Capitulo 6

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Lucy llamó insistentemente al timbre, pero Amy parecía no estar en casa, estaba a punto de desistir y volver al coche donde la esperaba la detective Vallejo, cuando escucho el sonido de unas llaves y un cerrojo, la puerta se abrió lentamente y apareció una adormilada Amy al otro lado.

A Lucy le dio un vuelco el corazón al verla y una gran sonrisa se dibujó en su rostro. Llevaba puesta una camiseta de tirantes y un pantalón muy corto a modo de pijama, su pelo estaba alborotado , los ojos medio cerrados y no pudo controlar el bostezo que se escapaba de su boca justo al abrir la puerta. Le pareció adorable.

Amy la miro completamente sorprendida, movió la cabeza de un lado a otro, como queriendo despertar de un sueño, "Lu........Srta. Hoffman, ¿qué está haciendo aquí?, preguntó.

La joven pintora sin poder borrar la sonrisa de su cara contestó, "he venido a hablar contigo, quería......".

La joven detective no la dejó continuar, "pierde el tiempo Srta. Hoffman, no se me permite hablar con usted y tampoco quiero, creo que todo lo  que tenía que decir ya lo ha dicho bastante claro", dijo e intentó cerrar la puerta.

La artista no se lo permitió, "Amy por favor, déjame explicarte, yo no sabía nada de eso, tienes que creerme", suplicó angustiada.

Al juntar sus miradas, la detective supo inmediatamente que decía la verdad, aquellos dos luceros aparecían incapaces de mentir. Durante unos instantes permanecieron sin decir nada,  mirándose fijamente a  los ojos, perdidas en quella mirada, sintiendo como algo nacía dentro de ellas, algo dulce y puro aún sin nombre.

"Por favor.....," volvió a murmurar la artista.

Amy sonrió y se apartó dándole acceso a su apartamento, "¿cómo me ha encontrado?, no debería estar aquí sola, sabe que es peligroso".

"Digamos que me he camelado a tu capitán y a tu compañera para que de alguna manera me indicaran donde encontrarte, y no estoy sola Jennifer me está esperando abajo", dijo la artista al pasar por su lado y entrar al apartamento.

Amy sintió una pequeña punzada de celos al escuchar como llamaba a  su amiga por su nombre de pila, "Jennifer....", murmuró, "parece que la detective Vallejo y usted habéis intimado", dijo mientras cerraba la puerta.

Lucy se sorprendió al ver esa pequeña muestra de celos por parte de la rubia, aquella reacción le llenó de gozo, "acaso te molesta, ¿me quieres exclusivamente para ti?, preguntó mientras se mordía el labio inferior coqueteando claramente con la policía sin saber porque.

La rubia no se achicó, "¿eso tendría algo de malo?, respondió con una sonrisa.

"Por supuesto que no, sería un honor para mí", dijo Lucy devolviéndole la sonrisa, pero dando un paso atrás y parando el juego.

"¿Puedo ofrecerte algo, café, té......", preguntó la rubia.

"No gracias, la verdad es que tengo mucha prisa, tengo que estar en un par de horas en el salón donde se llevara a cabo la presentación de mis obras, aún faltan algunos ajustes, necesito estar peinada y maquillada para entonces, he cancelado algunos compromisos de esta mañana pero nada importante.

La joven agente la miró asombrada, "¿y por qué ha hecho eso?."

Lucy le contó todo lo que había pasado desde que se levantó, como la vio discutir con Coleman, la frialdad y el desprecio de Vallejo y como finalmente se había enterado de todo lo ocurrido, "tenía que aclararlo todo".

"Gracias por hacer todo  eso por mí", murmuro agradecida la detective.

"No podía permitir que todo eso siguiera, tú no eras culpable de nada", dijo Lucy tajante, "te pido disculpas, no sé porque Franklin ha hecho eso, pero prometo averiguarlo".

Solo cuando estoy contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora