Bienvenido a mi Imperio.

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Ese día Louis no había podido por más que había intentado dejar de pensar en lo que le había dicho Austin, quizá y si trabajaba horas extras en la dulcería, o si quizás conseguía otro trabajo podría pagarse la universidad y tener su título en psicología, logrando así comprarle a su madre un nuevo auto y si le iba bien, una nueva casa.

La idea de pedir una beca tampoco era indiferente para Tomlinson, es decir, el era un estudiante responsable, y sabia el compromiso que era el tener una beca ya que si se ponía a pensar en trabajar mas turnos o en un nuevo trabajo adicional, sinceramente el tiempo que podría pasar con su familia iba a ser aún mas corto de lo que ya lo era, y eso era ya rotundamente inaceptable, ya que Louis amaba pasar el tiempo con sus chicas, y ésto, esto ya no era debía ser así.

Señor Austin, ¿seguro que no importa que me ausente por unas horas? –Preguntó por décima vez Louis mientras se colocaba una mochila roja, mochila donde guardaba los papeles que posiblemente y si tenia suerte, le iban a pedir en Hamsword.–

No, Louis, anda ya a la universidad, verás que si te concederán esa beca, confío en ti chico. –El hombre le palmeo la espalda y se recargó en el mostrador observándole como entre saltos y emoción, Louis se dirigía a la Universidad.–

Al llegar, Louis tomó asiento al lado de una nena de unos seis años con un osito de felpa en las manos, llamando clara y obviamente la atención de Louis.

Hola princesa. –Habló éste, sonriendole tal y como siempre lo hacia, en esta ocasión a la menor.–

Hola chico. –Respondió con la misma sonrisa a excepción de la falta de un diente la niña, mirando a su al rededor.– ¿A que vienes tu acá?

Oh verás cariño. –Comenzó a hablar Lou.– He venido a solicitar una beca, no tengo los suficientes recursos para pagar por completo la colegiatura y bueno, ¿que haces tu aquí?

¡Espero y te den esa beca ojitos bonitos! –Dijo la niña con emoción abrazando uno de los brazos de Louis, haciendo a este enternecer.– Y bueno, yo vengo a acompañar a mi hermano a inscribirse, aunque ya se tardó muuuuuuchoooo. – La nena abrió sus manos formando un medio circulo imaginario, haciendo reír a Lou.–

Gracias, cielo. –Sonrió de forma lateral Louis, mirando como un chico de no mas de 17 años llamaba a lo lejos a la niña por el nombre de ''Regina".– Creo que te llaman, corazón.

–La nena volteó y sonrió soltando a Lou, dejando un beso en su mejilla mientras salía corriendo con quien parecía su hermano, dejando olvidado a su osito de felpa.–

¡Princesa! –Exclamó Louis lo mas alto que podía mientras levantando el osito de felpa y levantaba de su lugar, mirando entre la gente si conseguía encontrar a la nena.–

Rendido al no encontrarla, Louis volvió a sentarse mientras observaba al osito con una sonrisa, era un oso bastante lindo, era de un tono café pálido con un moñito en el cuello color rosa pálido igual de un tamaño bastante grande, unos quizá treinta centímetros de altura por unos quince de ancho por sus manos.

Ahora que lo veía bien, el osito le parecía muy lindo, y si Regina no lo había llevado consigo probablemente había querido regalárselo a el, aunque igualmente podía regresar y llevárselo, todas esas opciones eran válidas, pero mientras tanto, Lou iba a cuidar de su pequeño nuevo amiguito.

Por ahora te llamarás Teddy, precioso. –Susurró mirando con ternura al oso he instintivamente abrazándolo fuerte, dándole todo el cariño que en sí tenía para dar a alguien, incluso a las cosas sin vida.–

De lo que el no se habia percatado, era que alguien lo observaba desde que habia llegado al lugar, unos ojos esmeralda se habían posado en el chico de ojos azules desde el primer momento en el que había puesto un pie en la universidad.

A Harry le gustaba mucho lo que acababa de ver.

El hecho de ver a Lou abrazar con tanto entusiasmo y cariño al oso de felpa lo había puesto agitado, esto ya que Harry tenía cierta fascinación con los chicos tiernos, quizá estaba mal pero, si iba a irse al infierno por haber tenido relaciones con su hermano, ¿que mas daba ahora el fijarse en chicos cuatro años menores que el? Ya nada, realmente nada.

–En cuanto el rizado salió de su escondite y caminó sin rodeos hasta Louis, sorprendió a éste haciendo un roce de nariz con la del oso.–

Hola, Lou. –Dijo con aquél reconocible (para Lou) tono grueso y cálido, haciéndolo dar un salto en su lugar.–¿En que puedo ayudarte, panquesito?

Hum, bueno Harry, yo venia.. –Estaba nervioso, definitivamente ese chico lo ponía nervioso de sobre manera, y lo peor era que no sabía ni porque.– Venía a solicitar una beca, Harry, veras, no tengo el ing...

A partir de mañana te espero a las 07:10am en mi clase, Tomlinson, tienes la beca. –Interrumpió Harry con la misma sonrisa amplia y los hermosos hoyuelos del día anterior, dejando a Louis con la boca básicamente abierta.– El uniforme escolar lo podrás recoger igual mañana, puedes venir con la ropa que quieras, aunque, me gustaría que trajeras algo parecido a un uniforme escolar, ya sabes, todo sea por el reglamento.

Pero, ¿estás seguro Harry? Es decir, ni siquiera he pasado con el director del plantel a entregar mis papeles y tu tan sólo me la das. –Mencionó haciendo una mueca de notable confusión, ganándose por parte del mayor una risa que le pareció que sería su nuevo vicio.–

No te preocupes, Louis, entonces te espero mañana puntual en el salón 17-B a las 07:10am, por cierto, quizá y visite la dulcería hoy. –Musitó llevando una de sus manos a la mejilla del menor, acariciando el contorno de ésta haciendo a Louis estremecer, para después abandonarla y caminar de regreso a donde estaba.- Oh, y, Louis.. –Mencionó volteando, estando ya lejos del antes mencionado.– Bienvenido a mi imperio.

Never Enough.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora