Capitulo 4

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"¡oh Dios mío!", exclamó apoyándose a la pared intentando recuperar la respiracion.

Amy la miró muy avergonzada, guardo su arma y se acercó a ella, "disculpeme Srta. Hoffman, no pensé que podía ser usted", vivo aquí, "¿que no se ha dado cuenta?" no debería sacar su arma al primer ruido que oiga, dijo la joven de ojos azules algo molesta.

La rubia noto como sus mejillas se sonrojaban ante la reprimenda. Bajo su mirada, volvió a murmurar una excusa y se alejó.

No era su estilo comportarse así, solo cumplía con su deber. En condiciones normales hubiese dejado bien claro, que era ella quien ponía las normas, ya que era ella quien se jugaba la vida y si decía que nadie podía salir de la habitación, nadie debía salir, quien había actuado mal era Lucy al saltarse sus reglas.

Pero sabía que de alguna manera adoraba a aquella mujer, desde el primer momento que la vio al entrar por la puerta de su casa, sentía la necesidad de protegerla, de cuidarla  y evitarle cualquier daño.

En cuanto  Amy bajó la mirada, la pintora se arrepintió de sus palabras, sabía que la culpa era suya. La detective Foster les había insistido varias veces que nadie debía salir de su habitación durante la noche. Además aquella mujer le parecía fascinante, no había pretendido avergonzarla, sin dudarlo un instante la siguió, la agarró suavemente del brazo y la detuvo.

"Detective, espere porfavor", dijo obligándola a girarse," "disculpeme, por haber salido de la habitación y por haberle hablado de esa manera". Amy sonrió, "no tiene porque disculparse Srta. está todo bien".

"Si, es necesario que me disculpe. Además quiero agradecerle que esté usted aquí".

"no debe agradecerme nada, solo cumplo con mi deber", dijo mientras observaba los cuadros colcados en la pared de la casa de la joven pintora,  son muy hermosas, tienes un talento impresionante, me encantaría asistir a su exposición, pero para ello tendría que solicitar por adelantado el sueldo de tres meses para adquirir una de sus obras, dijo un poco sonrojada.

Lucy la miró sorprendida, "creo que se como arreglarlo".

"a que se refiere?" pregunto Amy.

"Como sabrá mañana es mi exposición, usted me escoltará y eligirá una de mis obras como pago por sus servicios, se que si usted esta conmigo nada malo podra pasarme".

"¿Pasa algo?", preguntó Lucy al observar que Amy no reaccionaba.

Amy un poco avergonzada contestó, "no, solo que no puedo aceptar una de sus obras, no de esa manera, a menos que acepte pagos por plazos, además es mi obligación protegerla.

La jovén de ojos azules la miró, con fingida indignación, "detective, déjeme pensar si me conviene aceptar pagos en determinado tiempo" dijo con una sonrisa, mientras tanto vamos a la cocina que muero de sed.

Las dos mujeres se dirigieron a  la cocina, Lucy indicó a la rubia que se sentara, mientras preparaba unos sandwiches, Amy la miraba casi sin poder creerse como había terminado su día libre en meses. Lo primero que acostumbraba a hacer al levantarse, lloviese, nevase, hiciese frío o calor, era salir a correr por el parque, ese día cambio su rutina, por la peluquería y el salón de belleza, ya que tendría su gran cita con Gabriela, despues de muchos coqueteos e indirectas, la altiva mujer finalmente había accedido salir con ella, Gabriela era la mano derecha del alcalde y Amy había estado encargada de su seguridad por algunos meses. Era mujer de unos treinta años, con un cuerpo de escándalo, alta, pechos redondos y firmes, curvas pronunciadas, pelo rubio, largo rizado, ojos verdes, preciosa de cara,, conseguirla era un sueño para cualquiera. La cita fue maravillosa, todo iba bien hasta que llegaron al teatro, a los diez minutos de empezar la función, Gabriela suspiraba aburrida y se removía inquieta en el asiento intentado buscar postura, aquello era un sacrilegio para la joven rubia, amaba los musicales y no daba credito como alguien podria aburrirse viendo algo tan hermoso. la joven rubia estaba molesta, pero aquella mujer la volvía loca.

"Detective?", la voz de Lucy la trajo de nuevo al mundo real.

"disculpa, ¿que decías?, estaba pensando en otra cosa", se disculpó.

"Te preguntaba si querías un cerveza", dijo la joven artista mientras le tendía una, con una sonrisa pícara continuó, "pero ahora muero por saber en que estabas  pensando".

Amy no  pudo evitar que sus mejillas ardieran, rechazó la cerveza amablemente, estaba de servicio e intentó desviar la atención de su acompañante.

Las mejillas teñidas de rojo de la detective, aumentaban más la curiosidad de la artista, "seguro que estabas pensando en alguien, en que estas aquí con migo mientras podías estar disfrutando con el, ¿a que es eso?, pregunto burlona.

Amy contesto "mas o menos", y luego se echo a reir contagiando a la joven artista.

las dos mujeres estuvieron riendo y bromeando durante un buen rato, hasta que Franklin entró a la cocina.

Amy inmediatamente se levantó de la silla.

Contempló  asombrado las dos cervezas encima de la mesa, "detective Foster, no creo que esta sea la mejor forma de velar por la seguridad de mi prometida, creo que esto demuestra lo poco profesional que es usted" dijo furioso, no sabía porque pero había algo en la rubia que le hacía ponerse en guardia, a la defensiva, se sentia inseguro frente a ella, tenía la necesidad de demostrarle que todo aquello era suyo, que él era el amo y que aquella mujer le pertenecía.

La joven detective, apretó los puños y se mordio la lengua, se giró hacia Lucy, "será mejor que vuelva a mi puesto Srta. Hoffman y dicho esto salio de la cocina.

"Te has vuelto loco, ¿por que has dicho eso?, estaba aquí por que yo se lo pedí, al bajar ella escucho ruidos, me ha apuntado con su arma, se lo he recriminado demasiado duramente y para disculparme le he invitado a una cerveza", le recrimino la artista enfadada.

"Lucy te das demasiado a la gente, ella es una simple policía y su trabajo es protegerte, no compartir risas y confidencias contigo como si fuera tu mejor amiga, dijo el joven acariciandole la mejilla. "Uffff Lu, hueles a borracho cervecero", protestó al acercarse a besarla. 

"Pero.....", intentó protestar ella.

Él se lo impidió dandole un beso, "nada de peros, sabes que tengo razón, perdón por lo de antes, tenias razón no era el mejor momento. Vamos a dormir te echo de menos a mi lado". dijo mimoso, tirando suavemente de ella.

Agotada Lucy se dejo llevar.

Protegida por la oscuridad de la noche, Amy observó furiosa como subían las escaleras y desaparecían en un cuarto. Antes de entrar el chico la busco con la mirada, sabia que estaba allí aunque no era capaz de verla, tomó una decisión, tenía que deshacerse de ella.

La noche paso lentamente para la joven detective, sorprendentemente no hubo llamadas amenazantes.






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