Capitulo 27

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    Sin soltarse de la mano ambas mujeres, se sentaron en el sofá, junto a las dos policías. Lucy tomó aire y fue relatando todo lo que había pasado desde que Amy y Jennifer, abandonaron su casa siguiendo el rumbo que les marcaba el GPS. Algo dentro de si le hizo omitir la llamada que le había hecho su amada, contándole con todo lujo de detalles las pruebas encontradas contra Franklin, sabia que Amy no le tenía que haber dado esa información.  Al llegar a lo ocurrido en la habitación un fuerte temblor recorrió todo su cuerpo, y las lagrimas amenazaron con brotar de sus ojos nuevamente, solo las suaves caricias de su novia, y su mirada de infinito amor y veneración, le dieron fuerzas para armarse de valor y relatar con pelos y señales,  todo lo ocurrido en ese cuarto.



Amy sentía que la sangre le hervía con cada palabra que salía de la boca de su chica, no podía soportar el hecho de que alguien le pudiera causar el más mínimo dolor. En aquellos momentos, se juro a si misma una y mil veces que haría todo lo que fuese necesario para hacerle pagar a aquel mal nacido todo el daño que le estaba produciendo tanto física como psicológicamente a la artista.  Ella era católica por imposición, no creía en dioses, milagros, o ángeles de la guarda, creía en ella misma y en su instinto para proteger su vida, pero en aquel instante daba repetidamente gracias al cielo por haberle permitido llegar a tiempo, antes de que el mal hubieses sido irreparable. A partir de aquel instante no la dejaría sola ni un segundo, con o sin el beneplácito del cuerpo de policía, pediría una excedencia,  si fuese necesario dimitiría, nadie iba a volver a causarle el más mínimo dolor a la mujer que tanto amaba, mientras a ella le quedase un aliento de vida.


"Lo que no logro entender, es como sabia que íbamos a por él, como pudo engañar a nuestros agentes".


La voz de su capitán, trajo a la joven rubia al mundo real.


"Creo que yo tengo algo que ver con eso", respondió Amy, "al encontrar la bolsa con las pruebas y volver a la comisaria para analizarla,  llame a Lucy desde el coche y se lo conté todo".


"Amy, sabes que eso va en contra del reglamento, no puedes hablar sobre el caso con la victima de él; y mucho menos si el principal sospechoso esta vinculado sentimentalmente con ella y sin estar segura al cien por cien de que las pruebas encontradas pertenecían a él, dejándote llevar solo por tu instinto", la interrumpió Coleman mirándola con desaprobación.


La joven rubia, apartó la mirada y continuó un poco avergonzada,  no estaba acostumbrada a las reprimendas de su superior, aunque fuera una de sus mejores amigas,  "de alguna manera tuvo que interceptar y desencriptar la llamada,  es la única manera".


"Pero Amy para ello tendría que estar muy cerca de aquí, con un equipo muy sofisticado y para ello se necesita un vehículo grande.  Hubiese llamado la atención de Laura y Lorenzo", dijo la detective Vallejo con muchas reservas,  sobre la teoría de su compañera.


"No si sabe donde ocultarse, y a menos de trescientos metros de aquí hay un pequeño camino, que lleva a una pista forestal. Es casi imposible verte desde la carretera y tú puedes vigilar toda la casa sin nada que te moleste. He pasado muchas horas vigilando esta puerta, esperando a que ese mal nacido saliera de esta casa", le informó la joven rubia.


La capitán Coleman la miraba fijamente, "detective Foster, creo que es hora de que me cuente todo lo que esta pasando. Ha incumplido todas las reglas de la policía, se ha implicado emocionalmente con una de las implicadas en el caso en el que estaba trabajando, ha desobedecido mis ordenes, embarcándose en una vigilancia sin autorización de ningún tipo".


"Capitán Coleman, ella solo ha hecho todo esto para.......", protestó Lucy intentando interceder por su novia.


"Srta. Hoffman, por favor... ", la interrumpió la policía enfadada,  haciéndola callar con una mirada gélida,  "espero que me convenzas de que tenias un buen motivo para todo eso Amy".


La rubia, apretó la mano de su amada,  dándole a entender que todo estaba bien, y comenzó a explicar a su capitán sus motivos para desobedecer sus órdenes e iniciar por su cuenta una vigilancia hacia el que ella consideraba su principal sospechoso.  Le conto todas la horas infructuosas parada frente a la casa y a la oficina del delincuente, hasta que finalmente su espera dio sus frutos y siguió al hombre a aquel hotel donde se encontró con Gabriela. Su historia con Gabriela; como aquella mujer la había convertido en su amante y se había aprovechado de ella para colocar una cámara en su casa y poder dañar a Lucy. Las amenazas de Franklin, al terminar la artista su relación con él, el intento de violación y después el intento de soborno, para continuar con la boda, amenazándola con la cinta de las dos practicando sexo en el sofá de su casa.


Coleman la miraba anonadada,  no podía creer que todo aquello había estado pasando delante de sus narices y ella no se había dado cuenta de nada. Toda la burocracia que implicaba su cargo, le estaba haciendo perder su gran olfato , "¿tú sabias algo de todo esto?", preguntó a Vallejo.


Jennifer asintió con la cabeza sin atreverse a mirarla.


La capitán asintió, y volvió a dirigirse a la detective rubia,  "¿tienes pruebas de que Gabriela y el ex prometido de la Srta. Hoffman se reunieron en aquel hotel?, ¿de que fue ella quien coloco la cámara en tu casa, y que fue ella quien le entregó a Franklin la grabación?


"Hice fotos del encuentro, las tengo en el coche, en ellas se ve claramente como le entrega algo que parece un reproductor, y él cuando dejó el hotel se dirigió inmediatamente a casa de Lucy para amenazarla", respondió la agente, "pero no puedo probar que fue Gabriela quien colocó la cámara en mi casa, todo ha pasado muy rápidamente y no la he llevado a que la analicen y busquen huellas, aunque estoy segura de que no contendrá ninguna".


Coleman se levantó con energía, "¡está bien!,  Amy, necesito que me traigas esas fotos, Gabriela tendrá que explicar que relación tiene con un asesino, con el asesinato y con el chantaje a la Srta. Hoffman, todo esto no va a sentar muy bien al alcalde, voy a acabar con esa maldita mujer de una vez por todas.  Jennifer acompáñame".


Las cuatro mujeres se dirigieron hacia el coche,  Karen contemplo las fotos mientras una sonrisa de satisfacción aparecía en su rostro,  "en cuanto a la seguridad de la Srta. Hoffman, Laura y Lorenzo se ocuparan de ella y de coordinar las patrullas".


"Pero.....", intentó protestar la rubia.


El capitán no se lo permitió con un gesto le ordenó que se callara,  "tú y Jennifer no os separareis de ella en las veinticuatro horas del día, vosotras os pondréis de acuerdo para que al menos, una de las dos esté con ella en cada momento, cueste lo que cueste lo atraparemos".


La joven rubia miro con una sonrisa de alivio a su novia, "Lu, creo que es mejor que mientras dure todo esto, vengas a mi casa.  Es más pequeña y podremos vigilarla mejor".


La joven artista asintió con la cabeza pesadamente, los acontecimientos del día le estaban pasando factura y el cansancio se estaba apoderando de ella, "iré a coger algo de ropa" dijo tristemente.


Amy la miro preocupada como se alejaba, se despidió de sus dos compañeras y la siguió, "¿cariño que pasa?", dijo entrando en la habitación y rodeándola cariñosamente por detrás con sus brazos.


"Tengo miedo Amy, tengo miedo, no se como va a terminar todo esto. Tengo miedo de que te haga daño, no podría seguir viviendo sin ti, no quiero que me dejes nunca. Esto es como empezar una nueva vida, pero no por decisión propia, si no porque me obligan, tengo miedo de dejar mi antigua vida, tengo miedo de.....".


La rubia no la dejo continuar, la giró y seco sus lágrimas dulcemente, "mi amor, yo jamás te dejare, ni permitiré que se vuelva a acercar a ti, que vuelva a hacerte daño. Yo no quería que esto sucediese así, pero esta nueva vida, será nuestra nueva vida, una nueva vida que afrontaremos las dos juntas, nada ni nadie podrá separarnos nunca porque te amo con toda mi alma, lo eres todo para mi, porque........".


No pudo continuar, los labios de su amada en los suyos se lo impidieron,  ambas se fundieron en un dulce y apasionado beso, el primer beso de su nueva vida.


Solo cuando estoy contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora