Buenos días, mi gatito bonito.

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A la mañana siguiente de aquella favorable noche, Louis comenzó a despertar de a poco a poco al sentir como los cálidos rayos de luz tocar todo su cuerpo por encima de la manta, y, digamos que también despertó ya que un delicioso aroma de tocino, y lo que parecían panqueques, acompañados de un sutil toque de fresas con moras azules inundaron sus fosas nasales, algo que hizo sonreír al pequeño Lou, pero había algo que no cuadraba.

Esa no era su cama.

Esa no era su habitación.

Esa no era su casa.

¿Por qué carajos estaba desnudo?

Rápidamente, casi como un rayo se levantó envuelto en las sábanas y se colocó sus bragas, las medias, la falda, la camisa y el sueter, para después colocarse sus zapatillas y bajar a saltos la escalera hasta llegar a la planta baja donde comenzó a escuchar una voz familiar cantar.

Bed all day, bed all day bed all day, fucking you and fight on, it's our paradise, it's our war zone, it's our paradise, and it's our war zone. –Cantorreo un Harry con voz ronca desde la cocina mientras servía los platos con la comida que había preparado.–

Y entonces, Lou comenzó a temblar del horror que le estaba causando eso.

¿P..Profesor...Harry? –Musitó Louis con una voz baja mientras entraba al lugar.–

Buenos días, kitten. –Respondió el mayor mientras sonreía de manera amplia, mostrando aquellos hermosos hoyuelos que a Louis tanto tanto le gustaban.–

¿Q..Qué sucedió anoche? –Mencionó sentándose en una de las sillas del comedor frotando sus ojos con sus dedos.– Usted y yo, ya sabe..

Anoche, mi lindo gatito, fue la mejor y más salvaje noche de nuestras vidas. –Exclamó colocando un plato con panqueques, tocino, y un par de frutos rojos enfrente de Lou.– ¿Quieres leche o jugo?

Quiero una explicación, Harry. –Logró murmurar Louis sin tartamudear, mirando en dirección a donde se encontraba Harry.– La verdad es que tengo terrible memoria, y me siento aturdido.

Sólo jugamos damas chinas, jenga, y monopoly, cosas sexuales, ya sabes, tranquilo. –Musitó Harry mientras se mordía el labio inferior y posaba en el medio de la mesa una jarra de jugo recién exprimido de naranja y zanahoria, y otra mas de leche fresca.–

_Algo adolorido, Louis suspiró y se levantó para lavarse las manos en el lavabo de la cocina.– Menos mal, pensaba que había sucedido otro tipo de cosas que son sólo para mayores, ya sabe.

Oh no, yo no hago esas cosas, no te preocupes por eso minino. –Asintió una vez más Harry para sentarse en una de las sillas y frotar sus manos.–

Harry...¿porqué dormí en tu casa? –Cuestionó una vez más Lou al sentarse en la silla que antes estaba.–

Porque, gatito bonito, te estaba dando clases de matemáticas, veíamos los senos y cosenos, al parecer te aburriste y decidiste dormir, pero cuando iba a cargarte a la cama te medio despertaste y bueno, jugamos un poco. –Respondió Harry llevandose un primer bocado de panqueque a la boca.– Por cierto, ¿a que horas entras al trabajo los sábados? Hoy es sábado, y ya son las nueve.

–Louis al escuchar a Harry se atragantó y se levantó yendo a la sala a tomar su mochila.– Debo irme ya ya ya.

Dejame llevarte, ¿a que hora entras? –Harry rodó sus ojos y se levantó también estirándose.–

Never Enough.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora