Never Enough.

Everything is die.

Harry despertó y de golpe abrió los ojos, miró a su alrededor y Dios, no podía creer lo que sus ojos miraban.

Había gente tirada en todo aquél que parecía ser un bosque, unos estaban enteros, y lamentablemente otros habían perdido algún miembro en la caída.

Sin importarle el dolor que presentaba en su brazo derecho, Harry se levantó y comenzó a buscar desesperadamente a su pequeño novio con la vista, sintiendo como sus lagrimales se llenaban rápidamente, estaba muy asustado y lo único que podía pasar por su cabeza era la idea de perder a su novio, y no lo iba a permitir.

Al no verle, Harry comenzó a correr y gritar el nombre de Louis lo suficientemente alto, tanto que incluso se podía escuchar el eco, su vista miraba hacia todos los cuerpos, intentando reconocer si alguno era el de su novio, pero no era así, ninguno era Louis.

Ayuda..–Susurró una pequeña niña de no más de algunos ocho años llamando la atención de Harry, esta se encontraba debajo de una de las alas del avión.–

–Sin dudarlo ni un sólo momento, Harry levantó con todas sus fuerzas sintiendo un terrible dolor la ala, intentando liberar a la pequeña.– Saldrás de acá princesa. –Murmuró haciendo mayor fuerza y por ello quejándose audiblemente, logrando después de un par de intentos levantar la ala y tirarla hacia un lado, tomando a la pequeña entre sus brazos, abrazándola a si mismo sin mucho cuidado.–

–La niña se aferró al cuerpo del mayor y lloró a más no poder sintiendo que todo se le desmoronaba.– ¿Y mamá?

¿Cómo es tu mamá? –Exclamó Harry acariciando de forma suave y delicada la espalda de la pequeña, intentando así calmarle un poco.–

Es alta, tiene el cabello rubio como las coronas de las princesas, es muy bonita y tiene los ojos verdes, así como los tuyos. –Respondió la pequeña sollozando, separándose un poco de Harry para mirarlo.– ¿Perdiste a alguien?

Mi novio..–Susurró nuevamente Harry, sintiendo como la sangre debido a la rabia que presentaba le comenzaba a hervir.– Soy un estúpido, si yo no lo hubiera traído no estaría ahora tan asustado por perderlo. –Este negó y comenzó nuevamente a caminar, volviendo a mencionar en un alto tono el nombre de su novio.– ¡¡LOUIS! ¡¡LOUIS!!

¡Mira! –Musitó la pequeña niña señalando hacia el antes mencionado, el cuál se estaba acercando lentamente con la mirada baja, caminando con algo de dificultad.– ¿Ese es tu novio?

¡Louis! –Volvió a mencionar al ojiesmeralda sintiendo como un mar de lágrimas caían por sus mejillas.–

–El ojiazul alzó la vista y sonrío ampliamente al mirar bien a su novio.– Mi amor, estas bien. –A penas y formuló esto, se desvaneció y cayó al piso, así como si sólo hubiese esperado a ver con bien a su novio para hacerlo.–

¡Louis! –Murmuró más que asustado Harry, corriendo lo más rápido que podía para tomarlo, y al llegar a el, bajar a la pequeña para arrodillarse frente a su novio y posar su dedo medio e índice en el cuello de su novio, intentando tomar su pulso si era que tenía.–

¿El va a estar bien?–Mencionó la pequeña claramente asustada, mirando con atención las acciones del chico de cabello largo.–

Louis...–Susurró Harry llevando una de sus manos al contorno del rostro de Lou, acariciando este, revisando todo su cuerpo por si algo estaba mal.- Vas a estar bien mi amor, te lo prometo. –Dijo esto, rasgando su camisa para poder envolverla en una de las piernas de Louis ya que esta presentaba sangrado.– Princesa, necesito tu ayuda, ¿si? Vamos a jugar al doctor, tu vas a quedarte acá sosteniendo esto en la pierna de Louis, no importa que, no dejes de apretar la tela para nada, y yo iré a buscar medicinas y más pacientes, ¿cuento con usted, doctora?

Si. –La pequeña asintió y se arrodilló para envolver sus manos en la tela, comenzando a apretar tanto como podía.–

Voy a buscar a tu mamá y la traeré para que la atendamos, y traeré a tantos pacientes para formar nuestro propio hospital, ¿vale? –Harry dejó rápidamente un beso en la mejilla de la pequeña, comenzando a revisar cada cuerpo que estaba en el piso, así comprobando si había más personas con vida.– Dios...

¿Algún otro paciente? –Preguntó la pequeña sin dejar de hacer lo que hacía con Lou, mirando las acciones del más alto.–

Si, pero estos los atenderé yo. –Murmuró Styles mirando a todos, no había ni una persona viva ahí, al menos no por esa zona.– Seguiré buscando princesa, no te asustes, y si pasa algo sólo grita: "Doctor Harry, a urgencias".

De acuerdo Harry. –La pequeña asintió y posó su mirada en Louis.– Tranquilo Lou, el doctor Harry y yo vamos a sanarte y cuidarte.

Harry sintió su corazón encogerse y sin más caminó hacía los alrededores pensando en todo lo que había sucedido de un momento para otro.

¿Algo habría cambiado si hubieran decidido irse en otro medio? ¿Y si hubieran ido a otro lado no tan lejano? ¿Y si sencillamente hubiera rentado un par de bicicletas o unas cabañas a las afueras de la ciudad? ¿Algo hubiera cambiado o estaba destinado a ser así?

Harry no podía dejar de culparse por lo que le podría pasar a su novio, ¿y que estaba haciendo? Estaba evadiéndolo todo al buscar más víctimas, el no quería pensar en que posiblemente Louis podría morir de una hemorragia, podría perder la pierna, podrían pasar tantas cosas, y el no estaba ahí con el.

No estaba cumpliendo lo que había prometido a Joanna y al propio Louis.

Entonces supo, que debía permanecer bien para de ahí en delante, cumplir su promesa.

¡¡Ayuda!! –Gritó una rubia mujer que a penas y podía decir que tenía pierna.–

–Harry se giró y corrió hasta ella, definitivamente era la madre de la pequeña, era rubia y sus ojos eran color esmeralda.– Tranquila señora, mi nombre es Harry, ¿tiene una hija pequeña cierto? Ella está bien, esta conmigo y con mi novio.

Mis...mis piernas. –Susurró la señora bajando la mirada a sus piernas.–/No las siento, ¿por qué no siento mis piernas?

–Harry se arrodilló y tomó a la señora en brazos para ayudarla a levantar, causándole muchos gritos a esta mientras lo hacía.– A ver, ¿siente esto? -Musitó Harry pisando ambos pies de la chica.- ¿Y esto? -Dijo ahora inclinándose rápidamente para tomar una piedra y golpear los muslos de la señora, recibiendo un doble no por respuesta.– ...Todo estará bien, estaremos bien...