Capitulo 32

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A la hora indicada el pequeño grupo se dirigió a la línea de salida, la tensión en el equipo de seguridad se podía cortar, cientos de personas aplaudían y vitoreaban, varios periodistas saltaron todos los perímetros de seguridad y hacían fotos sin parar a los ilustres participantes, la seguridad de la organización luchaba por mantener el orden, pero el caos era absoluto.


Lucy inquieta busco a Amy con la mirada que estaba a un metro por detrás suyo, ésta le sonrió serena intentando tranquilizarla, aquella sonrisa y aquellos ojos avellana que volvían a estar tranquilos y firmes clavados en ella, consiguieron el efecto propuesto, Lucy inmediatamente se tranquilizó, -nada podía pasarle estando Amy cerca suyo-.


El alcalde finalmente marcó el inicio de la carrera y todos los participantes se pusieron en marcha. Jennifer marchaba delante conforme a lo establecido en las reuniones previas, inmediatamente apretó el ritmo y se dirigió al centro de la calzada. El resto del grupo la siguió, solo tenía una decena de participantes delante a unos veinte metros, nadie a los lados y el grueso del pelotón quedaba detrás de ellos; si podían mantener ese ritmo y no perder esa privilegiada posición, Lucy estaría libre de ataques por sorpresa, ella controlaría perfectamente sin obstáculos la parte de adelante, Laura y Lorenzo situados uno a cada lado de Lucy y Francis no tendrían ningún problema con los laterales y Amy desde atrás tendría una inmejorable visión para controlar todos los posibles ángulos de ataque. Ella era la encargada de marcar el ritmo y aquel le pareció inmejorable.


"Chicos...., ¿seréis capaces de seguirme, o tendré que sentarme a esperaros?", se dirigió con sorna al micro.


"Capitán no se si me escucha, aguantaré", se oyó la voz de Laura, "pero después de esto necesitaré una semana de vacaciones remuneradas".


"Laura, deberías correr más y levantar menos pesas", se escuchó la voz de su compañera. "Capitán creo que no serán necesarias las vacaciones, con un par de semanas en la oficina haciendo papeleo, se recuperará",


"Laura yo creo que deberías imponerte, al final terminaras dirigiendo el trafico", Amy se unió a la conversación soltando una carcajada.


"Agentes, no olviden que están de servicio, concéntrense y pongan todos sus sentidos al cien por cien en esta misión", la autoritaria voz de Coleman, resonó por encima de todas las risas, "Laura pregúntale a Lucy si podrán ella y su compañera aguantar el ritmo hasta el final".


Unos instantes después la voz de Laura volvía a resonar en el oído de sus compañeros, "Lucy y su acompañante están bien, diría que mejor que yo capitán".


"De acuerdo, Jennifer siga con este ritmo", ordeno Karen, sin dar tiempo a que la broma pudiese continuar, "detectives concentración máxima, recuerden que puede aparecer en cualquier momento".


Ninguno de sus agentes, pudo observar la pequeña sonrisa que se dibujaba en la cara de su superior. Confiaba plenamente en su equipo, eran los mejores y sin ninguna duda pondría su propia vida en sus manos. Sabia que ninguno de ellos había perdido la concentración ni por un segundo, incluso le agradó ese pequeño momento de broma entre ellos. Después de tres meses al lado de la artista y gracias también a su relación con Amy, para el equipo, la misión se había convertido en algo personal, la apreciaban sinceramente. Aunque todos estaban entrenados para controlar los nervios, Coleman sabía que estaban a flor de piel y la tensión era máxima, sobre todo para Amy.


-Primeros diez Kilómetroscompletados sin ninguna incidencia, todo controlado-, se escuchó que decía unavoz por el pinganillo.


Amy suspiro, ya solo quedaban veinte kilómetros para el finalde la carrera, aunque estaba pendiente de cualquier pequeñodetalle que pudiera surgir, no pudo evitar observar como delante de ella, Francis coqueteabaabiertamente con su chica. Aprovechaba cualquier mínima ocasión paraestablecer contacto, y conforme pasaban los minutos las cariciasduraban cada vez más, y lo peor de todo era que a Lucy parecíadisfrutar de sus caricias.


Como habiendo escuchado sus pensamientos, l a artista aminoró el paso y dejo que su chicallegase a su altura.


"Lu no debes romper laformación", protestó Amy.


"Solo quería saber comoestabas", respondió su chica.


"Un poco más relajada, todo está saliendo a laperfección", respondió la rubia sin apartar la vista delperímetro.


"Estoy deseando quetermine todo esto y estar por fin junto a ti en ese romántico restaurante, y después pasarme todala noche haciéndote el amor, no sabes como echo de menos el poder tocarte", dijo Lucy casi en unsusurro.


"Pensé que igual queríasaplazar nuestra cita, después del inesperado encuentro con tú amiga", respondió la rubia en unsusurro.


Lucy la miró sorprendida, "cariño, ¿estás celosa?".


"No digas tonterías Lu, no estoy celosa, me sorprende que nuncame hayas hablado de ella y no soporto que te toque, me dan ganas de matarlacada vez que te pone las manos encima"


La artista soltó una carcajada, "mi vida, te guste o no te guste, a eso se le llaman celos".


La detective hizo un ademán de protestar, pero Lucy apretó el paso y volvió a ocupar susitio en el grupo, unos segundos después se giró, y sin perder el paso, se dirigió a su noviacon una sonrisa picara, "¡entérate de una vez que eres tú a quien amo, que eres tú quien mevuelve loca, y quiero compartir el resto de mi vida contigo!", gritó, se dio la vuelta ycontinuó corriendo con una gran sonrisa en su cara.


Amy sintió que todo su cuerpo se estremecía.


-Veinticinco kilómetros completados, todos en posición, es el tramo máscomplicado-, volvió a escucharse por el pinganillo. Solo quedaban cincoKilómetros para el final de la carrera.


Cuanto más se acercaban a la meta, el público que se aglomeraba a los lados paraverlos pasar era cada vez más numeroso, lo cual convertía la calzada en más estrecha, incluso había tramos enlos que el grupo tenía que ponerse en fila india. Muchas personalidadesparticipaban en la carrera, cantantes, actores, gente del mundo de la televisión, políticos y la gentequería verlos, disfrutar de la cercanía de sus ídolos, y con suerte conseguiruna foto o un autógrafo.


"Capitán la cosa se estácomplicando, no podemos garantizar la seguridad de Lucy, de paso al plan B y creeun cordón de seguridad en los últimos cinco kilómetros", comunicó Amy nerviosa al ver como la aglomeración degente crecía. No solo le preocupaba la seguridad de Lucy, ellas tenían una ventajade unos diez minutos sobre el resto de participantes, cuando el grupo principal llegasea ese tramo, aquello sería un caos.


"Recibido detective, los agentes, la seguridad y losvoluntario de la carrera, están tomando ya posiciones, nos han informado haceunos minutos de las aglomeraciones".


Cuando pasaron por la pancarta de tres Kilómetros para meta y el grupo pudovolver a su posición original, la seguridad hacía titánicos esfuerzos pormantener alejados a los espectadores, Amy sealegró enormemente de llevar esa gran ventaja sobre el grupo. Solo deseaba terminarcon todo aquello montarse en el coche e irse a casa, estaba agradecida porcomo estaban transcurriendo las cosas.


"¿Cenaras esta nocheconmigo?", preguntó Franciska al pasar por debajo de la pancartade último kilómetro. Sabía la respuesta, pero no podía dejar deintentarlo.


Lucy se giró hacia ella apenada, " lo siento Francis peroya tengo planes", por nada del mundo se perdería esa cita con Amy.


"¿La quieres?".


"Con toda mi alma".


"¿Eres feliz?".


"Como nunca".


"Te envidio".


Lucy no respondió, miraba hacia adelante ansiosa por ver la líneade meta. Estaba deseando salir deallí, soñaba con aquellamágica noche que les esperaba, se moría por tener el cuerpo desnudo de suamante, entres sus brazos. En aquellos momentos noimportaba nada, solo Amy, ella y su futuro.


Después de dos horas y media cruzaron la meta, la carrera habíafinalizado. Se tomaron unos minutos para recuperarse, todos alrededor de laartista para evitar cualquier sorpresa.


"Voy a saludar al Alcaldey nos vamos, muchas gracias por todo chicos, sois maravillosos", dijo Lucy a susacompañantes, cuando sus pulsaciones volvieron a la normalidad. "Ves como no tenías que preocuparte", dijo al oído de su amadaa la vez que posaba un instante los labios en el lóbulo en su oreja, volviendo aestremecerla.


Se despidió de Francis, prometiendo ambas llamarse en breve y sedirigieron hacia el mandatario, con la misma formación en la que habían llegado. El bullicio y el descontrol era cada vez mayor, tenían que salir de allílo antes posible.


Amy, sintió como un inesperado rayo helado atravesabadespiadadamente su cuerpo sin motivo, hasta casi dejarla sin respiración. Se giró instintivamente y descubrió al tirador, momentos antes de queapretara el gatillo, "¡Jennifeeeeeeer gritó mientras seabalanzaba sobre Lucy para protegerla con su cuerpo.


Sonó un disparo, Vallejo reaccionó inmediatamente abatiendo altirador, pero ya era demasiadotarde para la joven rubia, su cuerpo inerte se desplomaba en los brazos dela mujer que tanto amaba.


Lucy gritó horrorizada, al ver la sangre manar a borbotones del pecho desu chica.



Solo cuando estoy contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora