Capitulo 48

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Al cruzar las puertas del aeropuerto, Lucy sintió como un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar los últimos días vividos junto a Amy hacía ya más de un año. La vuelta a la ciudad, enfrentarse a tantos recuerdos, enfrentarse a Amy iba a ser muy duro.

Había salido precipitadamente de Hong Kong al recibir una llamada de Cindy informándole de un grave accidente sufrido por Francis, su mejor amiga.

Francis estaba de vacaciones en la ciudad y durante una de sus escaladas el arnés se había roto y la joven se había precipitado desde una gran altura. Al principio pensaron que era algo mucho más grave debido a la pérdida de consciencia de la chica durante unas horas. Pero después de infinitas pruebas descubrieron que lo más grave era una fea lesión en el radio y el cubito de su brazo izquierdo. Aunque Cindy le informó de todo, ella estaba muy preocupada y decidió ver con sus propios ojos como estaba su mejor amiga.

Cindy y Francis se habían conocido en una competencia de escalada de montaña, ambas compartían el mismo gusto por los deportes extremos.

"¡Lucy!", escuchó una voz que la llamaba, se giró y se encontró con una sonriente Cindy.

"¡Cindy! ¡Qué alegría!, ¿cómo estás?", exclamó la joven de ojos azules.

"Muy bien ahora que te veo.....", suspiró la simpática joven, "debo irme al hospital los chicos me necesitan , hoy tendremos una actividad de campo, Francis se ha quedado con....", la joven se mordió su labio inferior.

"¿Con", preguntó Lucy extrañada.

"Lucy ¿por qué no vamos a tomar un café?", dijo la joven con voz preocupada.

"¿Quién está arriba Cindy?", preguntó la joven muy seria.

"Amy y una agente llamada Alexandra" respondió la joven.

Lucy por unos segundos no dijo nada, luego inspiró profundamente y con una sonrisa le dijo, "bueno, creo que va siendo hora de que me enfrente a todo esto ¿no?"

"¿Estás segura?", preguntó Cindy preocupada.

"Si, vete tranquila", dijo la joven sonriendo, y a modo de despedida le dio dos besos.

Cindy observo preocupada como se introducía en el ascensor, sabía por todo lo que había pasado Lucy y su relación con Amy, y lo doloroso que resultaba todo aquello para ella.

Lucy se paró delante de la puerta, contó hasta quince, respiró profundamente y llamó decidida.

"Adelante" escuchó gritar la voz de Francis desde adentro.

Al abrir la puerta y entrar, vio como el rostro de su amiga se transformaba y una gran sonrisa aparecía en ella.

"¡Sabía que vendríassssssssss!", exclamó entusiasmada.

"Como iba a dejar sola a mi mejor amiga, cuando ha estado a punto de romperse la crisma", dijo la joven sonriente, "creo que la próxima vez seré yo quien te de clases de escalada a ti, recuerdo de alguien que no hace mucho se reía de mi manera de escalar y pasé la prueba sin romperme ni una sola uña".

La joven se rió y ambas se fundieron en un gran abrazo.

Al verla entrar, Amy tuvo que apoyarse contra la pared para no caerse, se quedó sin respiración y su corazón dio un brinco en su pecho que la hizo sujetárselo por temor a que se escapase. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para no lanzarse a sus brazos en el preciso instante en que cruzó la puerta.
Hacía casi un año que no la veía, y le pareció más bella que nunca, llevaba unos Jeans negros ajustados que se acoplaban perfectamente a su cuerpo, dejando al descubierto su increíble anatomía, una camiseta blanca que hacía resaltar su bronceada piel y sus chispeantes ojos azules.

Solo cuando estoy contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora