Y volvemos a lo mismo.

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Es que...lo siento, no era nada Ha...Daddy. –Mencionó Lou descansando su cabeza en el pecho de Harry, soltando pesados suspiros y manteniendo la vista en el blanco techo.– Es solo que estuve pensando en mi madre, y que tan decepcionada estaría de mi si supiera esto...–Mintió, si, le preocupaba lo que su madre fuese a decir o como fuera a reaccionar, pero no era precisamente lo que pensaba. Las lágrimas no tardaron mucho en salir, aquel sueño y lo que recién había mencionado lo tenían sofocado, el necesitaba gritar, maldita sea que necesitaba gritar.– Perdón, esto es difícil, ¿sabe?

–Jarry asientió, intentaba comprender a su Lou pero del todo no lo consiguía, ¿por qué Lou no toleraba el divertirse? ¿Por qué le tenía tanto miedo al amor? Porque eso, eso estaba en los planes de Harry, darle muchísimo amor a su precioso bebito.– Cariño, te entiendo, pero no te pongas mal, tu madre no tiene que enterarse de esto, si, se que está mal, se que esto es un delito, una aberración humana incluso, pero, amor, ¿que tan mal está portarse mal de vez en cuando? Solo estamos pasandola bien mi bebé, ¿o no? Ten presente algo. –Mencionó acariciando la cintura del menor, dejando muchos besos cortos en su cuello.– El día que tu ya no quieras estar conmigo en este tipo de relación, solo dímelo y te juro que dejaré de molestarte, sin contar que nada de esto pasó, ¿entiendes? Pero mientras quieras seguir conmigo, te prometo por mi madre, que conmigo no vas a sufrir, no vas a salir lastimado, te quiero mucho gatito, y no, lastimarte definitivamente no está dentro de mis verdaderos planes e intenciones contigo, amor. –Finalizó dejando una nueva marca en el ya bastante bastante marcado cuello de Lou.–

–Mientras tanto, un Louis con una sonrisa grande, se levantó de su lugar colocándose de rodillas en la bañera, y tomó una de las esponjas, le colocó jabón líquido, frotó ambos hasta que salieran burbujas y espuma, y por último, comenzó a pasar lentamente está por el cuerpo de su Harry, de su chico.– Sin duda alguna, tomé de las mejores decisiones con usted, daddy. –Murmuró sonrojándose, lavando el cuerpo de su compañero de cama.–

Una media hora después.

¿Podemos comer algo? Mi estómago pide a gritos una manzana, un jugo, ¡algo! –Dijo Louis alzando sus brazos haciendo gestos, provocando en Harry gracia y ternura.–

Claro cariño, vamos. –Harry se levantó de la cama, caminó hasta su closet, ya que en efecto permanecía desnudo, se colocó unos Calvin Klein blancos, un pantalón de pijama negro, y unas pantunflas café, cerró la puerta del lugar, y caminó hasta donde su pequeño, dejando un sonoro beso en sus labios, llendo hasta la planta baja.–

Louis esperó hasta que escuchó los pasos de Harry en la planta baja, y una vez de esto se levantó de la cama, buscó por el lugar una mochila que había traído y que cuando nadie se había percatado la había escondido en algún lugar de la habitación. Una vez de haberla encontrado, se coló por el closet de Harry, una vez ahí, la magia comenzó; tomó entre todas las camisas de Harry la más bonita para su gusto, una negra con manchitas blancas por toda esta, se la colocó, se sacó de la mochila las bragas blancas que había traído, sacó también las medias y en efecto, también ligueros; con esto fuera de la mochila, se vistió como lo había acordado, un verdadero gatito.

Listo, sacó por último de la bolsa más pequeña de su mochila un collar negro con encaje y un pequeño cascabel en medio, acompañado de una diadema para el cabello con orejas negras y peludas de gato, si, ya estaba más que listo para sorprender a Harry.

Louis, cariño. –Se escuchó de forma suave la voz ronca de Harry, por lo que Louis comenzó a temblar.– Cielo, la comida ya está lista, ven a comer, no querras que suba por ti, ¿verdad? –Cuestionó subiendo de a poco en poco el tono de voz.– Te voy a contar hasta el cinco, y si cuando llegue a cinco no has bajado, voy a subir y tendrás problemas, gatito. –Agregó Harry ya en un tono de alto con algo de molestia.–

Louis corrió al baño y se vió de reojo en el espejo de cuerpo completo, sus piernas blancas lucían perfectas con las medias blancas que había escogido, la camisa de Harry le quedaba de vestido así que le lucía preciosa, alzó un poco la camisa de uno de lis costados y miró sus bragas y los ligueros, sensuales sin dudar.

–Siguió avanzando por su cuerpo hasta llegar a su cuello y rostro, el color negro debido al tono pálido de piel le iba de maravilla.– Creo que...

Tres. –Escuchó Lou como alguien llamado Harry comenzaba a subir la escalera lentamente, ¿cuando había contado uno y dos? ¿Acaso Lou había estado tan en su mundo que no lo notó?.– Cuatro. –Escuchó mas cerca, lo que señalaba que Harry estaba mas arriba.–

Bien, bien. –Lou corrió de nuevo hasta la cama y se sentó en posición de yoga sobre ella, arregló la camisa de Harry para que le luciera bien, acomodó sus orejitas y rezó porque su plan funcionara.–

Cinco. –La perilla de la puerta comenzó a girar lentamente y Lou lo notó, por lo que se colocó de como de costumbre un color carmesí encendido. La puerta se abrió mostrando a un Harry con el semblante serio, y que a juzgar porque seguía de esa misma forma no había notado a su Lou.– Te dije que si no bajabas cuando contase hasta cinco ibas a ...–Al final lo notó, posó sus ojos en el pequeño cuerpo en la cama, su mirada se comenzó a pasear de la manera más descarada posible en Lou quien mantenía la cabeza baja, una erección se comenzó a notar en sus jeans, y el semblante cambió totalmente de ser serio a estar lleno de lujuria. Sus pupilas estaban dilatadas, incluso sus ojos se habían tornado más oscuros del verde brilloso que tenían usualmente, estaba malditamente maravillado al tener a un verdadero minino en todo el sentido de la palabra para el solo, a su minino.–

Yo...quería lucir bonito para ti daddy, y para eso necesitaba que salieras y...–El pequeño fue interrumpido por el mayor, quien no hizo más que acercarse hasta Lou y sentarse en la cama, sujetar su cabeza (de Lou) y besarlo con pasión.–

Never Enough.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora