más desente que vestir. Me debati en si salir de la casa pero esa opción fue rechazada el instante. -¿A donde iría? - me pregunte. En la segunda opción era hablar con Nicolas y pedirle ver a mi hermana, el me llevaría con ella y entonces me iría lejos de ellos para siempre.

¿Me enamoré de un narco? FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora