Quiero besarte, hasta que los labios me sangren, kitten.

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A Harry Louis no le tuvo que repetir dos veces aquello, ya que a penas este había terminado de mencionar aquellas mágicas palabras, y recién comenzaba a besar con fervor el cuello del mayor, Harry jaló del cabello a Lou haciéndolo separarse de su cuello, y con esto, comenzar a besarlo con intensidad, pasión, y deseo.

Lou por primera vez se sentía libre, sentía que estaba decepcionado de él, pero se sentía tan bien, al diablo con todo, estar así con su precioso profesor con quien tantas veces había soñado de formas bonitas; soñaba que se besaban, que se abrazaban y se mimaban mientras miraban al cielo o a la chimenea, ambos con coronas de flores y con las manos entrelazadas, era precioso, sin duda.

En cambio, Harry se sentía en la mismísima gloria, no creía pero agradecía a Dios o a quien fuese responsable de este placentero y erótico momento con el dueño de sus más candentes y húmedos sueños.

Harry comenzó a acariciar la espalda y costados del pequeño Lou haciéndolo estremecer, mientras que el pequeño tan solo sollozaba en los labios carnosos de su profesor y jadeaba momentaneamente debido a que todas esas caricias y sensaciones, eran completa y básicamente nuevas para él.

Sin trabajo alguno, Harry se levantó cargando en brazos a Louis quien enrolló sus cortas piernas en la cintura de el antes mencionado, sin romper el fogozo beso, comenzando a caminar hasta que ambos cuerpos chocaron con uno de los muros de la casa de Styles quien recargó la espalda del pequeño en esta y siguió su beso, con la variante que ahora comenzó a toquetear de manera descarada el delgado cuerpo de Tomlinson.

Regresando con Lou quien no daba más de sorpresa por todo lo que estaba haciendo en un desesperado instinto mordió el labio inferior de Harry y lo jaló hacia el, haciendo que él mismo soltara un primer gemido en los labios de si mismo, mostrándole que aquello le agradaba de sobre manera.

Las manos de Lou se enredaron en el cuello de Harry, acariciando y jalando sin fuerza el cabello de este, jadeando, comenzando a sentir su pecho subir y bajar con rapidez, sintiendo que en cualquier momento iba a desfallecer, aquello era sin duda lo mejor que le podría estar pasando y no lo cambiaría por nada, después de todo, todo el mundo tiene necesidades, incluyéndole.

Las manos de Harry se posaron en el trasero de Louis ya por debajo de su falda, sintiendo unas bragas con encaje, acariciándolo fieramente, restregando sus bultos crecidos entre si mismos debido a la posición de las piernas de Lou, quien no hacía mas que respirar agitadamente y gemir en un bajo y sensual tono sobre los labios de Harry.

A penas y el aire comenzó a faltar para ambos y se separaron, el cuello de Louis fue atacado por la boca caliente de Harry, mordiéndolo, lamiéndolo, chupandolo, besándolo y gemiendo contra este sin dejar de rozarse de manera brutal.

Oh...profesor Harry..–Dijo el menor con las mejillas demasiado ruborizadas, jadeante, y sobre todo, a penas un poco sudado de la frente.– Dios, profesor Harry....–Decía hechando su cabeza para atrás, suspirando y mordiendo su labio inferior.–

¿Te di permiso de hablar, kitten? –Respondió el mayor con un tono más grueso del normal, mientras seguía restregándose con el pequeño.– No sabes cuantas veces soñé con esto, Lou, enserio no te imaginas cuantas veces estuve fantaseando con esto, minino.

A lo que Louis se quedó callado, alarmando a Harry por ello mismo, ¿y que si ya se había arrepentido? ¿Lo iba a dejar así? ¿Enserio?

Pero estas ideas fueron descartadas al sentir una fuerza pequeña bajando de la pared, y colocando a Harry ahora contra esta.

No tiene la idea de cuanto he últimamente soñando con usted, mi profesor favorito. –Informó un Louis con un peculiar tono de voz, atacando el cuello del mayor a besos húmedos, rozando una de sus rodillas con la entrepierna de Harry (obviamente antes la flexionó para alcanzarlo), y sus manos en los botones de la camisa de este, intentando desabrocharlos torpe y tontamente, se notaba de lejos que ese pequeño no sabia lo que estaba haciendo, pero lo que fuese que sabía hacer lo hacia muy pero muy bien.–

Jodida y caliente gatita. –Musitaba entre gemidos roncos.– Mierda, lo haces tan bien, carajo. –Maldecía una y otra vez mientras ladeaba su cuello dándole mayor acceso al pequeño chico.–

Las temblorosas (aún no perdía completamente la vergüenza) manos de Louis una vez que lograron su cometido de sacarle esa remera de color negra con lunares blancos, se posaron en los costados de Harry haciéndole una invisible muralla evitándole escapar, a pesar de ser eso lo último que él haría. Al igual, su boca fue bajando no sin haber dejado variados chupones y mordidas que se quedarían presentes por unas horas, hasta llegar a una bonita mariposa que tenía tatuada en el abdomen.

Los tatuajes hicieron que Lou se desconcentrara un poco de lo que hacía y lo hicieron admirar más el abdomen del chico que tenía a sus pies en esos momentos; una mariposa, un par de golondrinas, "17BLACK", un corazón, una sirena, lo que parecían ser clavos, una rosa, un barco, una estrella, unas aras de hojas. Ese chico parecía cuaderno de chico de colegio con trazos demasiado bonitos, así como uno de los de él.

Eres hermoso, Harry. –Mencionó Lou sonrojándose aún mas y bajando la mirada apenado.– Supongo que no te molestaran un par de marcas, ¿verdad?







Never Enough.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora