Uffff, suspira Lucy al salir de la universidad y subir a su coche para luego dirigirse a su taller de Bellas Artes. Estaba exhausta, cuanto más se acercaba la fecha de la exposición de sus obras, sus horas de trabajo aumentaban. Había salido de casa a las siete de la mañana y ya eran las ocho de la noche. Se sentía al limite de sus fuerzas había sido un día bastante agitado, desde hace seis años se dedica al arte de pintar cuadros, trabaja medio tiempo dando clases en la universidad como profesora de artes plasticas y el resto del día se dedica a pintar hermosos cuadros como toda una artista profesional, se había convertido en una de las mejores pintoras de la ciudad ya que algunas de sus pinturas eran reconocidas a nivel internacional.
echaba de menos, aquellos días en los que se perdía por las calles de la ciudad y disfrutaba junto a sus amigos de todas las oportunidades que esa magnifica ciudad ofrecía, para el entretenimiento y la diversión. Echaba de menos esa parte espontanea y rebelde de su carácter que siempre la había caracterizado y nunca quiso perder, lamentablemente eso fue una de las cosas que se quedaron en el camino, pero su candidez y sencillez, eso no podia perderlo jamás.
Llevava varios días sin dormir bien, alguien le enviaba ramos de rosas blancas llamaba por teléfono a altas horas de la noche y mandaba cartas amenazantes. Todo comenzo hace una semana al anuciar su compromiso con Franklin y a él empezaba a preocuparle seriamnete. Sus padres y su prometido intentaban convencerla para acudir a la policía, pero ella pensaba que la policia tenía asuntos más importantes que ocuparse que de una pintora innecesariamente preocupada por las amenazas de una persona loca.
Nunca había tenido ningún problema con compañeros, amigos y alumnos, siempre sa habían mantenido un respeto y un cariño mutuo.
Franklin era el hombre de su vida, lo había conocido hace tres años, es el representante legal de una empresa de modelaje, el primer momento en que lo vio se enamoró perdidamente de él, fue amor a primera vista.
Lucy había adquirido una hermosa casa lejos de la ciudad cerca de un precioso lago y un extenso jardín, le encantaba la paz y la serenidad que se disfrutaba allí. Cuando ella y Franklin decidieran tener hijos, no imaginaba unlugar más idílico para que crecieran que ese.
Se sorprendió mucho al acercarse a su casa y ver que ésta estaba iluminada por abundantes luces rojas y azules, le costó darse cuenta de donde provenían, al acerlo el corazón le dio un brinco, eran varios coches de policia instalados en su jardín, muy nerviosa paro en la entrada de su casa bajo del coche.
"Disculpe señorita, no puede pasar", le dijo un joven uniformado mientras sujetaba su brazo para impedirle el paso.
"Yo vivo aquí", se liberó del brazo del agente y corrió hasta la casa.
Al ver a su madre y Franklin suspiró aliviada y se dirigió hacia ellos.
"Cariño, ha sucedido algo terrible, dijo su novio mientras la abrazaba.
Lucy suspiró cansada, siempre lo mismo el trabajo ante todo, "¿que ha pasado Franklin?" dijo nerviosa.
El chico la miró fijamente a los ojos y le tomó sus manos indeciso, "mi amor alguien entro a la casa por la ventana del sótano y........, se detuvo intentando buscar las palabras.
Afortunadamente la Sra. Hoffman estaba allí para hacerse cargo de la situación, apartó su hija de su novio, "Dios mio Franklin, no es una niña, es una mujer adulta capaz de hecer frente a esto", dijo molesta y dandole la espalda se dirigio a su hija.
Su madre dijo muy seria, "cariño, han encontrado a Fernanda muerta en tu habitación con un fuerte golpe en la cabeza, Franklin la encontro cuando llego.
Lucy la miro boquiabierta, Fernanda era una encantadora joven, a la que había contratado a su servicio hacía dos años, "¿qué quiere decir la han encontrado?", preguntó sabiendo perfectamente la respuesta pero sin poder creérselo.
"Lu, he tropezado con ella, entré a oscuras por si ya estabas acostada y estaba tirada en el piso, la pise con mis zapatos nuevos. Y estaba muerta, ¡que asco!, tendré que tirar los zapatos", dijo Franklin fuera de si.
Lucy lo miro abrumada, sin poder creer lo que estaba escuchando, habían encontrado muerta a la joven de servicio en su habitación y él estaba preocupado por unos zapatos.
"Srta. Hoffman", escuchó que le decía una voz femenina y profunda.
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Solo cuando estoy contigo
RomanceLucy una joven pintora enamorada del hombre de su vida, todo cambia cuando matan a alguien dentro de su casa, y para hallar al responsable aparece Amy una joven oficial altamente capacita en el tema de crimenes, de la cual Lucy se enamora, pero p...