Blue.

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Harry tenía las manos sudorosas, su corazón volvía a acelerarse a tal grado de casi querer salirse de su pecho, la morocha había pasado todo el camino intentando relajarlo diciéndole que Louis sabría entender las cosas si le explicaban bien todo, pero no había fuerza humana que en ese momento lo convenciera de que todo estaría bien.

Harry, él te ama, sabrá entender. –Kendall nuevamente posó una de sus manos en el hombro del más alto mientras que con su otro brazo sostenía al pequeño con cuidado.–

Ojalá y sea así, y si no, no sé que voy a hacer. –Exclamó el ruloso soltando un pesado suspiro, tocando la puerta con cuidado.–

Al escuchar el sonido, Louis se levantó rápidamente del piso, limpió con los dorsos de sus manos las lágrimas de sus ojos y mejillas, para con decisión, caminar hasta la puerta, abriendo ésta.

Amor. –Habló rápidamente Harry formando una sonrisa en su rostro, transformándola en un ceño fruncido al notar sus ojos hinchados y rojos.– ¿Estás bien Lou?

¿Quién era ella? –Exclamó Louis cruzándose de brazos, levantándose en sus puntas para abrir bien los ojos y mirar a la chica junto con el bebé en los brazos detrás de Harry.– ¿Qué?, ¿qué está sucediendo?

Hola. –Habló Kendall sonriendo ladinamente mientras tomaba una de las manitas del pequeño, haciéndolo saludar también.– Mi nombre es Kendall, y él se llama Edward, es mi hijo.

De acuerdo. –Asintió Lou con algo de confusión, sonriendo enseguida por la sonrisa del pequeño.– Eres un nene muy bonito, Edward, pero no sé si sea momento, con Harry debemos hablar y...

Es mi hijo. –Interrumpió el recién mencionado mientras rascaba su nuca, sintiendo su corazón literalmente hacerse chico por la expresión que ahora había formulado.– Y debemos hablar, con Kendall acá.

Louis por su parte si en ese momento no estaba llorando era por vergüenza, pero su corazón jamás en esos años que había estado con Harry se había sentido tan así, tan malditamente feliz y desecho al mismo tiempo.

Bueno, uh, adelante. –Louis abrió la puerta y se hizo a un lado hasta dejar pasar a ambos chicos, entrando enseguida de ellos y cerrando la puerta.–

Amor, esto puede ser algo confuso para ti. –Exclamó el ojiesmeralda sentándose en el sofá para dos personas.– Pero te juro que hay una explicación buena.

No quiero que tu hables. –Respondió Lou con cierta indiferencia, dirigiendo la mirada a la chica que recién se sentaba en el sofá individual.– Me encantaría escucharlo todo de tu boca, Kendall.

Pero Lou..–Susurró Harry mirando a su novio, recibiendo por éste que negara con su cabeza y siguiera con su mirada en Kendall, mirándola también él entonces.– Vale, habla Ken.

Lo primero que te debo aclarar es que todo lo que pasó con Harry fue antes de que te conociera, en ningún momento estuvimos mezclados en estos años que ha estado contigo. –Musitó Kendall sentando al pequeño en sus piernas, haciéndole mimos que lo hicieron reírse y enternecerse a los otros dos chicos.– Yo jamás busqué a Harry porque no tenía intención de que lo conociera, nuestra relación fue algo, no sé como decirlo.

Eras su gatita. –El ojiazul enarcó una de sus cejas y miró de reojo a Harry, quien al escuchar aquello bajó la mirada y se sonrojó violentamente.– Eso creí.

Bueno, si. –Aceptó la morocha mientras también se sonrojaba.– El caso es, que nuestra relación terminó bastante mal y por eso no quería que supiera de la existencia de Edward, pero ahora que he madurado me doy cuenta de que Harry merece conocer a su hijo, así como Edward a su padre.

Claramente que si, es demasiado bonito. –Susurró el segundo menor en la sala, caminando hasta donde Kendall y extendiendo sus brazos en dirección del nene.– ¿Puedo abrazarlo?

Claro que si, cielo. –Respondió Kendall con una ladina sonrisa, colocándose de pie para pasarle con cuidado a Edward, regresando justo después a su sitio.–

Eres tan precioso, mira esos ojos esmeralda. –Louis soltó una suave risita en cuanto el pequeño de colocó rojo.– Eres idéntico a tu mamá, tu papá es feo.

Qué. –Exclamó Harry enarcando ambas cejas, levantándose y acercándose a su prometido.– ¿Disculpa?

Mírate, tienes todo de tu mamá, eres realmente perfecto. –Añadió Lou inclinándose para dejar un beso en la frente del pequeño, causando que se riera.–

Ay, gracias Lou. –Respondió la morocha con el rostro completamente sonrojado mientras mordía sus labios para no reír por los gestos de indignación de Harry.– Y bueno, de verdad no quiero sonar como una provechosa, o como una desobligada, realmente me duele lo que está pasando y no quiero dejarlo, pero es lo mejor, ya que soy modelo, mi vida no es el mejor ejemplo para un nene, además de que no puedo darle el tiempo que merece para tener cada cuidado y todo en un relativo orden.

Kendall quiere que nosotros nos hagamos cargo de Edward y que la dejemos verlo cuando ella pueda. –Musitó Harry abrazando a su chico por la espalda y recargando su mentón en su hombro, mirando de esta forma con una amplia sonrisa al pequeño.–

Claramente les estaría depositando mensualmente o semanalmente dinero, no les dejaría todo a ustedes, pero para mi sería una ayuda enorme que lo hicieran, de verdad, y yo no sé, no debería estar pidiendo esto, pero estaría demasiado tranquila sabiendo que mi hijo está creciendo seguro con dos personas maravillosas, a que está en alguna guardería o con alguna niñera. –Kendall se levantó nuevamente y dio un par de pasos hasta ambos chicos, sintiendo un par de lágrimas caer por sus mejillas.– Me destroza en el alma dejarlo, pero es por su bien.

–Harry se separó de su chico y caminó hasta colocarse al lado de Kendall, mirando así con curiosidad a su novio.– Amor, sé que casi nunca hablamos de hijos, pero Edward es mi hijo, y yo no puedo dejarlo a su merced..

Harry. –Interrumpió el de ojos azules en un tono alto de voz, llamando la atención de todos en el lugar.– ¿Y tu crees que yo voy a decirle que no a semejante angelito? –Lou enarcó una de sus cejas y negó, bajando la mirada al pequeño en sus brazos.– Jamás diría que no, toda mi vida soñé con tener a un pequeño corriendo por toda la casa, las gemelas, Lottie y hasta Gemma estarán contentas de esto, mi corazón está saltando en felicidad y y y sostengan al bebé.

Kendall y Harry enarcaron sus cejas con confusión al escuchar a Louis cambiar su tono de voz con lo último, pero hicieron caso, la morocha se acercó y tomó al pequeño de los brazos de Lou.

Gracias, gracias. –Susurró éste para después de sonreír, desvanecerse de la nada, siendo por suerte sostenido por Harry al casi caer al piso.–

Dios mío, ¿está bien? –Cuestionó Kendall notablemente alterada, mirando con sorpresa al menor en los brazos de Harry.–

Está emocionado, y la idea le encantó demasiado. –Respondió Harry con la misma sonrisa amplia de antes, sosteniendo bien a su chico.– Está feliz, Kendall, está realmente feliz.

Realmente me alegra, pero...¿No debemos hacer algo? –La morocha ladeó su rostro ligeramente al igual que el bebé, riendo por esto.–

Ya despertará, dale tiempo a que la emoción pase un poco, yo también estoy así, pero si me desmayo ocurriría un incidente. –El ojiazul se encogió de hombros y río también, dejando un suave beso en la frente de su prometido.– Te amo tanto, bebito.






































Never Enough.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora