Never Enough.

No todo resulta como debería.

Bien, repasemos. –Se dijo Lou a sí mismo, sacando cada cosa que su madre había decidido colocarle a su maleta.– Tenemos camisas, camisetas, jeans, falditas, vans, medias, bañadores, protector solar, lentesillos, gorras, crema hidratante, desodorante, un potecito de perfume pequeño, sandalias, ugh, ¿boxers? No lo creo mami. –Negó Lou sacando sólo dos de los diez que su mamá había puesto, tomando la misma cantidad de bragas y ligueros, igual y, ese viaje podría ser muy erótico, y de sólo pensarlo sus mejillas se tiñeron del típico carmesí y rosa encendidos.– Bien, sigamos, calcetines, mis orejitas, traje de buzo. –Asintió mordiendo su labio inferior, mirando a su novio el que caminaba por toda la habitación de lado a lado.– ¿Sucede algo cielito?

No, no. –Respondió Harry negando, haciendo muecas yendo a sentarse en la orilla de la cama de Louis.– No es nada de cuidado, ¿nunca haz tenido de repente, un tipo de dolor en el corazón? Pero no ningún problema cardíaco, no, si no un dolor como de amargura y angustia.

¿Un presentimiento? –Louis enarcó sus cejas y cerró la maleta yendo hasta su novio, sentándose a su lado y recargándose en el hombro de este.– ¿De que tienes miedo?

No lo sé. –Dijo Harry soltando un largo suspiro, abrazando a su pequeño por los hombros. – Igual llamaré antes de irnos a mamá, Gemma, y tú llama a Lele, Zayn, Liam y ese rubio, ¿cómo se llamaba? Si, Niall.

Claro. –Respondió Lou asintiendo ahora el, separándose un poco para mirar al ojiesmeralda.– Tranquilo cielo, todo y todos estarán bien, tu mamá estará bien, Gemm estará más que bien, mis amigos estarán bien y nosotros estaremos bien.

De acuerdo. –Susurró Harry sonriendo a penas en una forma lateral.– Sigamos preparando tus cosas, mi maleta está en el auto, voy con tu mamá. –Se levantó de su sitio y sin olvidar dejar un casto beso sobre la frente de Lou, bajó hasta donde la madre de Louis.–

Ay Harry, en realidad, te encargo muchísimo a Lou, ¿si? Es muy pequeño y frágil, por favor, protegelo con tu vida si es necesario. –Exclamó Joanna, la madre de Louis bebiendo de su taza de café, pasando uno de sus dedos después por el borde de la taza.– Nunca hemos salido por tanto tiempo de viaje ni tan lejos, Louis es muy descuidado, tan sólo, por favor que no se le separe, se lo suplico.

Señora Joanna, tranquila. –Respondió Harry bebiendo de su vaso con jugo de naranja, dejando este en la mesa y frotando sus manos después. – Le prometo que en ningún momento le voy a perder la vista a Louis, y lo voy a proteger de todo y todos, se lo prometo.

Gracias, suerte. –Joanna soltó un suspiro y estiró su mano hasta tomar la de Harry, dando unas palmadas suaves al dorso de esta.–

De nada señora, su hijo es la persona más especial para mi actualmente, y creame, que aún tengo muchísimos planes para ambos como para dejar que algo malo le sucediera, daría mi vida y todo lo que tengo, hasta lo que no tengo, por salvarlo de cualquier cosa, y soy sincero si le digo que su hijo hizo que yo viera el mundo de otro color, ¿sabe? Es como si le hubiera dado color a mi corazón por más cursi que suene, uno no pensaría que yo terminaría pensando en algo formal pero, su hijo de repente llega y me cambia todos los planes, absolutamente todos y me hace colocarme elegante, fragancia, me da esencia.

Me gusta muchísimo que hables así de mi hijo Harry, me hace feliz que ambos se amen tanto, y que me demuestren cada día que pasa que el amor de ambos es sincero y no me equivoqué al aceptar esta relación. –Mencionó Joanna enternecida por las palabras de Harry, devisando en la escalera a su pequeño hijo que le hacía señas para que hiciera como si el no estuviese ahí. –

Yo amo a su hijo de sobre manera, señora, y...

Y yo te amo más. –Interrumpió Lou llamando la atención de Harry, caminando rápidamente hasta este para abrazarlo por los hombros.– Y eres lo mejor que me a sucedido.