¿Me enamoré de un narco? FINALIZADA

Capítulo 58

Me quedé dormida en un abrazo con mi hermana. Siendo sincera no quería despertar nunca ya que aún sentía todo esto como un sueño. ¿Y si despertaba y ya no esta a mi lado? Abrí mis ojos encontrándome con su dulce figura dormida. No es un sueño, es real.

Sólo entonces después de una noche dónde sólo pensé en mi hermana recordé las palabras de Nicolas. Mi papá y su madre en una aventura ¿Sería eso cierto? o sólo me engaña una ves más.

No me quedaría con esa duda por lo que me levante de la cama y corrí hasta el baño. Después de lavar mis dientes y enjuagar mi cara baje en busca de una sola persona, Nicolas. Fui hasta la cocina sin ver a nadie allí nisiquiera las empleadas. Dando media vuelta fui al despacho. Entre sin tocar la puerta, la verdad ya no me importa nada mucho menos los estupidos modales.

Busque con la mirada, nadie. ¿Dónde se había metido? Volví a subir las escaleras, me estuvo muy raro no escuchar nada. Entre a la habitación de Maite sin tocar esperé verla en la cama pero a diferencia de eso, nadie. Comencé a asustarme ¿dónde estan todos? Fui a la recamara de Nicole tambien esta vacía aún lado la de Matt también. Asustada entre sin tocar la puerta en la de Nicolás, no había ruido, nada. En la casa no hay nadie.

Volví hasta la cocina sirviendome un vaso de agua. Me senté en una de las sillas mirando a la nada. ¿Dónde fueron todos? Estoy preocupada por los niños además de querer hablar con Nicolas. Todos estan enojados conmigo y eso es algo que no me hace sentir bien. Es hora de irme de esta casa, no volver haber está familia. Pero hay estaba esa yo, la que siempre piensa en los demás. La que se deja llevar por sus sentimientos antes que la razón. No podía irme sin despedirme de los chicos, ellos se han convertido en mi familia. No puedo hacer eso.

Sería marcharme de aquí con el corazón partido pues ellos son mi casa, mi familia. No soy capaz de irme como si nada aunque mi único tornillo raccional me dice que debo irme ahora que tengo la oportunidad. Es el momento perfecto para marcharme, dejar todo atrás.

-¿Podemos hablar?-me sopresalte. Di un giro buscando el nombre de esa voz masculina.

Nick a mis espalda con un vaso de licor en su mano izquiera habló -¿Estás muy ocupada?-pregunto. La respuesta es no pero no estoy lo concientemente bien para hablar, me quedé mirándolo sin decir palabra.

¿Qué hacía aquí? ¿Cómo llego cuándo se supone que nadie conozca donde estamos? ¿Para que quiere hablar conmigo? Además de hacerme todos esas pregunta había una más que me da vueltas, lo que dijo Nicolás. Uno de los tres hermanos mayores podía ser mi hermano o al menos eso decía el. Más bien no es nada claro. Segundos después me recrimine ¿cómo voy a estar pensando eso? No puedo volver a caer en sus mentiras, eso no es cierto. Algo a lo que si le debo dar importancia es que ahora no me puedo ir de aquí, Nick esta frente a mi y mis pocos planes para salir de aquí sin que nadie me viera se han arruinado; aunque sinceramente ese no es mi plan número uno.

Volví a prestarle mi atención, en silencion y sin mostrar algun gesto seguía delante de mí. La curiosidad
me mata y no perdía nada con aceptar su propuesta, solo asenti. Nick pareció haber perdido el aire después eso. Razco su nuca innumerables veces y entre abría sus labios causando mi desesperación.

-Lo que mi hermano te dijo es verdad. Sobre nuestros padres.. su romance-había tomado agua de mi vaso segundos antes y al terminar su oración casi escupi la substancia de mi boca. ¿El también con esa mentira?

No podía dejar que esa conversación sugiera, no iba a dejar que ensucieran el nombre de mi padre de esa forma tan baja. Sí solo querían causarme daño a mi ya lo han echo lo suficiente, no permitiría que ahora sea la memoria de mi padre la que utilicen para herirme. -No les creó tampoco les permitiré esto. Puedes largaste con tus cuentos a otra parte, no les creeré. ¡No me afectan sus mentiras!-levanté la voz medida escupia las palabras.